Imperio almorávide (<1072/3-1148>)
Genealogía
Sus hechos
A comienzos del siglo XI, los territorios que se extienden desde el sur de la cordillera del Atlas hasta el río Níger en el noroeste de África estaban habitados por grupos de nómadas bereberes pertenecientes a varias tribus sinhaya: los yudala, los banu warit, los lamtuna y los massufa, que se caracterizaban por su profunda religiosidad islámica. Desde tiempo atrás estaban intentando unirse, sin conseguirlo, en una confederación para defenderse de las constantes acometidas de las tribus bereberes de los zanata del norte (Magreb) y las de los negros del sur.
El islam había llegado a aquellos territorios del Sáhara occidental a finales del siglo VII, pero se había contaminado con prácticas autóctonas y heterodoxas. Varios jeques sinhaya cumplían con el precepto islámico de ir a La Meca en peregrinación por lo menos una vez en sus vidas. Uno de ellos, Yahya ben Ibrahim de los yudala, también lo hizo hacia 1035. A su regreso, cuando pasó por Qayrawan en Ifriquiya, inflamado de ardor religioso, convenció a un piadoso y docto alfaquí malikí, Abd Allah ben Yasin, para que lo acompañara a su territorio y enseñara a su gente a cumplir las normas verdaderas del islam.
Abd Allah ben Yasin actuó como un “misionero” de la ortodoxia islámica, según la interpretación de la escuela jurídica malikí. Esta base espiritual fue utilizada por los jeques sinhaya como aglutinante político (confederación) y como motivo de expansión territorial. Siguiendo esta idea, primero los yudala atacaron a los lamtuna y los obligaron a acatar las enseñanzas de Ibn Yasin, y a continuación, juntos, las impusieron a otras tribus cercanas. Tras la muerte de Yahya ben Ibrahim, Ibn Yasin fue expulsado por los yudala y el jeque lamtuna Abú Zakariyya Yahya ben Umar, que se hizo con el mando de la confederación sinhayí, acogió a Ibn Yasin, pero no pudo evitar que el alfaquí se sintiera menospreciado y se aislara, acompañado por sus fieles, en un “convento-fortaleza” o ribat situado en una isla cercana a la costa y a unos quinientos kilómetros al norte de la desembocadura del río Senegal. Allí aplicó sus normas de profundo ascetismo a su reducido número de fieles, que tomaron el nombre de “gentes del ribat” (al-murabitun o almorávides). Desde allí comenzó a expandirse exitosamente la doctrina de Ibn Yasin.
Hacia 1048, las tribus sinhaya, afectas al movimiento almorávide inspirado por Ibn Yasin, se juramentaron para extender el reformismo ortodoxo recurriendo a la guerra santa. Primero empezaron atacando a las tribus heterodoxas o no islamizadas del Sáhara, y luego continuaron su avance hacia el norte.
Cuando hacia 1055 murió el primer emir de la confederación almorávide Abú Zakariyya, Ibn Yasin impuso en el mando político a Abú Bakr, hermano de aquel, al que hizo reconocer oficialmente como emir en Siyilmasa en 1058. El ejército almorávide continuó tomando poblados y ganando batallas, pero ahora dirigido por Yusuf ben Tasufin, primo del nuevo emir. En una de ellas, en 1059, cuando luchaban contra los Bargawata, murió en combate Ibn Yasin. En 1063 fue atacada la ciudad de Fez, que acabaría siendo tomada en 1070.
En 1071, el emir Abú Bakr puso las bases para dar un carácter sedentario a la confederación almorávide en el poblado de Marrakech, donde comenzó la construcción de un alcázar; pero no pudo continuar porque tuvo que regresar al Sáhara para sofocar algunos enfrentamientos entre tribus bereberes. Antes de partir, dejó como lugarteniente a Yusuf ben Tasufin. Este aprovechó su mandato para apuntalar su poder creando una estructura administrativa y militar en el mismo Marrakech (fundación efectiva de la capital almorávide). Compró esclavos negros, trajo mercenarios cristianos de al-Andalus, creó una caballería, impuso abusivos tributos a los judíos de su territorio para hacer frente a sus proyectos estatales y se rodeó de una mayor pompa oficial.
Cuando hacia 1072 o 1073 el emir Abú Bakr regresó a Marrakech, tuvo constancia del poder que había adquirido Yusuf ben Tasufin, y antes de que se lo arrebatara por la fuerza, decidió cedérselo. Yusuf pasó a ser el tercer emir de los almorávides.
Yusuf ben Tasufin (1072/3 en Marrakech y 1098 en al-Andalus-1106) continuó la expansión almorávide hacia el norte del Magreb. Así, en una línea de avance hacia el noroeste tomó Tánger en 1078 o 1079 y puso sitio a Ceuta, que cayó en 1084; en otra línea de avance hacia el centro y noreste, ocupó Tremecén en 1075, y en 1082/3: la comarca de Oran, la región del río Chélif y la ciudad de Argel. Esta expansión militar, facilitada por la buena acogida del reformismo malikí, se realizó fundamentalmente a costa de las tribus zanata por medio de pactos o con las armas, dando como resultado la unificación del Magreb bajo el dominio de los almorávides.
Mientras se producía aquella unificación, en al-Andalus imperaba la decadencia y las rencillas entre los diferentes reinos de taifas, agravadas por el constante avance y presión de los reinos cristianos. Ello animó a algunas personalidades políticas y religiosas a intentar constituir una unidad islámica que hiciera frente a la grave situación, y, además, iniciaron contactos aislados e individuales con los almorávides para pedir ayuda. Uno de ellos fue al-Mutawakkil, régulo de Badajoz, que envió una delegación en 1081/2.
En 1085, la conquista de Toledo por Alfonso VI de Castilla y León decidió a los régulos de los reinos de taifas, encabezados por al-Mutawakkil y por al-Mutamid de Sevilla, a enviar una delegación conjunta a Yusuf ben Tasufin para pedir su auxilio. El emir almorávide aceptó y comenzó en junio de 1086 a trasladar sus tropas a través del estrecho de Gibraltar y las acantonó en Algeciras, plaza previamente cedida por al-Mutamid a petición del emir, que reforzó sus fortificaciones por desconfiar de los régulos de los reinos de taifas. En septiembre, Yusuf ben Tasufin cruzó el Estrecho y se dirigió a Sevilla donde fue recibido obsequiosamente por su régulo y por el de Badajoz. Desde allí, los almorávides se dirigieron hacia Badajoz acompañados por tropas de los reinos de taifas meridionales con sus respectivos régulos: al-Mutamid de Sevilla, al-Mutawakkil de Badajoz, Abd Allah de Granada, Tamim de Málaga y Muhammad, hijo de al-Mutasim de Almería, que se había excusado por su avanzada edad.
Cuando Alfonso VI conoció el itinerario de los almorávides, fue a su encuentro acompañado de tropas aragonesas al mando del infante Pedro, y plantó su campamento en Coria. Por medio de intercambio de misivas, se fijó el día de la batalla. Esta se dio el 23 de octubre de 1086 en Sagrajas (Zallaqa para los musulmanes), a unos cuatro kilómetros de Badajoz. Su inicio fue favorable para las tropas cristianas al hacer flaquear a las de al-Mutamid, pero el auxilio del general almorávide Dawud ben Aisa y el contraataque de Yusuf ben Tasufin decidieron la derrota de Alfonso VI, que tuvo que abandonar herido la batalla. Tras su éxito, el emir volvió a Sevilla y luego regresó al Magreb, donde había muerto su heredero, dejando en al-Andalus un escuadrón de unos tres mil jinetes. Al-Mutamid utilizó estas tropas para atacar a Ibn Rasiq, que gobernaba Murcia sin mostrar la obediencia debida al sevillano. Pero un contingente castellano-leonés rechazó el ataque.
Tras la derrota, Alfonso VI se recuperó en poco tiempo. Volvió a exigir parias, hizo incursiones por tierras de Levante, donde operaba el Cid en los alrededores de Valencia desde 1087, y por tierras del reino de Murcia, donde ya ocupaba desde mayo o junio de 1086 la fortaleza de Aledo, desde la cual, y en connivencia con el gobernador de Murcia Ibn Rasiq, que reconocía a al-Mutamid de Sevilla pero se oponía a su expansionismo, asolaba aquel territorio. Ante tal situación, una delegación de Valencia, Murcia y Sevilla marchó al Magreb para pedir ayuda al emir almorávide.
En 1088, Yusuf ben Tasufin volvió a cruzar el Estrecho por segunda vez y convocó la guerra santa contra Aledo. Junto con tropas de otras taifas se inició el asedio, que fracasó por las divisiones y rencillas entre los régulos coaligados. Una de ellas fue la acusación de traición que hizo al-Mutamid contra Ibn Rasiq, con la que logró que el emir almorávide se lo entregara. Este, decepcionado por la actitud de los régulos, volvió a retirarse al Magreb en noviembre de aquel año, tras enviar dos columnas de caballería a Valencia. Inmediatamente, los reyes de Granada y Sevilla, quizá también el de Badajoz, volvieron a sus negociaciones con el rey castellano-leonés ante su acoso.
La crisis de los reinos de taifas continuó agravándose rápidamente. El pueblo consideró ilegítimos a sus régulos y a sus impuestos; y los ulemas y alfaquíes, partidarios de la legalidad representada por Yusuf ben Tasufin, confeccionaron dictámenes jurídicos donde reprochaban a las taifas sus transgresiones. En ellos apoyaban la necesidad de la conquista de las taifas por los almorávides y la proclamación del emir como soberano de al-Andalus. En 1090, Yusuf ben Tasufin, siguiendo el consejo de los juristas y apoyándose en aquellos dictámenes, decidió por tercera vez cruzar con su ejército el Estrecho con el ánimo de hacerse con todas las taifas.
En aquel mismo año, Yusuf ben Tasufin desembarcó por tercera vez en Algeciras y, después de realizar un corto asedio a Toledo, marchó a Córdoba donde estudió el tratado que Abd Allah de Granada había firmado con Alfonso VI. Al-Mutamid, que lo acompañaba y era enemigo del granadino, no perdió ocasión de zaherirlo. Yusuf ben Tasufin mandó llamar a Abd Allah. Como este no compareció, el emir escribió a todos los caídes para que dejaran de acatarlo y se pasaran a su obediencia con la excusa de sus tratos con los cristianos. La actitud favorables de los granadinos a los almorávides decidió a Abd Allah a entregarse en septiembre de aquel año de 1090 y ceder el reino de Granada. Un mes después, los almorávides ocuparon la taifa de Málaga. A continuación el emir regresó al Magreb, dejando a su sobrino Sir ben Abi Bakr al frente de sus nuevos territorios y con la misión de continuar la conquista.
En 1091, los almorávides, después de conquistar Tarifa en diciembre del año anterior, dividieron su ejército para conquistar varios reinos de taifas; una sección al mando de Sir tomó Sevilla, otra mandada por Ibn al-Hayy se apoderó de Córdoba, que estaba bajo el dominio de Sevilla, una tercera al mando de Abú Zakariyyza conquistó Almería, y otra dirigida por Garrur tomó Ronda, que también estaba bajo el dominio de Sevilla. También en aquel año cayó Carmona, y Murcia fue anexionada por el caíd Ibn Aisa.
En 1092, el mismo caíd almorávide conquistó Denia, y, llamado por el caíd árabe de la ciudad de Valencia, introdujo tropas en aquella ciudad. Este destacamento fue obligado a retirarse en septiembre de 1093 por los propios valencianos ante la presión del Cid que tenía asediada la ciudad.
En el oeste de al-Andalus, los almorávides continuaron haciéndose con los antiguos reinos de taifas que habían sido anexionados por Sevilla. Durante un tiempo permitieron que el reino de Badajoz siguiera en manos de su régulo al-Mutawakkil, porque este los venía ayudando en sus conquistas de otras taifas. Pero temeroso de seguir los mismos pasos que los reinos vecinos, en 1093, negoció con Alfonso VI la entrega de las ciudades de Santarén, Lisboa y Sintra por ayudarlo contra los almorávides. En 1094, los almorávides, al mando de Sir ben Abi Bakr, invadieron el reino de Badajoz mientras al-Mutawakkil se refugiaba con sus hijos en la alcazaba. Allí resistieron hasta que en 1095 o 1096 fueron vencidos y ejecutados.
Conquistado el oeste de al-Andalus, los almorávides concentraron sus esfuerzos en la conquista de Toledo y de Valencia. Esta estaba en poder del Cid desde 1094. Ese mismo año, Yusuf ben Tasufin había enviado un ejército que fue derrotado por el Cid en Cuarte. A pesar de ello, el emir no cejó en sus propósitos y continuó enviando tropas que fracasaron sucesivamente en su intento de conquista.
En 1097, Yusuf ben Tasufin volvió a al-Andalus por cuarta vez y realizó una campaña por tierras toledanas. Alfonso VI intentó pararlo pero fue derrotado en Consuegra. A pesar de la victoria, no pudo dirigirse hacia la Marca Superior porque se lo impedía la presencia de los reinos taifas de Albarracín y Alpuente.
En 1098, el califa abbasí de Bagdad, al-Mustazhir, reconoció como soberano de al-Andalus, con el título de “emir de los musulmanes” y “defensor de la Fe” a Yusuf ben Tasufin.
En 1099, mientras los almorávides asediaban Toledo sin resultados, murió el Cid. A pesar de lo cual, Valencia siguió resistiendo. Al año siguiente los almorávides volvieron a asediar Toledo y Alfonso VI tuvo que dejar la defensa de la ciudad en manos de su yerno, el conde Enrique de Borgoña, para acudir en auxilio de Valencia. La situación era tan grave, que el papa Pascual II tuvo que prohibir la participación de los castellano-leoneses en la cruzada a Tierra Santa para que se concentraran en la defensa del reino. En 1102, Alfonso VI, al comprobar que la defensa de Valencia era inviable, mandó abandonar la ciudad y los almorávides entraron en ella.
En 1103, Yusuf ben Tasufin volvió a cruzar el Estrecho por quinta y última vez para hacer proclamar en Córdoba a su hijo Alí como heredero, acto que ya había realizado el año anterior en Marrakech. Después de enviar a Ibn Hayy, gobernador de Granada, a Valencia para que se enfrentara a Alfonso VI que sitiaba Medinaceli, volvió el emir al Magreb.
En 1104, el reino taifa de Albarracín fue anexionado por los almorávides, y en 1106, fue conquistado el reino de Alpuente. La conquista del reino de Tortosa se produjo entre 1102 y 1110.
En 1106 murió Yusuf ben Tasufin en Marrakech. Según los cronistas de la época, fue un hombre justo, buen gobernante, enérgico, legalista, piadoso y con una devoción religiosa que le hacía consultar con los alfaquíes y cadíes antes de emprender acciones políticas o militares.
Alí ben Yusuf ben Tasufin (1106-1143) fue el cuarto emir almorávide de Marrakech y el segundo de al-Andalus al suceder a su padre Yusuf ben Tasufin, que lo escogió atendiendo a sus cualidades, a pesar de que no era el primogénito. Había nacido en Ceuta y tenía veintidós años cuando accedió al trono. Se tituló “emir de los musulmanes”, con teórica sumisión al califa abbasí de Bagdad. Los cronistas ensalzan su religiosidad, inteligencia y su forma de honrar a los ulemas y alfaquíes.
En 1107, Alí ben Yusuf cruzó el Estrecho para recibir en Algeciras el homenaje de acatamiento de los andalusíes. Inmediatamente regresó al Magreb, después de dictar algunas normas de gobierno.
En 1108, con el impulso de Alí ben Yusuf, los almorávides iniciaron una campaña contra los territorios de Alfonso VI. La expedición, que se dirigió hacia el castillo de Uclés, estaba formada por tropas de Granada, Córdoba, Murcia y Valencia con sus gobernadores al frente; el mando de aquel ejército lo ostentaba Tamim, gobernador de Granada y hermano del emir. Para oponerse a los almorávides, Alfonso VI envió tropas; en ellas estaban, entre otros, Álvar Fáñez, el conde García Ordóñez y el infante Sancho, único hijo varón del rey y de la andalusí Zaida. La batalla que se dio fue una gran victoria para los almorávides, que les permitió recuperar Cuenca, Huete, Ocaña y el mismo Uclés. El infante Sancho pudo escapar e intentó refugiarse en el castillo musulmán de Belinchón que tenía una pequeña comunidad mozárabe a los que pidió ayuda, no se la prestaron y le dieron muerte.
En 1109, Alí ben Yusuf regresó a al-Andalus para apoyar la campaña contra Talavera, que fue conquistada en agosto de aquel año. Luego los almorávides se dirigieron a Toledo para asediarlo, pero no pudieron tomarlo y Alí ben Yusuf regresó al Magreb.
En 1110, el partido proalmorávide de Zaragoza cerró un trato, a espaldas de su régulo Abd al-Malik, con el gobernador almorávide de Valencia, Muhammad ben al-Hayy, para entregarle el reino. Según lo convenido, después de destronar a su régulo, abrieron las puertas de la ciudad para que el almorávide tomase posesión de ella. Así desapareció el reino taifa de Zaragoza.
En los siguientes seis años, los almorávides culminaron la exitosa expansión territorial por al-Andalus. Así, en 1111, el general Sir, gobernador de Sevilla, recuperó la plaza de Santarén; en 1114, el gobernador de Zaragoza murió derrotado en Martorell cuando intentaba un ataque a Barcelona; y en 1116, se anexionaron el reino taifa de Baleares.
A partir de aquella fecha, comenzó el declive del poder almorávide con una serie de fracasos. Así, en 1117, Alí ben Yusuf regresó por tercera vez a al-Andalus para ponerse al frente de sus tropas para sitiar Coimbra, pero después de veinte días, no pudo tomarla y volvió a Sevilla. En 1118, Alfonso I “el Batallador”, rey de Aragón y Pamplona, tomó Zaragoza, con lo que se derrumbó la zona occidental del antiguo reino de taifa, ya que en 1119 cayó Tudela y poco después Tarazona. En 1118, los almorávides pudieron recuperar Coria. En 1120, enviaron un fuerte ejército para detener los avances de Alfonso I. Este tuvo que interrumpir el asedio a Calatayud para hacerlos frente. La batalla se dio en Cutanda, cerca de Calamocha, y fue una gran derrota para los almorávides. Inmediatamente después cayeron Calatayud, Épila, Ricla y Daroca.
Al desastre militar, se añadió el descontento general de los andalusíes que ya protestaban de la actitud de los almorávides. En 1121, Alí ben Yusuf regresó por cuarta vez a al-Andalus, pero esta vez no era para guerrear contra los cristianos, sino para reducir una rebelión surgida en la ciudad de Córdoba, que se había sublevado por desmanes cometidos por gentes cercanas al gobernador almorávide. El emir, siguiendo los dictámenes de los alfaquíes, dio la razón a los cordobeses. A continuación, después de nombrar gobernador de Granada a su hermano mayor Tamim, tuvo que regresar rápidamente al Magreb para hacer frente a un nuevo peligro, el levantamiento del movimiento político-religioso almohade inspirado por su ideólogo Muhammad ben Tumart.
En 1125, los almorávides no pudieron impedir que Alfonso I de Aragón realizase una expedición contra tierras de Valencia, Denia, Murcia, Guadix, Granada, Écija, Córdoba y Salobreña, que duró quince meses. La única respuesta fue la decisión de restaurar y reforzar las murallas de las ciudades. En Granada se produjeron tumultos debidos a la disconformidad de las gentes con la obligación de pagar con impuestos su construcción.
En 1127, Alí ben Yusuf destituyó a su hermano Tamim como gobernador de Granada y de al-Andalus. Al año siguiente proclamó heredero a su hijo Sir, provocando la rebeldía de otro hijo, que fue deportado al Sáhara. En 1130 se produjo la gran derrota en Cullera o Alcalá, cerca de Alcira, donde se puso de manifiesto la profunda división entre andalusíes y almorávides. En ese año, para recomponer la situación, el emir nombró gobernador de Granada y Almería a su hijo Tasufin, futuro emir almorávide. Este logró, en aquel año, tomar el castillo de Aceca, en tierras de Toledo y defender los territorios levantinos de una incursión aragonesa.
En 1132, Alí ben Yusuf nombró a Tasufin gobernador de Córdoba. Este incrementó los ataques contra tierras castellanas, y en respuesta, el rey de Castilla y León, Alfonso VII, realizó en 1133 una expedición de castigo que lo llevó hasta Córdoba, Sevilla y Cádiz, sin que Tasufin saliera a detenerlo.
En 1134, tropas andalusíes y almorávides vencieron en Fraga a Alfonso I de Aragón, que murió pocos meses después. Esta y otras victorias, como las de Alcázar de San Juan en 1136 o 1137, la de Escalona y otras, no eran sino paralizaciones temporales al avance cristiano.
En 1138 murió Sir, al heredero almorávide, y la opinión general impuso la designación como heredero al gobernador de al-Andalus, Tasufin ben Alí. Cinco años más tarde, en 1143, murió Alí ben Yusuf en Marrakech.
Tasufin ben Alí (1143-1145) fue el quinto emir almorávide de Marrakech y el tercero de al-Andalus al suceder a su padre Alí ben Yusuf. Cuando fue nombrado heredero en 1138, se trasladó al Magreb donde se dedicó a combatir a los almohades. Esta dedicación le impidió regresar a al-Andalus, con lo que no pudo hacer frente a la sublevación andalusí contra el mal gobierno almorávide.
En 1145, el emir Tasufin ben Alí murió batallando contra los almohades.
Dos emires le sucedieron en el trono de Marrakech, cuando ya
al-Andalus se había desligado de los almorávides: Ibrahim, que
era un niño cuando sucedió a su padre Tasufin ben Alí,
e Ishaq ben Alí, de unos quince años de edad y tío de Ibrahim,
al que depuso. Tuvieron un poder casi nominal, ya que casi no les quedaba imperio.
Este terminó con la entrada en Marrakech de los almohades en 1147 y la
muerte a los miembros de la dinastía almorávide. Los almohades
se impusieron en todo el Magreb en 1148.
Sucesos contemporáneos
Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)
Navarra: | Reyes de Pamplona. Sancho Garcés IV "el de Peñalén" (1054-1076). ------- Unión con Aragón en 1076. ------- Separación de Aragón en 1134. García IV Ramírez "el Restaurador" (1134-1150). |
Reyes de Aragón y Pamplona. Sancho Ramírez (1076-1094). ------- 2ª Separación de Aragón y Pamplona en 1134. |
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Aragón: | Reyes de Aragón. Sancho Ramírez (1063-1094). ------- Unión con Pamplona en 1076. ------- Separación de Pamplona en 1134. Ramiro II "el Monje" (1134-1137/57). |
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León: | Rey de León. Alfonso VI "el Bravo" (1065-1072). ------- Unión con Castilla en 1072. |
Reyes de León y Castilla. Sancho II "el Fuerte" (1072). |
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Castilla: | Rey de Castilla. Sancho II "el Fuerte" (1065-1072). ------- Unión con León en 1072. |
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Cataluña: | Condes de Ampurias. Ponce I (1040-1078). |
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Condes de Barcelona. Ramón Brenguer I (1035-1076). |
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Condes de Cerdaña. Guillermo I Ramón (1068-1095). ------- Anexionado por el condado de Barcelona en 1117. |
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Condes de Besalú. Bernardo II (1066-1085). ------- Unión con el condado de Barcelona en 1111. |
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Condes de Urgel. Armengol IV (1065-1092). |
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Condes de Pallars-Sobirá. Artal I (1049-1081). |
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Condes de Pallars-Jussá. Ramón V (1047-1098). |
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Portugal: |
Rey de Portugal. Alfonso I Enriquez (1139-1185). |
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Al-Andalus: |
Primeros reinos de taifas. |
Reyes de Badajoz. Yahya ben Muhammad al-Mansur (1067/8-1072). ------- Conquistado por los almorávides en 1095/6. |
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Rey de Alpuente. Abd Allah ben Muhammad Nizam (o Yanah) al-Dawla (1043-h.1106). ------- Conquistado por los almorávides h.1106. |
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Reino de Tortosa. ------- Anexionado por la taifa de Zaragoza desde 1060 a 1081/3. ------- Anexionado por la taifa de Lérida, Monzón y Denia desde 1081/3 hasta la conquista por los almorávides, primero Denia en 1092 y mas tarde el resto del reino en 1102/10. |
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Reyes de Toledo. Yahya ben Ismaìl ben Abd al-Rahman ben Di l-Nun al-Mamun (1043/4-1075). ------- Conquistado por Alfonso VI de Castilla y León en 1085. |
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Reyes de Valencia. ------- Anexionado por la taifa de Toledo desde 1065 hasta 1075). Abú Bakr ben Abd al-Aziz (1075-1085). ------- Conquistado por el Cid Campeador desde 1094 a 1102. |
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Reyes de Denia. Alí ben Muyahid Iqbal al-Dawla (1045-1076). ------- Anexionado por la taifa de Zaragoza desde 1076 a 1081/3. Mundir ben al-Muqtadir (1081/3-1090). ------- Conquistado por los almorávides en 1092. |
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Reyes de Almería. Abú Yahya Muhammad ben Man al-Mutasim (1052-1091). ------- Conquistado por los almorávides en 1091. |
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Reyes de Zaragoza. Abú Yafar Ahmad ben Sulayman al-Muqtadir (1046-1082/3). ------- En 1081, al-Muqtadir divide la taifa entre sus dos hijos. Yusuf al-Mutamin (1082/3-1085). ------- Anexionado por los almorávides en 1110. |
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Rey de Lérida. Yusuf al-Muzaffar Sayf al-Dawla (1046-1078). ------- Anexionado por la taifa de Zaragoza hasta 1081. |
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Reyes de Albarracín. Abd al-Malik ben Hudayl Husam al-Dawla (1044-1103). ------- Conquistado por los almorávides en 1104. |
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Reyes de Granada. Badis ben Habus al-Muzaffar (1038-1073). ------- Anexionado por los almorávides en 1090. |
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Rey de Sevilla. Abú l-Qasim Muhammad al-Mutamid (1069-1091). ------- Conquistado por los almorávides en 1091. |
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Reyes de Baleares. Abd Allah ben Aglab al-Murtada (1076-1093). ------- Anexionado por los almorávides en 1116. |
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Segundos reinos de taifas. | Rey de Mértola. Abú l-Qasim Ahmad ben al-Husayn ben Qasi (1144-1145). 1ª vez. ------- Anexionado por la taifa de Badajoz desde 1145 a 1146. Abú l-Qasim Ahmad ben al-Husayn ben Qasi (1146-1150). ¿2ª vez? |
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Rey de Beja y Évora. Abú Muhammad Sidray ben Wazir (1144-1146). ------- Anexionado por los almohades en 1146. |
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Rey de Badajoz. Abú Muhammad Sidray ben Wazir (1145-1146). ------- Anexionado por los almohades en 1146. |
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Reyes de Silves. Abú al-Walid Muhammad ben al-Mundir (1144-1145). ------- ¿Anexionado por la taifa de Badajoz desde 1145 a 1146? Abú l-Qasim Ahmad ben al-Husayn ben Qasi (1146-1150/1). ¿Repuesto por los almohades? |
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Rey de Niebla. Yusuf al-Bitruyí (1145-1146). ------- Anexionado por los almohades en 1146. |
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Rey de Tavira. Umar ben Abi Tut (1146-1150). |
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Rey de Santarém. Labid ben Abd Allah (1144/5-1147). ------- Conquistado por Alfonso I de Portugal en 1147. |
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Reyes de Córdoba. Ahmad ben Hamdin al-Taglibi (1145-1146). ------- Anexionado por los almohades en 1148. |
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Rey de Málaga. Abú l-Hakam al-Husayn ben Hassun (1145-1153). |
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Reyes de Granada. Ibn Adha (1144). ------- Conquistado por los almorávides en 1146. |
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Reyes de Valencia. Abú Abd al-Malik Marwan ben Abd al-Aziz (1145). |
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Reyes de Murcia. Abú Muhammad Abd al-Rahman ben al-Hayy al-Lurqi (1145). ------- Anexionado por Valencia en 1146. |
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¿Reyes de Carmona? Dardus (¿?). ------- Entregado a los almohades en 1148. |
|||
Rey de Jaén. Ahmad al-Mustansir Sayf al-Dawla (Zafadola) (1145). ------- Anexionado por Córdoba en 1145. ------- Entregado a los almohades en 1148. |
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Reyes de Almería. Abú Abd Allah ben Maymun (1145-1146). ------- Conquistado por Alfonso VII de Castilla y León en 1147. |
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Reyes de Guadix-Baza. Ahmad ben Malham (1145-?). |
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Rey de Purchena. Ibn Miqdam (¿?). |
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Rey de Baleares. Muhammad ben Alí ben Ganiya (h.1147-1155). |
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Rey de Ronda. Abú l-Qasim Ahyal (1145-1146). ------- Entregado a los almohades en 1146. |
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Rey de Jerez. Abú l-Gamr ben Azzun (1145-1146). ------- Entregado a los almohades en 1146. |
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Reyes de Tejada. Sin datos. |
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Reyes de Aznalcázar. Sin datos. |
|||
Reyes de Constantina y Hornachuelos. Sin datos. |
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Reyes de Alcalá la Real. Sin datos. |
|||
Rey de Segura. Ibrahim ben Ahmad ben Hamusk (1146-1169). |