Resumen

Además del comienzo de las guerras civiles (fitna) en al-Andalus, otra de las consecuencias del triunfo de Muhammad II al-Mahdí, cuando se hizo con el califato en 1009 después de dar un golpe de estado contra Hisham II, fue la represión contra los saqalibas (antiguos esclavos eslavos que habían ocupado altos puestos en la Administración y en la milicia) por no haberlo apoyado. Estos tuvieron que huir y refugiarse en diferentes lugares de al-Andalus, aunque mayoritariamente lo hicieron en la zona de Levante (Xarq), donde consiguieron constituir algunos reinos de taifas. Uno de ellos fue el de Denia fundado en 1010/2 por Muyahid, que fue su primer régulo. Este reino integraba las islas Baleares.

Abú l-Yays Muyahid ben Abd Allah al-Amirí al-Muwaffaq bi-Allah (1010/2-1045) había sido un eslavo liberto (saqaliba) que procedía, seguramente, de Cerdeña y que había estado muy encumbrado por la familia de Almanzor en la Administración de Levante. Recibió una buena formación y era un auténtico erudito en ciencias filológicas y coránicas. Cuando abandonó Córdoba se dirigió a los recién creados reinos taifas de Tortosa y Valencia. En este reino se enfrentó con sus régulos Mubarak y Muzaffar, por lo que fue expulsado. Después se instaló en Denia, ciudad de la que posiblemente había sido gobernador durante la época amirí, y la independizó, dándose a sí mismo el título honorífico de al-Muwaffaq bi-Allah.

En diciembre de 1014, Muyahid consideró necesario, para legitimarse, rechazar al califa de Córdoba Sulayman al-Mustaín que lo había confirmado en su cargo anteriormente, y tener su propio califa, por lo que proclamó a un modesto príncipe omeya llamado Abd Allah al-Muaytí, que tomó el título honorífico de al-Muwaqaf, del que Muyahid se autonombró hayib (chambelán). Este no utilizó a su califa para intervenir en los asuntos de Córdoba, sino para obtener el dominio de las islas Baleares, que consiguió de forma pacífica.

En septiembre de 1015, aprovechando la potente marina de Denia y Baleares, organizó una expedición contra Cerdeña compuesta por ciento veinte naves y mil caballeros. Tras un triunfo inicial, fracasó y fue expulsado por las flotas de Pisa y Génova que acudieron a petición del papa Benedicto VIII en la primavera de 1016. En su retirada tuvo que dejar en calidad de prisioneros a parte de su familia y a su hijo Alí, futuro heredero, que regresó a Denia en 1032.

Parece ser que su califa al-Muaytí, durante la ausencia de Miyahid, intentó hacerse con el poder. Esto le costó el destierro al Magreb cuando el régulo volvió.

Cuando en 1017/9 murieron los régulos de Valencia Mubarak y Muzaffar, Muyahid fue llamado por Labid de Tortosa, a quien los valencianos habían ofrecido el reino, para compartir, en calidad de asociado, el gobierno de aquella taifa. Durante algún tiempo gobernaron en armonía, pero pronto las diferencias entre ellos hicieron que Labib se volviera a Tortosa y Muyahid gobernara en solitario hasta que en 1021 fue destronado por los eslavos que entronizaron a Abd al-Aziz, nieto de Almanzor.

En noviembre de 1025, el califa Yahya ben Alí ben Hammud, en su segundo mandato, se presentó en Córdoba sólo para hacerse representar por su visir Abu Chafar Ahmad ben Musa y luego volver a sus territorios de Málaga en marzo de 1026. Algo más tarde, Muyahid y Jayran, régulo de Almería y Murcia, con la complicidad de los cordobeses, reunieron un ejército y expulsaron de Córdoba al visir Abu Chafar. Pero les fue imposible ponerse de acuerdo para la restauración de un poder estable. En junio de aquel año, Jayran regresó a Almería y Muyahid volvió a Denia algo más tarde, dejando a Córdoba sumida en la anarquía.

En 1028, murió Jayran y le sucedió Zuhayr. Muyahid, con la intención de apoderarse del territorio de Murcia, apoyó a Abú Amir ben Jattab, uno de los gobernadores que había puesto Zuhayr, que estaba en lucha por el poder contra el otro gobernador, Abú Bakr ben Tahir, al cual apresó. Zuhayr repuso a este último y trasladó al otro a Almería. Muyahid no consiguió territorios, pero siguió intentándolo.

En 1035, Muyahid reconoció al falso califa Hisham II que había sido patrocinado por Muhammad ben Abbad, régulo de Sevilla.

Cuando en 1038 murió Zuhayr, Muyahid aceptó con renuencia que Abd al-Aziz de Valencia se alzara con los reinos de Almería y Murcia. En un principio, hubo buenas relaciones entre ambos régulos, pero más tarde aquellas se deterioraron y Muyahid invadió Orihuela, Elche y algunas tierras de Murcia. La guerra que se desencadenó fue desastrosa para la taifa de Valencia que quedó reducida a poco más que la ciudad y a unos pocos territorios y castillos casi autónomos. Gracias a que Muyahid casó estratégicamente a sus hijas con los reyes de Valencia, Zaragoza y Sevilla, la guerra terminó en 1041.

En julio de 1045 murió Muyahid y le sucedió su hijo Alí.

Alí ben Muyahid Iqbal al-Dawla (1045-1076) había estado prisionero en Cerdeña hasta que fue rescatado en 1032. Fue el segundo régulo del reino de Denia y Baleares, y tomó el título honorífico de Iqbal al-Dawla (prosperidad de la dinastía). Su hermano Hasan aceptó con reservas su proclamación, tramando más tarde un fracasado complot, patrocinado por el régulo de Sevilla, para asesinarlo.

Durante los treinta y un años que permaneció en el poder, no hay sucesos extraordinarios que reseñar. La prosperidad del reino, la ausencia de guerras y las buenas relaciones con los reinos cristianos fueron las características de su reinado. Hasta que en 1076, el reino de Denia cayó bajo la soberanía del reino de Zaragoza.

Ahmad ben Sulayman al-Muqtadir (1076-1081/3), régulo del reino de Zaragoza, se apoderó del reino de Denia en la primavera de 1076. A continuación, entregó el gobierno de la taifa a su hijo Mundir. Unas fuentes afirman que Iqbal al-Dawla huyó al Magreb y otras que acabó sus días en Zaragoza. Un hijo suyo, que se tituló Siray al-Dawla, intentó recuperar el reino con la ayuda del conde Ramón Berenguer II de Barcelona, pero al-Muqtadir se lo impidió.

A partir de aquel año, Baleares siguió su propio camino como reino independiente y el reino de Denia cayó bajo la soberanía del reino de Zaragoza.

Mundir ben al-Muqtadir (1081/3-1090) heredó de su padre al-Muqtadir el reino de Denia y lo sumó a los de Tortosa, Monzón y Lérida de los que también era régulo. Guerreó contra su hermano Yusuf al-Mutamin, régulo de Zaragoza, en defensa de esa zona norte de su reino, que Yusuf quería añadir a su taifa.

En la primavera de 1086, Mundir intervino en los asuntos del reino de Valencia apoyando al señor de la plaza de Játiva en su negativa a reconocer al nuevo régulo al-Qadir. Se presentó ante las murallas de Valencia y obligó a este a encerrarse en la ciudad.

En 1087, Mundir intentó aprovechar, como otros régulos, la derrota en Sagrajas/Zallaqa de Alfonso VI ante los almorávides para hacerse con el reino de Valencia regido por al-Qadir, que era protegido del castellano. Para ello, se presentó de nuevo ante las murallas de Valencia reforzado con tropas del condado de Barcelona. Al-Qadir pidió ayuda a al-Mustain de Zaragoza y a Alfonso VI. Ambos respondieron enviando tropas. Las castellanas-leonesas estaban comandadas por el Cid. Juntos repelieron el ataque.

Mundir murió en 1090 y fue sucedido por su hijo Sulayman.

Sulayman ben Mundir Sayyid o Sad-al-Dawla (1090-1092) sucedió a su padre siendo un niño y tomó el título honorífico de Sayyid o Sad al-Dawla. Reinó bajo la tutoría de una poderosa familia hasta que el reino fue conquistado por los almorávides en 1092.

Sucesos contemporáneos (durante todos los reinos de taifas)

Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la España cristiana)

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