Al-Walid I
6º Califa Omeya de Damasco (668<705-715>715)
Genealogía
Resumen
Muerto el califa Abd al-Malik en el año 705, debería haberle sucedido su hermano Abd al-Aziz, según lo había dispuesto el padre de ambos. Pero Abd al-Aziz murió antes que Abd al-Malik y al-Walid, hijo de al-Malik, asumió el califato.
Al-Walid I continuó la política de expansión
de su padre y en su tiempo el califato alcanzó el máximo poderío.
Mandó construir la Gran Mezquita de Damasco y reconstruir la mezquita
del Profeta en Medina. Fue el primer califa en favorecer las artes, construir
instituciones educativas y hospitales. Mejoró las vías de comunicación
y mandó construir pozos en los caminos.
En el año 708, nombró valí (gobernador) de Ifriqiya (actual
Túnez) con residencia en Qayrawan a Musa ben Nusayr, perteneciente a
una tribu del sur de la península arábiga (yemeníes), que
logró someter casi definitivamente a los bereberes del Magreb, muchos
de los cuales se convirtieron al islam.
En el año 711, las tropas califales al mando de generales elegidos por al-Hajjaj ben Yousef, poderoso consejero del califa que ejercía un poder casi dictatorial en Irak, conquistaron Transoxiana, región asiática situada entre el mar Aral y la meseta de Pamir, y Sind en el valle del Indo.
En ese mismo año, al-Walid I encargó a Musa ben Nusayr, consolidar el dominio musulmán en el Magreb. Para ello, el valí emprendió una campaña en toda la zona que tuvo un gran éxito y terminó cuando se hizo dueño de Tánger. Solamente tuvo que renunciar temporalmente a hacerse con la plaza de Ceuta, situada en el norte de África junto al Estrecho. Consolidó sus conquistas exigiendo a las tribus bereberes sometidas la entrega de rehenes. Estos fueron instruidos en la nueva fe y se convirtieron más tarde en fervorosos propagandistas del islam. Terminada su misión, volvió a Ifriqiya dejando lugartenientes árabes o bereberes en los diferentes territorios para que los gobernaran. Uno de ellos fue el liberto Tariq ben Ziyad que gobernó la plaza de Tánger.
Llegado a este punto, es necesario afirmar que las crónicas árabes y latinas, muy posteriores al siglo VIII, que narran la motivación y los hechos que llevaron a la invasión del reino visigodo en la Península Ibérica son una mezcla de realidades y leyendas.
Esta mezcla de historia y leyenda se pone de manifiesto en los acontecimientos que se desarrollaron en Ceuta. Esta plaza, que era independiente aunque seguramente estaría bajo la influencia del reino visigodo, estaba gobernada por el conde Julián u Olián u Olbán, personaje de origen incierto, pues no se sabe si era bizantino, bereber o visigodo, aunque lo más probable es que fuera esto último. El conde Julián se había mostrado hostil al nombramiento de Rodrigo como rey de los visigodos en la Península Ibérica y era partidario de la facción que apoyaba las pretensiones de Agila, hijo del difunto rey Witiza. La leyenda habla del porqué de esta hostilidad afirmando que cuando la hija del conde se educaba en la corte de Rodrigo en Toledo, había sido deshonrada por el rey. Otra leyenda dice que el violador fue el anterior rey Witiza. La afrenta habría provocado en el conde el odio y la sed de venganza. Odio que seguramente le impulsara a entregar Ceuta a Musa ben Nusayr cuando la estaba sitiando. La entrega estaría condicionada a la petición de ayuda para derrocar a Rodrigo y llevar al trono visigodo al descendiente de Witiza.
Lo más probable es que los árabes aprovecharan la debilidad de los visigodos para iniciar la invasión en la primavera de 711. Ya en julio de 710, con la autorización que Musa pidió al califa de Damasco al-Walid I, habían realizado una expedición que desembarcó en la actual Tarifa al mando del bereber Tarif (de ahí el nombre de la plaza), y que llegó hasta Algeciras.
La decisión de invadir el reino visigodo fue tomada y el encargado de realizarla fue el gobernante de Tánger, Tariq ben Ziyad. Con un ejército de siete mil guerreros, en su mayor parte bereberes, cruzó el Estrecho en naves de mercaderes el 28 de abril de 711, haciéndose fuerte en el llamado monte de Tariq (Gebel-al-Tariq o Gibraltar). El rey visigodo Rodrigo, que estaba combatiendo en Pamplona a los vascones, envió a su sobrino Sancho para rechazar la invasión, pero fue derrotado y muerto. El rey tuvo que acudir a defender el reino. Ante su inminente llegada, Tariq desistió de continuar hacia Sevilla y pidió refuerzos a Musa que le envió cinco mil bereberes más. Entre los refuerzos, se encontraba el conde Julián con la misión de indicar los puntos más débiles. Tariq siguió considerando insuficientes sus efectivos y decidió esperar la llegada del ejército visigodo.
Con el ejército de Rodrigo, venía la disidente familia del difunto rey Witiza que había sido admitida, aunque con recelo, por la cantidad de tropas que aportaba. Esta familia pensando que los árabes sólo querían apoderarse de un buen botín y luego marcharse, decidieron traicionar al rey. Entablaron negociaciones secretas con Tariq para que a cambio de recuperar el patrimonio real, compuesto de tres mil alquerías que Witiza había poseído, ellos abandonarían a Rodrigo en plena batalla. Tariq aceptó el pacto. Cuando se dio la batalla que comenzó el 19 de julio de 711 junto al río Guadalete, cerca de Jerez de la Frontera, aunque otros historiadores la ubican junto a Medina-Sidonia o junto al río Barbate, los hermanos del difunto rey Witiza, Oppas y Sisberto, que mandaban las alas del ejército, abandonaron su posición en compañía de otros nobles que se pasaron a su bando. El ejército visigodo fue derrotado y el rey Rodrigo despareció de la Historia.
Tariq, después de la victoria, debería haber vuelo a África siguiendo las órdenes que había recibido de Musa o por lo menos permanecer quieto hasta recibir otras nuevas. Pero la euforia por la victoria y los consejos del conde Julián y de los witizanos, que veían al general musulmán como campeón desinteresado de su causa, le animaron a seguir adelante. El primer objetivo fue Córdoba, pero para alcanzarla era necesario cruzar el río Genil por Astigi (Écija) donde se habían encerrado los restos del ejército visigodo. Tariq se enfrentó a ellos y los derrotó en el paraje conocido como "la fuente de los cristianos", a continuación tomó la plaza por asalto. El poderío de las tropas vencedoras hizo que una gran cantidad de gentes descontentas del régimen visigodo se les uniera. Por su parte, los judíos de la zona ofrecieron todo su apoyo a los invasores.
En tales condiciones, Tariq decidió ir a tomar Toledo con el grueso el ejército, dejando que una parte, al mando de Mugith, fuese contra Córdoba que cayó en octubre de aquel año. Algunos historiadores datan la caída el 20 de agosto. Otra parte del ejército la envió a la zona de Granada, Málaga.
Ante la amenazadora llegada de las tropas musulmanas, los magnates visigodos de Toledo abandonaron la ciudad, así como gran parte de sus habitantes. También lo hizo su arzobispo Sinderedo que se marchó apresuradamente a Roma. Ello propició que la ciudad y su tesoro cayesen fácilmente en manos de Tariq el 11 de noviembre de 711. Casi inmediatamente después, Tariq continuó su avance hacia Guadalajara, pero no tardó en volver a Toledo para invernar.
El valí Musa ben Nusayr, general muy pagado de sí mismo, experimentó un vivo resentimiento hacia su subordinado por los éxitos que había alcanzado. Pero seguramente no fue solamente la envidia lo que motivó su decisión de presentarse en Hispania. Probablemente, Tariq comprendería la debilidad de su posición militar al tener que controlar el gran territorio conquistado y pediría a su superior el envío de más tropas para guarnecer las plazas que habían caído en su poder.
Musa equipó un ejército de 18.000 hombres, casi todos árabes, y atravesó el Estrecho de Gibraltar en junio de 712. Pero en lugar de dirigirse inmediatamente a Toledo, decidió ir a por Sevilla, todavía no conquistada. Primero se apoderó de Medina-Sidonia, Carmona y Alcalá de Guadaira para a continuación asediar Sevilla, que cayó fácilmente porque la guarnición visigoda la evacuó para dirigirse hacia Niebla.
Con Sevilla en su poder, Musa se dirigió a un nuevo objetivo, Mérida, donde se habían reunido los partidarios de Rodrigo. El asedió comenzó con algún fracaso que animó a los habitantes de Sevilla a sublevarse. Musa envió a su hijo Abd al-Aziz que sofocó duramente la sublevación de la capital y la de otras plazas hostiles como Niebla y Beja. Sabedor Muza de que el peligro podría venir desde la Bética, encargó a su hijo que continuara avanzando hacia Murcia. Esta región era un principado casi independiente de Toledo gobernado por Teodomiro (en árabe Tudmir). Allí, Abd al-Aziz, después de conseguir la capitulación, firmó un tratado con Teodomiro en abril de 713, por el cual, a cambio de conservar sus prerrogativas, Teodomiro se sometía a vasallaje, pagaría tributos anualmente y entregaría con inmediatez siete plazas fuertes.
Mientras tanto, Musa continuó asediando a Mérida durante todo el invierno hasta que cayó el 30 de junio de 713. Después de tomar la plaza y hacerse con las abundantes riquezas de la ciudad, Musa continuó su marcha hacia Toledo avisando a Tariq para que saliera a su encuentro. Este siguió el curso del río Tajo y contactó con Musa en Almaraz (El encuentro), cerca de Talavera. La entrevista no fue nada amistosa, ya que el valí hizo a su subordinado muchos reproches sobre su actuación y sobre el reparto del botín. Incluso llegó a darle unos latigazos.
Según algunos historiadores, Musa, después del encuentro en Talavera, se habría dirigido hacia la zona de la actual provincia de Salamanca donde estaría refugiado el rey Rodrigo al cual habría derrotado y dado muerte a fines del verano de 713 en la aldea de Segoyuela, cerca de Tamames. Según otros, lo más seguro es que se encaminara hacia Toledo, donde Tariq le entregaría los tesoros confiscados. Luego se instalaría en la antigua capital visigoda y allí pasaría el invierno. Durante ese tiempo llegó a acuñar moneda y envió mensajeros al califa al-Walid I para notificarle los resultados obtenidos con sus campañas en la Península Ibérica.
Acabado el invierno, Musa se dirigió hacia el valle del Ebro para ir contra Zaragoza. En el camino, Tariq se apoderó de Medinaceli y Musa recibió el sometimiento del visigodo Casius, que gobernaba los territorios de Borja y Tarazona. Este magnate, convertido al islam, será el origen de la familia de los Banu Qasi de gran importancia en el futuro de la región. Después de sitiarla, Musa conquistó Zaragoza en una fecha imprecisa de 714 y se instaló en ella. Su intención de continuar la campaña quedó en suspenso ante la llegada del mensajero del califa que le ordenaba acudir a Damasco, junto con Tariq, para dar cuenta del procedimiento que había seguido para repartir el botín de la conquista del reino visigodo. Antes de acudir a la cita, Musa se propuso primero dominar el macizo cantábrico y las regiones limítrofes. No fue contra los territorios del noreste porque en ellos gobernaba aún Agila, hijo de Witiza y aliado de los musulmanes, que se encontraba en Damasco, junto con sus hermanos Olmudo y Ardabasto, negociando con el califa sus privilegios en la zona. Por ello, Musa envió a Tariq, que estaba cercando a Huesca, hacia Galicia por el valle del Ebro, donde saqueó Amaya y se apoderó de Astorga y de León. Él se dirigió hacia Soria y el valle del alto Duero para luego avanzar hacia el norte y entrar en Asturias. El cerco de Huesca se prolongó durante siete años.
En Lugo, Musa recibió un segundo mensaje apremiándole
su retorno a Damasco. El primer valí árabe de Hispania, acompañado
de Tariq, abandonó el país en septiembre de 714. Dejó en
Sevilla como valí a su hijo Abd al-Aziz con el encargo de terminar la
conquista de Hispania y de pacificar aquellas regiones que, aunque sometidas,
tenían focos de resistencia. Musa llegó a Ifriqiya y continuó
viaje hacia Damasco donde llegaron con un gran cortejo poco antes de la muerte
del califa, que sucedió el 23 de febrero de 715.
Sucesos contemporáneos
Reyes y gobernantes coetáneos
Hispania: | Reyes visigodos. Witiza (702-710). |
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Califa de Damasco. (al-Andalus). Al-Walid I (705-715). |
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Europa occidental: | Reyes de todos los francos. (Merovingios). Childeberto III (695-711). |
Mayordomos de palacio. ------- En Austrasia. Pipino de Heristal (680-714). ------- En Neustria y Borgoña. Grimoaldo "el Joven" (695-714). |
|
Italia: | Exarcas de Rávena. (Exarcado = Provincia exterior de Bizancio). Teofilacto (702-710). |
||
Dux de la República de Venecia. Paolo Lucio Anafesto (h.697-h.717). (Existencia dudosa). |
|||
Reyes de los lombardos. Ariberto II (701-712). |
Duques de Benevento. (Semiindependientes). Gisulfo I (680-706). |
||
Duque de Espoleto. (Semiindependiente). Faroaldo II (703–724). |
|||
Papas. (Roma). Juan VI (701-705). |
|||
Britania: | Escocia: | Reyes de los Pictos. Bruide, hijo de Derelei (698-709). |
|
Rey de Dalriada. Selbach mac Ferchar (700-723). |
|||
Rey de Strathclyde. Bili (694-722). |
|||
Inglaterra: | Rey de Kent. Wihtraed (690-725). |
||
Reyes de Sussex. Nothelm (692-h.714). |
|||
Reyes de Northumbria. Eadwulf (704-705). |
|||
Reyes de Essex. Swaefred (695-h.715) junto con Sigeheard (695-h.715) y con Offa (709). |
|||
Rey de Wessex. Ine (688-726). |
|||
Reyes de East Anglia. Ealdwulf (664-713). |
|||
Reyes de Mercia. Coenred, hijo de Wulfhere (704-709). |
|||
Gales: | Reyes de Gwynedd. Idwal Iwrch the Roebuck (664-712). |
||
Reyes de Morgannwg. (Glywysing). Ithel ap Arthwys (665-705) junto con Morgan Mwynfawr the Courteous
(665-710). |
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Rey de Powys. Gwylog ap Beli (h.695-725). |
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Imperio bizantino. (Bizancio): | Emperadores. Tiberio II (698-705). |