Genealogía

Resumen

En febrero de 743, al-Walid II, hijo del califa Yazid II, sucedió en el califato a su tío Hisham a pesar de la fuerte oposición que ejerció la corte omeya para respaldar su nombramiento. La razón de la disconformidad fue su modo de vida plagada de inmoralidades contrarias al espíritu del islam.

Inició su corto califato con una fuerte represión contra aquellos que se habían opuesto a su elección. Para atraerse la voluntad popular, rebajó los impuestos, aumentó los salarios a los militares sirios y asistió organizadamente a los enfermos.

Realizó varios nombramientos de valíes en diferentes zonas del imperio. Así, en la región de Jorasán confirmó a Nasr ben Sayyar. En Medina nombró a su tío Yusuf ben Muhammad. En al-Andalus, designó al kalbí, perteneciente a la aristocracia de Damasco, Abu-l-Jattar al-Husam ben Dirar a petición del de Ifriqiya. Con ello desautorizaba la actuación del anterior valí Thalaba ben Salama al-Amilí. El nuevo valí llegó en mayo de 743 con la misión de apaciguar las rivalidades entre las diferentes tribus árabes. Su primera actuación fue devolver la libertad a los cautivos tomados en Mérida, que habían sido vendidos como esclavos, y conceder una amnistía a los rebeldes que se habían vuelto a reunir después de la derrota de Aqua Portora. Para evitar la fuente de disturbios que supondría mantener en Córdoba a los chundis, los convenció para que se instalaran en feudos de los que serían beneficiarios. A cambio, tendrían la obligación de prestar el servicio militar y el compromiso de responder, si fuera necesario, a las órdenes de movilización. Los chundis, que había tenido una organización semejante en Siria (los chunds), aceptaron y se distribuyeron de la siguiente forma: el chund de Damasco se estableció en el distrito de Elvira (Granada); el del Jordán, en el de Reyyo (Archidona y Málaga); el de Palestina, en el de Sidonia (Medina Sidonia); el de Emesa, en la región de Sevilla y Niebla; el de Qinnasrin, en el territorio de Jaén, y, por último, el de Egipto recibió a la vez feudos en el Algarve y en el distrito de Tudmir (Murcia).

(Me es imposible encontrar las fechas para delimitar qué parte de la actuación del valí de al-Andalus corresponde al califato de al-Walid II y cuál al de su sucesor Yazid III. Por ello, interrumpo el relato en este punto por parecerme lo más probable.)

El califa al-Walid II se distinguió por su codicia, crueldad y libertinaje. Ello provocó odios, descontentos y sublevaciones. La última de ellas fue la de su primo hermano Yazid, futuro califa, que ayudado por el general Abd-al-Aziz ibn al-Hajjaj reclutó un pequeño ejército que asedió el palacio del califa. Al-Walid II consiguió refugiarse en un castillo, pero fue apresado y asesinado por el general, que cortó su cabeza y se la envió a Yazid en abril de 744.

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