Ir a Inicio

Ir a Califato, emirato y reinos en al-Andalus

Ir a Califato Omeya de Damasco
Ir a Califa anterior
Ir a Califa posterior

Hisham
10º Califa Omeya de Damasco (691<724-743>743)

Genealogía

 

Resumen

Hisham, hermano de los califas al-Walid I, Sulayman y Yazid II, sucedió a este último cuando murió en el año 724. Estableció su palacio residencial en Resafa, en el norte de Siria. Continuó las reformas emprendidas por el califa Omar II y fue gran impulsor de las artes y de la educación. Construyó escuelas y supervisó la traducción al árabe de numerosas obras literarias y científicas.

En el plano militar, y en la zona oriental del imperio, Hisham reanudó con éxito las hostilidades contra el imperio bizantino que duraron casi trece años y que comenzaron con la invasión de Capadocia en el año 726. En 727, las tropas califales asediaron Nicea, cerca de Constantinopla y en 730 repitieron la invasión de Capadocia devastando su capital, Cesarea. En 731, las incursiones llegaron hasta Paflagonia, junto al mar Negro. Esta racha de victorias acabó en el año 739 con una gran derrota en la batalla de Akroinon, en Anatolia. En el año siguiente los bizantinos, aprovechando su victoria anterior, hicieron una incursión naval en las costas de Siria.

En el año 730, los jázaros del kanato situado en el Cáucaso Norte invadieron el noroeste de Irán y derrotaron a las tropas de Hisham en Ardebil. Al año siguiente, los árabes los vencieron en Mosul. En 737, los ejércitos de Hisham, bajo el mando inicial de Maslama ben Abd al-Malik y luego de Marwan ben Muhammad (futuro califa), atravesaron el Cáucaso y derrotaron a un ejército jázaro. La debilidad del régimen omeya imposibilitó una ocupación permanente del kanato y, además, no pudo frenar la oposición de las minorías de musulmanes no árabes y de chiitas en la zona de Persia y del norte de Irak. Esta oposición se había convertido en una revuelta abierta en 736, cuando los chiitas se hicieron fuertes en la ciudad de Kufa (Irak). Bajo el mando de Zayd ben Alí, nieto de Husayn y miembro de la familia de los Banu Hashim (abbasíes), los chiitas controlaron aquella ciudad hasta el año 740. Pero la revuelta de Zayd fracasó.

Mientras tanto, en la zona occidental del imperio, en al-Andalus, se fueron sucediendo para su gobierno valíes nombrados casi todos por el de Qayrawan en Ifriqiya y muy pocos por el propio califa. Tenían la misión de consolidar el dominio árabe, pacificar los territorios díscolos y, en algunos casos, hacer la guerra santa.

El primer valí bajo el califato de Hisham fue Anbasa ben Suhaym al-Kalbí, que ya gobernaba en al-Andalus desde el califato anterior. Este valí volvió a cruzar los Pirineos en el año 725 y tomó la ciudad de Carcasona. Al regreso de la campaña, en el año 726, el valí falleció de muerte natural. Le sucedió interinamente, y por decisión de los árabes de al-Andalus, Udhra ben Abd Allah al-Fihrí que conservó el cargo durante pocos meses de aquel año hasta que el valí de Ifriqiya lo sustituyó por el kalbí Yahya ben Salama al-Kalbí. El mandato del nuevo valí, que se prolongó hasta el año 728, se caracterizó por la paz interior en al-Andalus y por la ausencia de confrontaciones militares con el incipiente reino cristiano de Asturias. Fue sustituido por Hudhaifa ben al-Ahwas al-Qaysí que duró en el cargo tres o cuatro meses, hasta que fue relevado por Uthman ben Abi Nisa al-Jathami. También este valí permaneció muy pocos meses en el puesto, ya que en 729 fue sustituido por el qaysí al-Haytham ben Ubayd al-Kilabí. El mandato de este valí se caracterizó por el ensañamiento con que trató a los yemeníes afincados en al-Andalus, y por su incitación al asesinato de muchos miembros del clan kalbí. La reacción que produjo este comportamiento fue tan fuerte que el califa Hisham envió a un nuevo valí, Muhammad ben Abd Allah al-Ashchai, para destituirlo e imponerle un castigo infamante. El gobierno de este valí duró hasta marzo o abril de 730, ya que fue sustituido por orden superior.

El nuevo valí, Abd al-Rahman ben Abd Allah al-Gafiqí, repetía en el cargo, ya que lo había ocupado interinamente en el año 721. Era un hombre de gran prestigio, piadoso y justo en sus actuaciones de gobierno. Tuvo que restablecer el dominio árabe en la Cerdaña, territorio situado a ambos lados de los Pirineos orientales, derrotando al jefe bereber Munuza que se había sublevado y aliado con el duque Eudes de Aquitania, que quería así protegerse de los francos. A continuación, el valí realizó un ataque al territorio de Languedoc. Al año siguiente, en 732, con un gran ejército, atravesó los Pirineos por la ruta de Pamplona y entró en Aquitania invadiendo los valles del Garona y del Dordoña. El duque Eudes intentó salvar Burdeos pero fue derrotado y la ciudad saqueada. El avance de las tropas árabes hizo que el conde Eudes pidiese ayuda a sus, hasta ahora, enemigos los francos. Carlos Martel, mayordomo de palacio, acudió con su ejército y con los restos del aquitano al encuentro de los árabes. El enfrentamiento se produjo el ocho de octubre de aquel año en Poitiers, cerca de Tours, donde el ejército árabe fue derrotado y el valí muerto.

Para sustituir al difunto Abd al-Rahman, el valí de Ifriqiya nombró valí de al-Andalus al aristócrata kalbí Abd al-Malik ben Qatan al-Fahrí. Era un hombre petulante, incapaz, tiránico y codicioso que practicó una política de recaudación desmedida de impuestos con abusos de los recaudadores y recurriendo a injusticias legales. Actuación que agravó la situación económica de los cristianos sometidos y sin producir provecho alguno. Detrás de estas prácticas, parece que estaba la presión y el reproche del califa que le impulsaba a efectuar campañas militares para engrosar las arcas públicas con el botín obtenido. Empujado por la reprimenda, el valí inició una campaña que tenía el propósito de entrar en el territorio de los francos en busca de botín. El primer paso fue pretender someter a las poblaciones pirenaicas, pero parece que después de alguna victoria tuvo que regresar fracasado en su intento. El descalabro supuso su destitución en noviembre de 734.

El nuevo valí que envió el de Ifriqiya y Egipto fue Uqba ben al-Hachchach al-Saluli. Era un hombre enérgico que restableció el orden en la recaudación de impuestos y fortaleció la autoridad y el control musulmán en al-Andalus. Militarmente, cada primavera atacaba los territorios cristianos del norte por las zonas de Álava y Galicia. En 734, primer año de su mandato, ocupó de forma duradera Pamplona, que se encontraba en una débil situación desde la derrota de Poitiers, y estableció en ella una guarnición musulmana estable. En 735, el jefe árabe de Narbona cruzó el río Ródano y ocupó Arlés y Aviñón. En 737, Carlos Martel recuperó Aviñón y asedió Narbona, pero el valí Uqba envió un ejército que levantó el sitio.

En 740, el califa Hisham tuvo que hacer frente a una gran rebelión de los bereberes en el Magreb, región del norte de África occidental. La causa de la revuelta fue la discriminación que sufrían los bereberes por parte de los árabes. Estos miraban con cierto desprecio a los bereberes recientemente islamizados y los postergaban en el reparto de honores y tierras, pues mientras los árabes obtenían las más fértiles y pacíficas, los bereberes tenían que conformarse con las más pobres, montañosas y hostiles. Como consecuencia, obtenían menos recursos y menor peso político en los territorios conquistados. La rebelión estalló cuando el valí de Egipto y de Ifriqiya ordenó a sus lugartenientes en Tánger y en la zona de Agadir que tratasen sin ninguna consideración a sus respectivas poblaciones bereberes haciéndolas pagar tributos que como musulmanes no les correspondían, y además, obligándolas a entregar jóvenes doncellas para el harén del califa. La rebelión fue liderada por un caudillo, Maysara, que consiguió tomar Tánger y levantar el Magreb contra los árabes. Los sublevados, aunque no abjuraban del islam, sí estaban imbuidos de los principios religiosos igualitarios del movimiento jariyista. Movimiento que fue un auténtico cisma religioso proveniente de Oriente y que se había iniciado en el año 657.

Cuando el valí de Ifriqiya se enteró de la toma de Tánger, ordenó a Uqba ben al-Hachchach que embarcara sus tropas y liberase la ciudad. La primera expedición que envió el valí de al-Andalus sufrió una contundente derrota, lo que le obligó a dirigir personalmente una segunda que solamente logró provocar una gran matanza, pero sin que pudiera sofocar la rebelión en la zona que tenía asignada. Poco tiempo después, Maysara fue asesinado por sus partidarios y sustituido por al-Zanatí. Este, en el mismo año de 740, derrotó a un primer ejército árabe en la llamada batalla de los nobles.

Mientras tanto, en al-Andalus, los bereberes, que sufrían la misma discriminación que los del Magreb, tomaron conciencia de lo que estaba sucediendo y también se sublevaron para liberarse del predominio árabe, como ya lo había intentado el bereber Munuza en 731. La rebelión estalló en Galicia, en el sur de la cordillera Cantábrica y en el sistema Central. Luego los bereberes avanzaron hacia el sur haciendo huir a los árabes. El valí Abd al-Malik ben Qatan al-Fahrí, que había sustituido a Ubqa ben al-Hachchach cuando murió en 741 y que gobernaba por segunda vez, improvisó un ejército de árabes andalusíes que fue derrotado por los bereberes.

La rebelión crecía y para sofocarla, el califa Hisham tuvo que enviar un segundo ejército compuesto de unos 30.000 soldados, entre los que se encontraban 10.000 jinetes de las circunscripciones militares de Siria (chunds). Este ejército mal mandado y con poca disciplina fue derrotado y dispersado junto al río Sebú, al norte del actual Marruecos, en 741. Parte de la vanguardia árabe compuesta de 7.000 jinetes chundis, al mando de Balch ben Bishr al-Qushayrí fue perseguida y logró refugiarse en Ceuta donde quedó sitiada. El califa Hisham tuvo que enviar un tercer ejército, dirigido por el valí de Egipto, para lograr, con dos batallas libradas en Ifriqiya, sofocar definitivamente la rebelión de los bereberes.

Para librarse del cerco de los bereberes a Ceuta, el qaysí Balch pidió autorización y embarcaciones al valí de al-Andalus, el kalbí Abd al-Malik, para cruzar el Estrecho de Gibraltar. A pesar de su precaria situación frente a los bereberes, el nonagenario valí, enemigo acérrimo de los qaysíes, se negó a aceptar la petición. El grave peligro que corría y el refuerzo que supondría la presencia de aquellas tropas de élite, le hizo reconsiderar su posición. Después de negociar su salida de al-Andalus una vez que fuera reprimida la rebelión, los chundis desembarcaron en Algeciras. Para entonces, los bereberes se habían organizado en tres columnas que se dirigían hacia Medina Sidonia, Córdoba y Toledo. Balch fue contra ellos y derrotó fácilmente a la que marchaba contra Medina Sidonia, más le costó la dispersión de la que iba contra Córdoba y por fin, derrotó a la que amenazaba Toledo en el arroyo Guadacelete, pequeño afluente del Tajo. Con estas actuaciones, además de haber sofocado definitivamente la rebelión, los chundis habían obtenido un importante botín y se habían convertido en una fuerza de primer orden. Temiendo su aumento de poder, el valí al-Malik apremió el cumplimiento de lo pactado con Balch para que abandonaran al-Andalus. Pero lo hizo de forma tan marrullera, pues intentó que salieran en pequeños grupos hacia Ceuta, cuando ellos querían salir juntos y hacia Ifriqiya desde las costas levantinas, que provocó su ira. Con un golpe de mano, en septiembre de 741, se apoderaron de Córdoba, destituyeron al valí y colocaron en su lugar a su jefe Balch.

Con Balch ben Bishr al-Qushayrí en el poder, los qaysíes fueron claramente favorecidos con privilegios y los kalbíes tratados con gran crueldad. Balch llegó a permitir que el anterior valí fuera torturado y ejecutado. Su actuación provocó tales odios que kalbíes, bereberes y algunos qaysíes descontentos, se unieron bajo la dirección de los hijos del difunto valí para rebelarse y marchar contra él. El enfrentamiento tuvo lugar en agosto de 742 en Aqua Portora, al norte de Córdoba, y se saldó con la derrota de los coaligados. Balch murió en el campo de batalla y fue sustituido allí mismo por Thalaba ben Salama al-Amilí.

El nuevo valí era un oficial chundi que había sido designado por el califa Hisham para sustituir a Balch, si fuera necesario, en aquel ejército que sucumbió en el río Sebú. Su primera actuación fue la de enfrentarse y derrotar a una nueva concentración de árabes y bereberes que se formó en Mérida. Volvió a Córdoba con miles de prisioneros que vendió como esclavos de una forma degradante. Indignados por este proceder, algunos árabes pidieron al valí kalbí de Ifriqiya que enviase un sustituto.

El califa Hisham no tuvo tiempo de atender la petición que le trasladó el valí, porque murió de difteria en febrero de 743. Un nieto suyo, Abd al-Rahman, será clave en los acontecimientos que se desarrollarán en al-Andalus años más tarde.

Sucesos contemporáneos

Ir a los sucesos

 

Reyes y gobernantes coetáneos

Hispania:

Reyes de Asturias.

Pelayo (718-737).
Favila (737-739).
Alfonso I (739-757).

Califa de Damasco. (al-Andalus).

Hisham (724-743).

Europa occidental:

Reyes de todos los francos. (Merovingios).

Teodorico IV (721-737).

-------- (Interregno desde 737a 743).

Childerico III (743-751).

Mayordomos de palacio.

Carlos Martel (719-741).

------- En Neustria.

Pipino el Breve (741-751).

------- En Austrasia.

Carlomán (741-747).

Italia:

Exarcas de Rávena. (Exarcado = Provincia exterior de Bizancio).

Pablo (723-727).
Eutiquio (727-752).

Dux de la República de Venecia.

Marcello Tegalliano (h.717-h.726). (Existencia dudosa).
Orso Ipato (h.727-h.737).
Domenico Leone (h.737). (Magistri militum bizantino).
Felice Cornicula (h.738). (Magistri militum bizantino).
Teodato Ipato (h.739). (Magistri militum bizantino).
Gioviano Ipato (h.740). (Magistri militum bizantino).
Giovanni Fabriciaco (h.741). (Magistri militum bizantino).
Teodato Ipato (h.742- 755).

Rey de los lombardos.

Liutprando (712-744).

Duques de Benevento. (Semiindependientes).

Romualdo II (706-732).
Adelais (732-733).
Gregorio (733-740).
Godescalco (740-743).
Gisulfo II (743-749).

Duques de Espoleto. (Semiindependientes).

Faroaldo II (703–724).
Trasimundo II (724–739. 1ª vez.
Hilderico (739–740). (Impuesto por Liutprando, rey lombardo).
Trasimundo II (740–742), 2ª vez.
Axiprando (742–744). (Impuesto por Liutprando, rey Lombardo).

Papas. (Roma).

San Gregorio II (715-731).
San Gregorio III (731-741).
San Zacarías (741-752).

Britania: Escocia:

Reyes de los Pictos.

Nechtan, hijo de Derelei (723-724). 2ª vez.
Angus, hijo de Bruide (724).
Alpin, hijo de Angus junto con Drust, hijo de Talorgen (724-729).
Angus, hijo de Fergus (729-759).

Reyes de Dalriada.

Dungal mac Selbach (723-726).
Eochaid mac Eochaid (726-733).
Alpin mac Eochaid (733).
Muiredach mac Ainbcellach (733-736).
Eogan mac Muiredach (736-739).
Aed Find the White (739-778).

Rey de Strathclyde.

Teudebur (722-752).

Inglaterra:

Reyes de Kent.

Wihtraed (690-725).
Aethelbert II (725-762).

Reyes de Sussex.

Nunna (h.720-725).
Athelbert (725-h.750).

Reyes de Northumbria.

Osric, hijo de Ealdfrith (718-729).
San Ceolwulf, hermano de Coenred (729-737).
Eadberht, primo de Ceolwulf (737-758).

Reyes de Essex.

Swaefbert (h.715-738).
Saelred (738-746).

Reyes de Wessex.

Ine, línea de Ceawlin (688-726).
Aethelheard, cuñado de Ine (726-740).
Cuthred, pariente de Aethelheard (740-756).

Rey de East Anglia.

Aelfwald, hermano de Ealdwulf (713-749).

Rey de Mercia.

Aethelbald, hijo de Alwih (716-757).

Gales:

Rey de Gwynedd.

Rhodri Molwynog the Bald & Grey (712-754).

Rey de Morgannwg. (Glywysing).

Ithel ap Morgan (710-745).

Reyes de Powys.

Gwylog ap Beli (h.695-725).
Elisedd ap Gwylog (725-h.755).

Imperio bizantino. (Bizancio):

Emperadores.

León III "el Isáurico" (717-741).
Constantino V Coprónimo (741-742).
Artavasdo (742-743).
Constantino V Coprónimo (743-775).

Arriba