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SEGUNDOS REINOS DE TAIFAS (<1144-1203>)

Genealogía


Sus reinados

Casi desde el principio del reinado del emir almorávide Alí ben Yusuf (1106-1143), comenzó a manifestarse un descontento, tanto religioso como político, de los andalusíes hacia los almorávides. En lo religioso, porque la rígida y anquilosada doctrina malikí dejó de cumplir su función de unidad espiritual al no tener capacidad para aglutinar las ideologías místicas de pensadores como al-Gazali, cuyas obras fueron quemadas en 1109 por los almorávides, para escarmiento público, ante la mezquita de Córdoba; y en lo político, por la actuación prepotente y abusiva de las tropas y mandatarios almorávides.

El descontento se fue convirtiendo en alzamientos localizados, que terminaron en rebeliones en gran parte de al-Andalus. El triunfo de las sublevaciones se debió, en buena parte, a que los almorávides tuvieron que trasladar casi todos sus efectivos militares de al-Andalus al Magreb para enfrentarse a los almohades; una nueva fuerza religioso-militar que había aparecido en el África noroccidental, que amenazaba su poder.

Muy pocos años antes de que desapareciera el Imperio almorávide en 1148 a manos de los almohades, casi todo al-Andalus había dejado de estar bajo la obediencia del emir. Pocas zonas se mantuvieron bajo su dominio. La soberanía cayó entonces en manos de los poderes locales de cada región o ciudad, casi siempre cadíes, y al-Andalus volvió a fragmentarse políticamente por segunda vez. Así surgieron los llamados “segundos reinos de taifas”, la mayoría de los cuales eran simples señoríos de pequeño tamaño que tuvieron una escasa duración; otros, de mayor longevidad y entidad, no alcanzaron ni la brillantez cultural de los primeros reinos de taifas, ni su extensión territorial, excepto el de Valencia-Murcia.

Casi desde el principio, los segundos reinos de taifas se sometieron o fueron conquistados por las tropas del Imperio almohade que penetraron en al-Andalus llamados por el destituido régulo de Mértola. Pero también, casi desde el principio, muchos dignatarios andalusíes no tardaron en prestar sumisión al primer califa almohade Abd al-Mumin, aunque luego se la retiraron cuando este tuvo que afrontar sublevaciones en el Magreb, para finalmente, por medio de la represión, volver a la sumisión.

Las fuentes señalan a Alí ben Isa ben Maymun, almirante de la flota almorávide en Cádiz, como el primer personaje que acató al califa almohade, cuando en 1145 lo hizo reconocer en el sermón oficial de los viernes en la mezquita principal de la ciudad.

Debido a la escasez de crónicas, es muy difícil determinar el número de los territorios que se hicieron independientes. Las escasas fuentes dan referencia, entre otros, de los siguientes reinos:

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Reino taifa del Algarve.

En el oeste de al-Andalus, y principalmente en el Algarve (sur del actual Portugal), se produjo en el verano de 1144 un gran alzamiento de los andalusíes contra los almorávides. La rebelión comenzó con la toma de la plaza de Mértola, y tuvo su origen en las doctrinas de Ibn Qasi.

Abú l-Qasim Ahmad ben al-Husayn ben Qasi fue un muladí que había sido recaudador de impuestos de los almorávides en Silves, ciudad situada en el Algarve. Henchido de religiosidad y misticismo se adhirió a la escuela sufista del islam, convirtiéndose en su máximo representante en la zona. Abandonó su lucrativa profesión para retirarse a un ribat (convento-fortaleza) en los alrededores de Silves. Allí reunió un numeroso grupo de seguidores que se denominaron muridun (novicios) con los que preparó un alzamiento contra los almorávides. Se tituló mahdí (guía salvador, prometido o pronto a aparecer) e inició, en 1144, la rebelión al apoderarse de Mértola. Al mismo tiempo, sus seguidores tomaron otras plazas de la región actuando en ellas, seguramente, como régulos, pero bajo la obediencia de Ibn Qasi. Por lo que este es considerado como el régulo principal del reino taifa del Algarve.

Los reinos constituyentes de la taifa del Algarve (se pondrán sus nombres en cursiva para diferenciarlos del resto de reinos taifas) fueron, entre otros, los siguientes:

Reino taifa de Mértola (1144-1150).

Mértola, situada en el Algarve, fue la primera plaza que Ibn Qasi, al mando de sus seguidores (muridinus), tomó en septiembre de 1144.

En 1145, algunos seguidores de Ibn Qasi se apartaron de su obediencia y se sublevaron en sus respectivas plazas o reinos. El mismo Ibn Qasi fue vencido y desalojado del poder por uno de sus seguidores, Abú Muhammad Sidray ben Wazir. El mahdí Ibn Qasi, que se había refugiado en el castillo de Mértola, acató al califa almohade y marchó al Magreb para pedirle ayuda. Abd al-Mumin se la concedió.

Desde 1145 a 1146, Mértola estuvo bajo el dominio de Badajoz, donde Sidray ben Wazir ostentaba el poder.

En 1146, Ibn Qasi volvió con tropas almohades, que penetraban por primera vez en al-Andalus. Estas realizaron incursiones que consiguieron el acatamiento o el sometimiento al califa almohade de todos los reinos que encontraron en su camino al Algarve, no sólo de los que se habían alzado contra Ibn Qasi. Mértola acató al califa almohade e Ibn Qasi fue repuesto, aunque bajo la obediencia almohade (es confuso saber si fue en Mértola o en Silves donde Ibn Qasi fue repuesto).

En aquel mismo año, Mértola fue el lugar de concentración de las tropas almohades y las de los reinos afectos de la zona para marchar contra Sevilla, que continuaba en poder de los almorávides. La ciudad fue tomada en enero de 1147.

En 1150, Ibn Qasi retiró su reconocimiento al califa almohade porque, seguramente, comprendió que pretendía apoderarse de todo al-Andalus. Para protegerse, Ibn Qasi intentó aliarse con el rey Alfonso I de Portugal, pero las gentes de Silves se alzaron y le dieron muerte.

En aquella fecha, el reino de Mértola desapareció bajo el dominio de los almohades.

(Son escasos, y a veces contradictorios, los datos que aparecen en los textos para describir los acontecimientos que se desarrollaron en los siguientes reinos de taifas durante aquel tiempo).

Reino taifa de Beja y Évora (1144-1150).

En 1144, las plazas de Beja y Évora fueron sublevadas por Abú Muhammad Sidray ben Wazir, que reconocía a Ibn Qasi. En 1145, conquistó Badajoz y dejó de reconocer a Ibn Qasi para dar su obediencia a Ibn Hamdin, régulo de Córdoba.

En 1146, Ibn Wazir se sometió a los almohades y les entregó el reino. En ese año, fue llamado a Mértola por los almohades para, con sus tropas y las de otros reinos de la zona, acudir a Sevilla para cercarla y tomarla.

Después de la toma de Sevilla en 1147, Beja y Évora se alzaron nuevamente al creer que los almohades habían sido derrotados por tribus sublevadas en el Magreb. Aplastada la rebelión, las tropas almohades regresaron en 1150 y el reino les fue entregado nuevamente.

Reino taifa de Badajoz (1145-1150).

En 1145, Badajoz fue conquistado por Abú Muhammad Sidray ben Wazir. Lo conservó hasta 1146, cuando, seguramente tuvo que entregarlo a los almohades. Después de la toma de Sevilla en 1147, el reino de Badajoz se alzó nuevamente bajo el mandato de Muhammad ben Alí ben al-Hayyam, al creer que los almohades habían sido derrotados por tribus sublevadas en el Magreb. En 1150, los almohades volvieron y recuperaron el reino.

Ibn al-Hayyam perdió la vida en 1151, cerca de Sevilla, en una batalla apoyando a los almohades.

Reino taifa de Silves (1144-1150).

En 1144, Abú al-Walid Muhammad ben al-Mundir se sublevó en Silves bajo la obediencia a Ibn Qasi.

En 1145, Silves, seguramente, siguió la misma suerte de Mértola cayendo en poder de Ibn Wazir. (En algunos textos, este personaje aparece como hermano del conquistador de Badajoz).

En 1146, el reino de Silves no acató al califa almohade y los recién llegados tuvieron que conquistarlo. Es confuso saber si Ibn Qasi fue repuesto en Silves o en Mértola

En 1147, después de la toma de Sevilla por los almohades con la ayuda de varios reinos del Algarve, Silves se alzó nuevamente al creer que los almohades habían sido derrotados por tribus sublevadas en el Magreb. Aplastada la rebelión, las tropas almohades regresaron en 1150 y el reino fue conquistado nuevamente.

Reino taifa de Niebla (1145-1150).

En 1145, Yusuf al-Bitruyí fue el seguidor de Ibn Qasi que se apoderó de Niebla. Cuando llegaron los almohades en 1146, acató al califa Abd al-Mumin.

En ese año, los almohades decidieron apoderarse de Sevilla. Para ello ordenaron que los régulos sometidos de la zona del Algarve acudieran con sus tropas a Mértola para concentrarse. Desde allí marcharon a Niebla donde su régulo Ibn Bitruyí los recibió, y todos juntos marcharon contra Sevilla.

Después de tomar Sevilla, en enero de 1147, los hermanos del ideólogo almohade Ibn Tumart, que quedaron como jefes militares, provocaron el descontento de los andalusíes por sus muchos desmanes. Uno de ellos fue el intento de asesinato de Yusuf al-Bitruyí, que volvió a Niebla donde retiró su obediencia al califa y expulsó a la guarnición almohade. A continuación renovó la alianza con los almorávides que aún quedaban en al-Andalus. Este hecho, y la creencia de que los almohades habían sido derrotados por una sublevación de las tribus bereberes en el Magreb, impulsaron el alzamiento de Sevilla. Aplastada la rebelión, las tropas almohades regresaron en 1150 y Yusuf al-Bitruyí tuvo que prestar sumisión al califa almohade.

En 1154, ya bajo el poder de los almohades, se produjo una rebelión en Niebla. Abú Zarcaya ben Yumar, enviado del califa almohade para pacificar la zona, tomó la plaza por asalto, pasó a cuchillo a todos los varones y vendió a las mujeres y niños como esclavos. Enterado el califa de su crueldad, lo encarceló e intentó reparar el conflicto restableciendo a los Banu Yahya, dirigentes de Niebla en la primera taifa.

Reino taifa de Tavira (1146-1167).

En 1146, Umar ben Abi Tut, seguidor de Ibn Qasi, se sublevó en Tavira. En 1150, los almohades tomaron la plaza y su régulo fue ejecutado. En 1151 la volvió a alzar otro personaje, Abd Allah ben Ubayd Allah, pero los almohades la recuperaron en 1167.


Reino taifa de Santarem (1144/5-¿?).

En 1144 o 1145, Labid ben Abd Allah, seguidor de Ibn Qasi, se apoderó de Santarén, plaza cercana a Lisboa.

En 1147, el rey Alfonso I de Portugal conquistó el reino.

En 1184, Abú Yaqub Yusuf, segundo califa almohade, murió cuando asediaba Santarem.

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Reino taifa de Córdoba (1145-1148).

Ahmad ben Hamdin al-Taglibi (1145-1146) pertenecía a la familia de un conquistador árabe que había entrado en al-Andalus a mediados del siglo VIII. Hacia 1134, fue nombrado cadí de Córdoba por los almorávides, siendo depuesto posteriormente por el emir Alí. Más tarde, se produjo una sublevación de los cordobeses contra el nuevo cadí que fue desactivada por Ibn Hamdin. Un año después, hacia 1141, el emir permitió que fuese elegido cadí nuevamente. Su mandato coincidió con la acelerada decadencia del poder almorávide y la rápida fragmentación de al-Andalus. Esta dinámica también se dio en Córdoba, donde sus gentes se rebelaron contra el gobernador almorávide y acordaron proclamar a Ibn Hamdin, al que juraron acatamiento en 1145.

Ibn Hamdin se instaló en el alcázar califal y se tituló “emir de los musulmanes y campeón de la religión”. Su mandato se vio interrumpido durante unos doce días, cuando los cordobeses proclamaron a Ahmad al-Mustansir Sayf al-Dawla (Zafadola). Este fue hijo del último rey de la taifa de Zaragoza, que después de haber sido depuesto por sus súbditos para entregar el reino a los almorávides, se había refugiado en Rueda para, apoyado por Alfonso I “el Batallador” de Aragón, continuar la lucha contra los almorávides. Más tarde, su hijo Zafadola se hizo vasallo del Alfonso VII de Castilla y León, que lo utilizó para, dándole apoyo militar, intentar crear un reino vasallo en al-Andalus con los andalusíes contrarios a los almorávides.

Cuando Ibn Hamdin volvió al poder, además de ocuparse de la gobernación política y militar del reino, solicitó de otros régulos su reconocimiento como soberano. Así lo hicieron, entre otros: Sidray de Badajoz, Ibn Adha de Granada, Ibn al-Hayy al-Lurqi de Murcia y Abú l-Qamar de Jerez y Arcos. A su vez, Ibn Hamdin envió una embajada de reconocimiento al califa almohade Abd al-Mumin, que se encontraba sitiando Marrakech en aquella época.

Ibn Hamdin fue depuesto por los cordobeses que llamaron al almorávide Ibn Ganiya.

Yahya ben Alí ben Ganiya (1146-1148) había sido gobernador almorávide en Murcia y Valencia hasta ser trasladado a Sevilla en 1142 o 1144. Actuó como último gobernador almorávide de al-Andalus. En 1146, los cordobeses lo llamaron para deponer a Ibn Hamdin. Partiendo desde Sevilla, entró en Córdoba después de haber derrotado a Ibn Hamdin, que tuvo que huir a Badajoz, para más tarde ir a Andújar. En aquel mismo año, y con la ayuda de Alfonso VII, Ibn Hamdin recuperó Córdoba, pero con Ibn Ganiya haciéndose fuerte en la medina y cercado por el rey castellano-leonés. Este, durante el cerco, tuvo noticias de que tropas almohades habían entrado en al-Andalus y que habían sido bien recibidas en ciudades como Jerez y Badajoz. Ante esta situación, Alfonso VII decidió conciliarse con Ibn Ganiya y dejarle Córdoba a cambio de vasallaje y pago de tributos. Ibn Hamdin se refugió en Málaga, donde murió en 1151.

En 1148, Ibn Ganiya, ante la exigencia de ceder a Alfonso VII las plazas de Úbeda y Baeza, que más tarde este conquistó, decidió entregar Córdoba y Carmona al general almohade de Sevilla, que había sido tomada en enero de 1147, y luego se refugió en Granada.

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Reino taifa de Málaga (1145-1153).

Abú l-Hakam al-Husayn ben Hassun (1145-1153), procedente de una familia noble árabe, era el cadí de Málaga desde 1143 o 1144. En 1145 se declaró independiente, para lo cual tuvo que vencer la resistencia de los almorávides que terminaron refugiándose en la alcazaba. Seis meses tardó Ibn Hassun en expulsarlos. Se tituló emir y dio el mando del ejército a su hermano Abú l-Hasan.

Ibn Hassun tuvo que comprar la ayuda de tropas cristianas para que lo defendieran de los continuos ataques de los almorávides. Para hacer frente al coste excesivo que aquello suponía, tuvo que imponer gravosos impuestos. Los malagueños, irritados, consiguieron que el caíd de la guardia del alcázar se alzase y se apoderara de la alcazaba. Ibn Hassun resistió en el alcázar, pero viéndose perdido quemó sus pertenencias e intentó suicidarse. Murió en 1153, dos días después de que entraran los almohades.

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Reino taifa de Granada (1144-1146).

Ibn Adha (1144) se alzó en Granada y reconoció como soberano a Ibn Hamdin de Córdoba, pero acabó aceptando la soberanía de Sayf al-Dawla (Zafadola). Los almorávides continuaron en Granada encastillados en su alcazaba.

Ahmad al-Mustansir Sayf al-Dawla (Zafadola) (1144-1146) fue reconocido por los granadinos.

En 1145, para desalojar a los almorávides de la alcazaba, Ibn Abi Yafar de Murcia encabezó un ejército que fue derrotado e Ibn Yafar muerto. En Granada, Zafadola debió permanecer hasta enero de 1146, fecha en que se retiró a Murcia.

Granada siguió siendo almorávide. En una fecha indeterminada entre 1154 y 1157, su gobernador almorávide la entregó a los almohades.

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Reino taifa de Valencia (1145-1172).

Abú Abd al-Malik Marwan ben Abd al-Aziz (1145) era cadí de Valencia. Las fuerzas vivas de la ciudad lo pusieron al frente del alzamiento contra los almorávides en 1145. En ese mismo año se apoderó de la plaza de Játiva con la ayuda de tropas murcianas; expulsó a los almorávides y provocó que su jefe, Abd Allah ben Hammu ben Ganiya, tuviera que huir a Almería.

Parece ser que los altos impuestos que implantó fueron una de las causas de su derrocamiento por el ejército. Ibn al-Aziz huyó en ese año de 1145, y acabó sus días en Marrakech.

Abú Muhammad Abd Allah ben Iyad (1145-1147) fue un general de gran prestigio que los valencianos eligieron para suceder a Ibn al-Aziz en 1145. Con sus soldados había ayudado a su predecesor a alcanzar el poder, ahora se lo quitaba. Designó como lugarteniente a Abd Allah ben Mardanis, tío de Muhammad ben Sad ben Mardanis que sería “el rey Lobo”. Ibn Iyad ya había reconocido a Zafadola en Murcia, de donde ya era régulo.

Cuando en 1146, en un enfrentamiento con sus aliados cristianos, Zafadola y Abd Allah ben Mardanis murieron, Muhammad ben Sad ben Mardanis fue nombrado lugarteniente en sustitución de su tío. Ibn Iyad murió en combate contra los cristianos y fue sucedido por Ibn Mardanis en 1147.

Abú Abd Allah Muhammad ben Sad ben Mardanis “rey Lobo” (1147-1172) fue reconocido como régulo de todo Levante (Xarq) (Murcia, Valencia y territorios limítrofes) a la muerte de Ibn Iyad. Nació en Peñíscola de una familia aristocrática muladí procedente del desaparecido reino taifa de Zaragoza, que tuvo que emigrar a Levante debido a la presión de las armas cristianas. Fue un hombre mundano, hábil estratega, inteligente y generoso. Representó la opción equidistante entre los musulmanes que se integraban en los reinos cristianos como mudéjares, y los que se enfrentaban a aquellos reinos. Conocido por los cristianos como “rey Lobo o rey Lope (Lubb)”, su posición fue la de mantener una independencia política combinada con el pago de algún tipo de tributos. Sus alianzas con los reinos y condados cristianos fueron constantes, además, mantuvo mercenarios cristianos en su ejército a base de incrementar los impuestos. Estas actuaciones fueron cuestionadas por muchos de sus súbditos.

Su llegada al poder en 1147 coincidió con la toma de Sevilla por los almohades y la conquista por parte de Alfonso VII, rey de Castilla y León, de Andújar, Úbeda, Baeza y Almería, cuyo puerto, (base pirata) era bloqueado por las flotas combinadas de Génova, Pisa y Barcelona. Esta última acción significó que al-Andalus quedó partido en dos, aunque no afectó a los territorios dominados por Ibn Mardanis.

En 1149, Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa, Lérida, Fraga y Mequinenza. A pesar de que eran plazas situadas en su zona de influencia, Ibn Mardanis no dio respuesta militar, pero sí actuó diplomáticamente para aislar al conde de sus aliados, Pisa y Génova. Con ellos estableció acuerdos para que instalaran factorías comerciales en Denia y Valencia. Ante la imposibilidad de evitar la caída de los territorios situados al norte de Ebro, Ibn Mardanis decidió comprar la paz al conde, pagándole parias para que no le atacara y lo apoyara militarmente contra cualquier enemigo.

Durante unos años, Ibn Mardanis disfrutó en Murcia, capital de su reino, de una paz que le permitió reforzarse económica y militarmente, contratando más mercenarios cristianos y fortificando plazas estratégicas. Paz que terminó cuando en 1152, Ibn Mardanis, ayudado por Alfonso VII, intentó tomar Guadix sin conseguirlo.

En 1156, Ibn Mardanis firmó una alianza de defensa mutua con Alfonso VII. El acuerdo incluía un intercambio de plazas fuertes y su vasallaje al rey castellano-leonés. En virtud del mismo, en 1157, ambos reyes unieron sus tropas y acudieron a Almería para levantar el sitio que los almohades realizaban a su alcazaba; al no tener el apoyo de la flota genovesa tuvieron que retirarse y Almería cayó en poder de los africanos. En el camino de vuelta, después de atacar Granada sin éxito, Alfonso VII murió.

En 1158, la guerra civil en Castilla por la regencia del heredero de Sancho III, que había muerto ese año, y las injerencias del rey de León en los asuntos castellanos, provocó el abandono de la lucha contra los almohades por algún tiempo; durante el cual, las tropas de Ibn Mardanis fueron las únicas que se enfrentaron a ellos. Prueba de ello fue que entre aquel año y 1159, junto con su suegro Ibrahim ben Ahmad ben Hamusk, régulo de la pequeña taifa de Segura, había tomado Écija y Carmona a los almohades.

En 1159, Ibn Mardanis a la cabeza de un ejército con gran proporción de mercenarios cristianos, se apoderó de la plaza almohade de Jaén. Esta plaza, junto con Úbeda y Baza, fueron entregadas por Ibn Mardanis, para gobernarlas, a su suegro Ibn Hamusk.

En 1160, Ibn Mardanis y su suegro asediaron Córdoba y lograron dar muerte a su gobernador en una emboscada, cuyos territorios ya habían sido destruidos en los dos veranos anteriores. Con esta actuación y las conquistas anteriores de Écija y Carmona, Sevilla, capital de los almohades en al-Andalus, se encontraba en una mala situación. El peligro se materializó cuando Abú Yaqub, hijo del califa Abd al-Mumin y gobernador Sevilla, fue derrotado en una batalla dada cerca de la capital y tuvo que huir para refugiarse en ella. Desde allí pidió ayuda urgente a su padre. El califa cruzó el Estrecho, recibió la renovación del juramento de fidelidad de las delegaciones de todos los territorios, confirmó el nombramiento de gobernadores de sus hijos en Sevilla y Córdoba, y regresó al Magreb a los dos meses, para desde allí enviar tropas y pertrechos a al-Andalus. En 1161, los almohades expulsaron a las tropas de Ibn Mardanis de Écija y Carmona, alejando la amenaza que se cernía sobre Sevilla y Córdoba.

En 1162, Ibn Hamusk, con el apoyo de los residentes judíos, logró entrar en Granada y sitiar a los almohades en la alcazaba; Ibn Mardanis le envió tropas para apoyar el asedio. A mediados de aquel año, los africanos levantaron el asedio y expulsaron a las tropas de Ibn Mardanis e Ibn Hamusk. Este se retiró a sus posesiones de Segura y dejó a su visir al-Waqqasi la defensa de Jaén, que era atacada por los almohades.

En 1165, los almohades consiguieron paralizar el avance del rey Lobo sobre Córdoba al derrotarlo en el castillo de Luque. Pocos meses más tarde se hicieron con Andújar, Galera, Caravaca, Baza y la sierra de Segura. A continuación, con movimientos de distracción sobre Lorca y Cartagena, los almohades llegaron a pocos kilómetros de Murcia. En el enfrentamiento que allí se produjo, Ibn Mardanis fue derrotado y tuvo que refugiarse en las murallas de su capital. Después de asolar sus alrededores, las tropas almohades volvieron al Magreb. A pesar de ello, la derrota del rey Lobo no fue definitiva.

Entre 1166 y 1167, el caballero navarro Pedro Ruiz de Azagra, vasallo de Sancho VI y tenente de Estella, junto con sus mesnadas se pusieron al servicio del rey Lobo para luchar contra los almohades. En agradecimiento, o en pago por su ayuda, Ibn Mardanis le cedió el señorío de Albarracín a finales de 1168. Con ello, además de la recompensa, puso un obstáculo al posible avance de Aragón en sus tierras del norte.

En aquel mismo año de 1168, tropas cristianas de Ibn Mardanis, que habían partido desde Guadix, atacaron Ronda, aunque fueron hostigados cuando regresaban.

En 1169, el califa ofreció a Ibn Mardanis dignidades y un importante cargo en el estado almohade si se rendía; el rey Lobo rechazó la oferta, pero su suegro Ibn Hamusk sí la aceptó. Este, que tenía desavenencias con su yerno, agudizadas por el repudio de su hija por Ibn Mardanis, marchó a Córdoba para entregar Jaén y someterse a los almohades. Durante un año, Ibn Mardanis estuvo atacando las tierras de Jaén, sin que las almohades pudieran responder. Al contratiempo de la defección de Ibn Hamusk, se añadió la invasión de tropas de Alfonso II de Aragón por el norte de su reino. Ibn Mardanis recurrió al recién declarado mayor de edad Alfonso VIII de Castilla, del que era vasallo, para pedir su protección. El castellano accedió, pero a cambio de la entrega de las plazas de Vilches y Alcaraz. Para cumplir el acuerdo, en junio de 1170, Alfonso VIII se reunió con Alfonso II en Sahagún y firmaron un pacto por el que el aragonés concedía una tregua de cinco años a Ibn Mardanis a cambio de recibir parias de este durante esos años.

En aquel mismo año de 1170, el caballero navarro Pedro Ruiz de Azagra consiguió la independencia del señorío de Albarracín y Sancho VI de Navarra, sabiendo que no podía plantear la integración del señorío en su reino, optó por apoyar su consolidación. Por su parte, el caballero navarro se sirvió de Navarra y de Castilla para mantenerse y evitar el avance aragonés.

En 1171, un gran ejército almohade, reforzado por las tropas de Ibn Hamusk, se puso en marcha desde Córdoba para ir contra Ibn Mardanis. Tomaron Quesada, en el alto Guadalquivir, y se instalaron otra vez ante Murcia. La resistencia de las plazas dominadas por Ibn Mardanis fue flaqueando y se fueron entregando al poder almohade. Así sucedió, entre otras, con Lorca, Baza y Almería. Esta última, que había sido tomada recientemente por el rey Lobo, la sublevó un primo suyo y la entregó a los magrebíes. Posteriormente cayó Alcira ante la impotencia de Ibn Mardanis. En agosto de 1171 todo el reino de Valencia estaba en manos de los almohades. Hasta el propio gobernador de Valencia, hermano de Ibn Mardanis, aceptó la sumisión al califa y entregó la ciudad.

En 1172, abandonado por sus súbditos, parientes y aliados, Ibn Mardanis cayó enfermo. Varios meses después, tras encargar a sus hijos la entrega del reino a sus enemigos de toda la vida, falleció.

Los familiares y colaboradores de Ibn Mardanis, después de su acatamiento, fueron bien acogidos por los almohades y recuperaron sus cargos. Es el caso de su hermano, que fue repuesto en el gobierno de Valencia, además, una hija del rey Lobo se casó con el califa y otra con un hijo de este.

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Reino taifa de Murcia (1145).

Abú Muhammad Abd al-Rahman ben al-Hayy al-Lurqi (1145) fue elegido por los murcianos para proclamar la independencia. Como otros régulos, reconoció como soberano a Ibn Hamdin de Córdoba. Fue un hombre piadoso que aceptó el nombramiento con escaso entusiasmo porque deseaba practicar el ascetismo. A pesar de ello, inició una agresiva política encaminada a acabar con el poder almorávide. Primero expulsó a la guarnición magrebí de Orihuela y a continuación ayudó a los valencianos a hacer lo propio con la guarnición de Játiva. Luego renunció.

Abd Allah ben Faray al-Tagri (1145) reemplazó a Ibn al-Hayy. Reconoció como soberano a Ahmad al-Mustansir Sayf al-Dawla (Zafadola), acuñó moneda y se tituló “rais”. Su mandato duró unos pocos días al ser desplazado por Ibn Yafar.

Ibn Abi Yafar al-Jusani (1145) era cadí y desplazó a Ibn al-Tagri del poder. Se mantuvo en el mando durante tres meses. Realizó una campaña contra los almorávides de Granada y murió en el enfrentamiento.

Abú Abd al-Rahman Muhammad ben Tahir al-Qaysí (1145), perteneciente a la influyente familia de los Banu Tahir, fue elegido por los murcianos para suceder a Ibn Yafar. Tampoco duró mucho en el poder, puesto que Ibn Iyad de Valencia lo desplazó en aquel mismo año.

Abú Muhammad Abd Allah ben Iyad (1145), régulo de la taifa de Valencia, se presentó en Murcia y apartó del poder a Ibn Tahir sin la necesidad de recurrir a las armas. Seguramente, la ausencia de las tropas murcianas que habían luchado contra Granada facilitara el derrocamiento de Ibn Tahir. El nuevo mandatario acogió a Zafadola y lo reconoció como soberano.

En 1146, en un enfrentamiento, dado cerca de Chinchilla, con sus aliados cristianos, Zafadola y Abd Allah ben Mardanis murieron. Este último, era tío de Ibn Mardanis, el que sería “rey Lobo”. Con la muerte de Zafadola, se frustraron los planes de intervención de Alfonso VII en los territorios sublevados contra los almorávides.

Murcia compartió desde entonces los destinos del reino taifa de Valencia, excepto una breve recuperación del poder por parte de Abd Allah ben Faray al-Tagri, que Ibn Iyad resolvió ordenando su asesinato.

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Reino taifa de Carmona. (Las fuentes no precisan si realmente fue un reino taifa).

Dardus, según algún texto, se independizó en Carmona. En otro, sin mencionar a Dardus, dice que Carmona se convirtió en uno de los bastiones almorávides que quedaron en al-Andalus cuando se desmoronó su imperio, y que después de la conquista de Sevilla en 1147 por los almohades, los almorávides de esta ciudad se refugiaron en Carmona.

Ibn Ganiya, el régulo de Córdoba, entregó la plaza de Carmona a los almohades en 1148, pero en 1160, las tropas de Ibn Mardanis la tomaron. En 1161, los almohades la recuperaron.

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Reino taifa de Jaén (1145-1168).

Alcanzó la independencia en 1145 con Zafadola. Ese mismo año fue derrocado por Ibn Ganiya, que lo anexiona al reino taifa de Córdoba.

En 1148, Ibn Ganiya entrega Jaén a los almohades.

En 1159, el rey Lobo conquistó Jaén y lo incorporó al reino taifa de Murcia, pero entregó su gobierno a su suegro Ibn Hamusk. Finalmente, en 1168, pasó a manos de los almohades.

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Reino taifa de Almería (1145-1147).

Abú Abd Allah ben Maymun se alzó en 1145.

Abd Allah ben Muhammad ben al-Ramimi le sucedió en 1146 hasta 1147, cuando el reino fue conquistado por Alfonso VII de Castilla y León.

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Reino Taifa de Guadix-Baza (1145-1151).

Ahmad ben Malham proclamó un señorío independiente en Guadix y Baza en el año 1145. Otras fuentes afirman que estuvo regida por Azkas, que fue muerto por los almohades.

En 1151 fue conquistado por Ibn Mardanis.

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Reino taifa de Purchena.

Ibn Miqdam se alzó en Purchena. Gracias a que las tropas almohades enviadas desde Almería se sublevaron en los barcos matando a su general, Purchena pudo aguantar hasta pasado 1157, fecha de la toma de Almería.

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Reino taifa de Baleares (h.1147-1203).

El primer reino taifa de Baleares había caído bajo el control del Imperio almorávide en 1116. Fue el último reducto de los norteafricanos en al-Andalus. Durante varios años se fueron sucediendo gobernadores almorávides en las Islas, siendo uno de ellos Muhammad ben Alí ben Ganiya, cuya familia estaba emparentada con los emires almorávides.

Muhammad ben Alí ben Ganiya (h.1147-1155) era hermano de Yahya, el que fuera último gobernador almorávide de al-Andalus. Había sido nombrado gobernador en 1126/7 y continuó en su puesto hasta que el imperio dio sus últimos estertores. Hacia 1147, continuó detentando el poder, pero ya como un régulo independiente. Reconoció al califa abbasí de Bagdad e inició la dinastía de los Banu Ganiya en las Baleares hasta el final del reino. Este prosperó gracias, principalmente, a la actividad corsaria. Murió asesinado con su heredero por su hijo Ishaq en 1155, que le sucedió.

Ishaq ben Muhammad (1155-1184) gobernó despóticamente, con lo que provocó varias importantes deserciones, como la del jefe de la flota. Acuñó moneda y alternó las incursiones piratas contra las costas de Barcelona, Languedoc y Provenza con tratados comerciales con Pisa y Génova. Reconoció al califa almohade Abú Yaqub Yusuf, aunque es posible que lo hiciera su sucesor. Murió en 1184.

Muhammad ben Ishaq (1184-1184) sucedió a su padre Ishaq. El califa almohade Abú Yaqub Yusuf envió a un general para recibir la sumisión, pero los Banu Ganiya se opusieron y Muhammad fue depuesto por su hermano Alí.

Alí ben Ishaq (1184-1185) derrocó a su hermano Muhammad. El nuevo régulo intentó restaurar el imperio almorávide en el Magreb. Para ello, en el primer año de su reinado, aprovechó la muerte del califa almohade Abú Yaqub Yusuf en la batalla de Santarem, para dejar como regente del reino a su hermano Talha y partir hacia la costa africana con una flota de treinta y dos naves. En 1185 logró la conquista Bugía, que retuvo durante siete meses, y la de varias plazas entre las que se encontraba Argel.

Mientras Alí continuaba su peripecia africana, en el reino taifa de Baleares se produjeron una serie de luchas por el poder que propició la reposición de Muhammad.

Muhammad ben Ishaq (1185-1187) retornó al poder por segunda vez. Volvió a reconocer al califa almohade, pero se arrepintió casi inmediatamente. Su actitud provocó su definitivo derrocamiento y le sucedió su hermano Tasufín.

Tasufín ben Ishaq (1187) sucedió a su hermano Muhammad y pronto fue destronado por otro de sus hermanos, Abd Allah.

Abd Allah ben Ishaq (1187-1203) fue el último régulo del reino taifa de Baleares, ya que en 1203, el reino taifa de Baleares cayó definitivamente en manos de los almohades.

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Además de los anteriormente descritos, existieron otros reinos de taifas que solamente aparecen en referencias aisladas en los textos con una nominación y, en alguna ocasión, el nombre del personaje que se alzó con la independencia. Entre ellos, se pueden citar los siguientes:

Reino taifa de Ronda (1145-1146).

Abú l-Qasim Ahyal se alzó en 1145. También llegó a señorear Arcos y Jerez. Se sometió a los almohades en 1146.

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Reino taifa de Jerez (1145-1146).

Abú l-Gamr ben Azzun, de la familia de los Banu Ganiya, creó la taifa de Jerez en 1145 y se proclamó emir. En 1146, prestó obediencia al califa almohade.

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Reino taifa de Tejada.

Fue uno de los reinos que surgió con la sublevación de Ibn Qasi en la zona del Algarve.

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Reino taifa de Aznalcázar.

Reino que estaba situado al oeste de Sevilla.

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Reino taifa de Constantina y Hornachuelos.

Situado entre córdoba y Sevilla. Se alzó en él Ibn Marwan.

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Reino taifa de Alcalá la Real.

Situado entre Granada y Jaén. Cayó en poder de los almohades al mismo tiempo que Granada y en la misma acción.

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Reino taifa de Segura.

Situado al noroeste de Murcia. Se alzó Ibrahim ben Ahmad ben Hamusk, suegro de Ibn Mardanis, en 1146 y lo entregó a los almohades en 1169.

 

Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)

Castilla: 

Rey de Castilla y León.

Alfonso VII "el Emperador" (1126-1157).

Reyes de Castilla.

Sancho III "el Deseado" (1157-1158).
Alfonso VIII (1158-1214).

León:

Reyes de León.

Fernando II (1157-1188).
Alfonso IX (1188-1230).

Aragón:

Reyes de Aragón.

Petronila (1137-1162).

------- 1162.- Unión del reino de Aragón con el condado de Barcelona por matrimonio entre Petronila y Ramón Berenguer IV.

Alfonso II "el Casto" (1162-1196).
Pedro II "el Católico" (1196-1213)

Navarra:

Reyes de Navarra.

García IV Ramírez "el Restaurador" (1134-1150).
Sancho VI "el Sabio" (1150-1194).
Sancho VII "el Fuerte" (1194-1234).

Cataluña:

Condes de Ampurias.

Ponce II (1116-1153).
Hugo III (1153-1173).
Ponce III (1173-1200).
Hugo IV (1200-1230).

Conde de Barcelona.

Ramón Berenguer IV (1131-1162).

------- 1162.- Unión de Barcelona y Aragón.

Condes de Urgel.

Armengol VI (1102-1153).
Armengol VII (1153-1184).
Armengol VIII (1184-1208).

Condes de Pallars-Sobirá.

Artal III (h.1124-h.1167).
Artal IV (h. 1167-h.1182).

------- En 1175, Alfonso II de Aragón cedió en vasallaje el condado al conde Céntulo III de Bigorra.

Condes de Pallars-Jussá.

Arnaldo Mir (1124-1174).
Ramón VI (1174-h.1177).
Valença (h.1177-h.1182).
Dulce de So (h.1182-1192).

------- 1192.- Unión a la Corona de Aragón.

Portugal:

Reyes de Portugal.

Alfonso I (1139-1185).
Sancho I (1185-1211).

Al-Andalus:

Emir almorávide soberano en al-Andalus.

Tasufin ben Alí (1143-1145).

Califas almohades soberanos en al-Andalus.

Abd al-Mumin (1146-1163).
Abu Yaqub Yusuf al-Shanid (1163-1184).
Abu Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199).
Abú Abd Allah al-Nasir (1199-1213).

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