Genealogía

Resumen

Hacia el año 610 d.C., en la península arábiga, ocurrió, según la tradición musulmana, que el arcángel Gabriel se apareció a un hombre de unos 40 años llamado Muhammad (Mahoma) y le dijo que Dios (Allah = Alá) lo había elegido para ser su enviado (profeta) y predicar su palabra (revelación). Tres años más tarde, Mahoma comenzó en La Meca, su ciudad natal, a enseñar la nueva religión, el islam. Sus primeros seguidores (musulmanes = que se someten) fueron su esposa Jadiya, su primo Alí y otros parientes. También lo fueron algunos libertos de origen extranjero y algunos jóvenes o gentes de baja condición social. El islam fue rechazado por la influyente tribu de los quraysíes, tribu a la que pertenecía Mahoma pero de una rama en decadencia, que temió que las enseñanzas del nuevo Profeta comprometieran las instituciones religiosas o comerciales de La Meca. La vida se hizo difícil para la pequeña comunidad musulmana que fue objeto de persecuciones. Por ello, en el año 622, Mahoma decidió trasladarse a Medina donde había sido llamado por tribus judías y árabes. Le acompañaban unas cien personas. Esta huida o emigración será llamada la "Hégira" y servirá a los musulmanes como punto de partida de su nueva Era.

Durante la vida de Mahoma, las "revelaciones" eran transmitidas oralmente o escritas sobre los más variados soportes. Después de su muerte, la recopilación de aquellas por sus seguidores conformó el Corán, el libro sagrado del islam.

Mahoma, convertido en un pequeño jefe de Estado, se planteó el problema de integrar a los emigrados con los nuevos aliados de Medina para lograr la unidad de fe. Al no conseguirlo totalmente, actuó contra los disidentes con una mezcla de diplomacia y dureza, donde no se desechó la muerte o el exilio para conseguir una comunidad homogénea.

Mahoma utilizó el combate contra las tribus hostiles para solucionar, con el botín, la vida material de sus seguidores y ensamblar el nuevo Estado. Estas luchas fueron el antecedente de lo que se llamará más tarde guerra contra los no creyentes o "guerra santa" (yihad).

En el año 630, después de vencer a sus enemigos y suscribir tratados de sumisión con judíos y cristianos, tratados que servirían de precedente para los acuerdos con los no musulmanes en las posteriores conquistas árabes, Mahoma entró triunfante en La Meca seguido de diez mil creyentes y aliados. Abolió el antiguo culto y los quraysíes se sometieron sin que hubiera represalias contra ellos. Cuando murió en Medina, en el año 632, las adhesiones se habían extendido por casi toda Arabia.

Mahoma no había previsto nada respecto a su sucesión. Fueron sus principales compañeros, algunos unidos a él por lazos matrimoniales, los que se pusieron de acuerdo para designar a hombres muy cercanos al Profeta para que actuasen como sus vicarios o sucesores (califas).

En el año 632, Abu Bakr, suegro de Mahoma, fue elegido sucesor y se le conoce como el primer califa ortodoxo. Tuvo que sofocar varias revueltas que las tribus realizaron por diversos motivos. Unas veces fue el intento de buscar nuevos líderes al considerar que el juramento prestado a Mahoma acababa con su muerte, y otras veces fue la aparición de otros profetas que las sublevaban.

Cuando Arabia quedó totalmente conquistada y pacificada, Abu Bakr ordenó ir contra Caldea, perteneciente al imperio sasánida (persa), y luego contra Siria, integrada en el imperio bizantino. La debilidad de los dos grandes imperios, que acababan de enfrentarse en una larga guerra, y la contundencia de las primeras victorias, le animaron a continuar la conquista que proporcionaba grandes beneficios a los musulmanes.

El segundo de los califas ortodoxos fue Omar, que había sido elegido por Abu Bakr, antes de su muerte en el año 634. Siguió los pasos de su predecesor y sus generales terminaron de conquistar Siria tras la batalla de Yarmuk en el 636, y abrieron las puertas del decadente imperio sasánida con las victoriosas batallas de Wadisiyya y Nihawand dadas en Irak en 641. En el año 642, Egipto entró a formar parte del naciente imperio árabe-musulmán tras la conquista de Alejandría. Omar ejercía su poder desde Medina y sólo salió de ella para ir a Jerusalén a rezar cuando fue conquistada. En el año 644, fue asesinado por un esclavo persa. Su agonía duró varios días, durante los cuales pudo debatir con sus compañeros el asunto de su sucesión. Una vez enterrado, los compromisarios eligieron a Otmán, postergando a Alí, el otro candidato, primo y yerno de Mahoma.

El tercer califa ortodoxo, Otmán, había sido uno de los primeros seguidores de Mahoma y pertenecía al clan de los omeyas de la tribu de los quraysíes. Dos hechos fundamentales marcan su califato: uno fue el mandato de redactar un Corán oficial eliminando las versiones discordantes y dejándolo en los 6.236 versículos (aleyas) integrados en 114 capítulos (suras) que han llegado hasta la actualidad; el otro hecho fundamental fue encomendar el gobierno de las provincias a miembros de su propia familia, los omeyas. Lo hizo porque no se fiaba de los mandatarios que las gobernaban que querían gestionar las riquezas obtenidas en las conquistas. Por ello, fue acusado de nepotismo y los jefes tribales asentados en las provincias conquistadas se rebelaron contra la imposición del califa. Esto provocó la ruptura y el posterior asesinato, en el año 656, de Otmán por parte de sus enemigos divididos en diferentes facciones, entre los que se encontraban Aisha, viuda de Mahoma, el primo y yerno de este, Alí, y otros, aunque sus responsabilidades en el magnicidio son difíciles de demostrar.

Impuesto por su partido y sin el reconocimiento de una parte de los musulmanes, Alí fue proclamado inmediatamente cuarto califa ortodoxo en ese año de 656. Aparentemente no había querido el asesinato de Otmán, pero no lo censuró y conservó en torno suyo a alguno de sus autores. La división entre los partidarios y los detractores de Alí, desembocó en una revuelta. Se sublevaron, apoyados por Aisha que detestaba a Alí, los quraysíes de La Meca. También lo hicieron los que reclamaban venganza por la muerte de Otmán que se agruparon en torno a Muawiya, gobernador omeya de Siria. Las tropas rebeldes atacaron al ejército de Alí, que buscó refugio en Kufa (Irak). Desde allí, Alí salió con su ejército al encuentro de los sublevados que fueron derrotados en la batalla del "Camello". Los seguidores de ambos grupos no cejaron en sus pretensiones, ya que el pretexto de piedad o de venganza ocultaba en realidad la lucha por determinar si el poder político debería estar en Siria, Irak o Arabia, es decir, era una querella entre beneficiarios. Después de varios combates, en el verano de 657, Alí y Muawiya, al mando de sus respectivos ejércitos, se enfrentaron en Siffín, entre Siria y Mesopotamia. Cuando la batalla estaba aún por decidir, los de Muawiya pusieron hojas del Corán en la punta de sus lanzas para indicar que el resultado de la lucha fratricida debería ser sometido al juicio de Alá. Alí se vio obligado a aceptar un arbitraje y se eligió un miembro de cada bando para dirimir si el asesinato de Otmán había sido lícito, debido al comportamiento del califa, y por tanto Muawiya se equivocaba o tenía razón cuando invocaba la venganza. Sin embargo, algunos partidarios de Alí protestaron argumentando que era un sacrilegio poner en manos de dos hombres el juicio de Alá, y por tanto se debería seguir luchando. La no aceptación de su tesis por los dos grupos en litigio, los llevó a separarse y formar un partido, el de los "jariyíes". El arbitraje dio la razón a Muawiya, lo que trajo consigo que sus partidarios le proclamaran califa en el año 658. Alí, antes de combatirle, fue contra los jariyíes a los que masacró en Nahrawan. Hecho que contribuyó a su descrédito y provocó su asesinato por un jariyí, delante de la mezquita de Kufa en el año 661. También este grupo atentó contra Muawiya, pero no consiguió matarlo.

Estos hechos marcaron el inicio de las tres facciones que, durante siglos, estarán enfrentadas dentro del islam. Por un lado están los "chiitas", que son los que proclaman que los descendientes de Alí son los únicos gobernantes legítimos de la comunidad islámica. Se oponen a ellos los "sunitas", que son los que se agruparon en torno a Muawiya y afirman que sus descendientes omeyas son los verdaderos califas. Por último están los "jariyíes", que son los que se apartaron de Alí y consideraron que la dirección de la comunidad islámica debe corresponder al hombre que Dios haya designado como el mejor musulmán.

Con Alí, se terminan los califas ortodoxos y comienza la dinastía de los califas omeyas, siendo el primero Muawiya.

Muawiya pertenecía al clan de los omeyas de la tribu de los quraysíes. Había sido designado gobernador de Siria por el califa Otmán, y poco a poco fue ganando poder sobre otros territorios sirios gracias a la lealtad de sus tropas y la de las gentes de la región. Guerreó contra el Imperio bizantino arrebatándole Chipre en el año 649 y Rodas en el 654. También formó parte del ejército que los derrotó frente a las costas de Lycia en 655. Su enfrentamiento con Alí y su posterior proclamación como califa, han sido descritos anteriormente. Muawiya I, ya como califa único en el año 661, mantuvo la sede de su poder en medio de sus fieles árabes de Siria en Damasco, marginando a Medina. Durante su mandato y el de los siguientes califas, las conquistas ya no tuvieron el ritmo de los primeros tiempos. Entre los años 673 y 677 organizó una ofensiva por mar y tierra contra Constantinopla que no dio resultados. Por el oeste, la lucha fue contra los bereberes y bizantinos, consiguiendo hacia el año 670 fundar la ciudad campamento de Qayrawan, en el interior del actual Túnez. Muawiya no tuvo grandes problemas para afianzar su poder. Los partidarios de Alí permanecieron en calma, ya que su hijo mayor, Hasan, se había dejado comprar por el nuevo califa, mientras que los demás hijos vivían sin dar problemas en Medina. Muawiya murió en el año 680.

Muawiya I había preparado el terreno para que su hijo Yazid fuera proclamado califa, a pesar de no existir entre los árabes una tradición hereditaria. El nuevo califa tuvo que enfrentarse a Husayn, hijo menor de Alí, que había sido llamado a Kufa por sus partidarios para hacer valer sus derechos a la sucesión. En el año 680, salió de Medina con su familia y poco séquito. Al llegar cerca de Kufa, en Kerbela, un destacamento del califa, donde no estaba Yazid I, los atacó y le dio muerte. Sus partidarios los chiitas consideraron que un descendiente del Profeta había hallado el martirio combatiendo a los usurpadores y acusaron de impiedad a la nueva dinastía. Desde entonces los chiitas veneran a Husayn como el primero de sus mártires y cada año conmemoran el día de su muerte. En el año 681, el general Uqba hizo varias incursiones que le llevaron hasta Tánger, junto al océano Atlántico. Dos años más tarde se produjo la revuelta más grave contra Yazid I. La provocó, en La Meca, Abd Allah ibn al-Zubayr, magnate quraysí que no reconocía al nuevo califa. Yazid I fue contra él, lo venció en Medina y luego lo cercó en La Meca. Habían pasado pocos meses de asedio cuando, a finales del año 683, Yazid I murió.

Muawiya II sucedió en el califato a su padre Yazid I. A los pocos meses de su proclamación, siendo todavía un niño y sin dejar descendencia, murió.

El nombramiento de un nuevo califa omeya se mostró muy complicado por la rivalidad entre las principales tribus que detentaban el poder: yemeníes, sirios (qaysíes) y kalbíes (yemeníes asentados en Mesopotamia). Los notables del régimen omeya decidieron llamar a Marwan, viejo gobernador de Medina perteneciente a otra rama de la familia. Fue proclamado califa en Damasco, en el año 684. Durante su corto reinado, pues murió en el año 685, no tuvo tiempo de reprimir las sublevaciones de jariyíes y de chiitas.

Sucedió a Marwan su hijo Abd al-Malik que logró restablecer el poder omeya. Sus generales se enfrentaron a las distintas rebeliones internas y lograron someter a los chiitas y a los jariyíes. En La Meca acabaron con la vida de al-Zubayr. Conquistaron la bizantina Cartago y vencieron a los bereberes del norte de África. Abd al-Malik hizo traducir al árabe la documentación esencial, sobre todo la fiscal, y utilizar en lo sucesivo el árabe en los escritos administrativos. Acuñó moneda para terminar con la anarquía de valores de las monedas sasánidas y bizantinas que estaban en circulación. Mandó construir la Cúpula de la Roca en Jerusalén, también llamada mezquita de Omar, símbolo de la arquitectura islámica. Su esfuerzo fue el de unificar, islamizar y arabizar. Murió en el año 705.

Sucesos contemporáneos

Reyes y gobernantes coetáneos

Arriba