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Muhammad IX "el Zurdo"
Emir de Granada (h.1384<1432-1445>1453) 3ª vez

Genealogía


Su reinado

Muhammad IX nació en Granada hacia 1384 y era hijo de Abú l-Yuyus Nasr, tercer descendiente del emir nazarí Muhammad V. En 1419 fue proclamado emir por primera vez gracias al derrocamiento que sufrió su sobrino segundo, el emir Muhammad VIII “el Pequeño”, por una conspiración auspiciada por la poderosa familia de los banu al-Sarray (los Abencerrajes de las crónicas cristianas). Tras ocho años de reinado, en enero de 1427, Muhammad IX, llamado “el Zurdo”, fue también derrocado por una conspiración que repuso por segunda vez a Muhammad VIII, que estaba prisionero en Salobreña (Granada). Muhammad IX huyó a Ifriquiya (Túnez), donde se puso bajo la protección del sultán Abú Faris. En marzo de 1430, con la ayuda de los Abencerrajes, el apoyo de Abú Faris y las intrigas de los reyes de Castilla y Aragón, Juan II y Alfonso V respectivamente, Muhammad IX regresó a Granada, y, tras provocar una corta guerra civil, derrocó, encarceló en Salobreña a Muhammad VIII y se proclamó emir por segunda vez en marzo de 1430. Un año más tarde, en enero, Muhammad IX fue derrocado por Yusuf Ibn al-Mawl, que se declaró emir. El nuevo emir (Yusuf IV) reinó durante cuatro meses hasta que, en febrero de 1432, Muhammad IX lo derrocó y se dispuso a reinar por tercera vez en Granada. A finales de abril, Yusuf Ibn Ahmad “el infante cojo”, sobrino de Muhammad IX y futuro emir Yusuf V, asaltó la Alhambra donde resistía Yusuf IV y lo ejecutó. Pocos días antes, Muhammad IX se había proclamado emir y los abencerrajes volvieron a dominar los principales cargos del emirato, como el de gran visir que fue ocupado por Ibrahim ben al-Barr.

En el verano de 1432, Muhammad IX comenzó a afrontar una etapa de incursiones castellanas al mando de Luis González de Guzmán, maestre de Calatrava, que taló la comarca de Guadix (Granada) sin que pudiera evitarlo las tropas capitaneadas por “el infante cojo”. Otro tanto hizo el adelantado Diego Gómez de Ribera en la vega de Málaga, donde taló Cártama, Campanillas y Churriana. A continuación, maestre y adelantado unieron sus tropas y atacaron Dúrcal (Granada) y conquistaron Alhama de Granada.

En la primavera de 1433, las tropas castellanas, esta vez capitaneadas por Perálvarez Osorio, volvieron a asolar los campos de Guadix. Por su parte, Diego Gómez hizo una campaña exitosa arrasando los campos de Málaga, pero en esta ocasión los nazaríes se desquitaron en Coín (Málaga); en la zona oriental rindió el castillo de Xiquena (Murcia); y en julio conquistó Gibraltar, pero pronto fue recuperada por los nazaríes. Entrado el invierno conquistó Turón (Granada), Ardales (Málaga) e Iznájar (Córdoba).

En mayo de 1434 las tropas castellanas sufrieron dos derrotas: en Álora (Málaga), donde Diego Gómez fue herido mortalmente, y en Vera (Almería); pero pudieron resarcirse en noviembre cuando en un ataque por sorpresa conquistaron Huéscar (Granada). El año siguiente las victorias castellanas superaron a las nazaríes. Solamente, en marzo, la imprudencia del capitán de la frontera occidental provocó que los nazaríes masacraran a los castellanos en las cercanías de Archidona (Málaga).

Durante 1436, muchas ciudades y villas granadinas, entre las que se encontraban las almerienses Vélez-Blanco y Vélez-Rubio y las granadinas Galera, Castillejar y Benamaurel, declararon su sumisión a Castilla para conseguir la seguridad y sosiego que su emir no podía darles. Guadix y Baza (Granada) pidieron a Juan II que les nombrase un rey para derrocar a Muhammad IX, pero se negaron a la petición del rey castellano de entregar las respectivas fortalezas, por lo que no hubo acuerdo.

En abril de 1438, después de haber transcurrido el año anterior con una cierta calma solamente alterada por algunas incursiones castellanas desde Murcia, la más importante fortaleza de la frontera norte, Huelma (Jaén), fue conquistada al asalto por Íñigo López de Mendoza. En contrapartida, en julio, los nazaríes derrotaron ampliamente a los castellanos en Castril (Granada).

En octubre, debido a la pérdida de fortalezas y al lento pero constante retroceso de la frontera nazarí, Muhammad IX propuso treguas a Juan II. Las negociaciones comenzaron en diciembre en Jaén, y fueron lentas y difíciles porque Castilla pedía inútilmente el vasallaje de Granada. En abril de 1439 se llegó al acuerdo de firmar una tregua por tres años que terminaría en abril de 1442. Por ella, el reino nazarí pagaría un tributo de veinticuatro mil dinares o doblas de oro, y entregaría quinientos cautivos de guerra castellanos.

En septiembre de 1440, Muhammad IX, consciente de que Juan II atacaría cuando resolviera su situación conflictiva en Castilla, y de que no tenía recursos militares para defenderse del rey castellano, envió un mensaje con petición de ayuda al sultán mameluco de Egipto. Había acudido al egipcio porque los meriníes de Fez y las hafsíes de Ifriquiya habían perdido todo el poder que habían alcanzado en el pasado. Del mameluco sólo pudo conseguir dinero y pertrechos porque la distancia le impedía enviar un ejército.

Antes de que finalizara la tregua en 1422, Muhammad IX intentó negociar su prolongación, pero las conversaciones se estancaron durante más de un año, Durante ese tiempo se mantuvo la paz casi por inercia. Finalmente, en marzo de 1443, Juan II aceptó en Escalona (Toledo) una renovación por tres años hasta abril de 1446.

Entre abril y mayo de 1445, la paz con el exterior del reino nazarí que había conseguido Muhammad IX con la tregua fue alterada en el interior por la sublevación protagonizada por su sobrino Yusuf Ibn Ahmad “el infante cojo”. Éste era hijo de Abu l-Abbas Ahmad, uno de los hijos del difunto emir Yusuf II (1391/92) y de Fatima, hermana muy querida del emir, y mantenía buenas relaciones con su tío; pero en 1443, por razones desconocidas se enturbiaron y tuvo que marcharse a vivir cerca de Granada. El distanciamiento fue aprovechado por conspiradores palaciegos para ahondar el conflicto con calumnias. Para apaciguar al emir y evitar un mal desenlace, Fatima logró que su hijo fuera enviado a Almería como alcaide de su alcazaba, y así apararlo de los intrigantes. Durante más de dos años, aunque las calumnias continuaron, reinó la tranquilidad, pero poco a poco Yusuf Ibn Ahmad comenzó a actuar con más independencia y mostrando algunos indicios de rebeldía. Llegó a acuñar moneda, aumentar impuestos e incluso mantener relaciones diplomáticas con los reinos cristianos. En el ya mencionado abril/mayo de 1445, ante el asedio que Yusuf realizó con el ejército almeriense a los alcaides de Marsana (Santa Cruz de Marchena) y de Andaras (Láujar de Andarax) (ambas en Almería), Muhammad IX, para reafirmar su autoridad, se puso al frente de su ejército y asedió al rebelde que se había atrincherado en la alcazaba y proclamado emir. La resistencia de Yusuf y las defecciones en su ejército le obligó a levantar el cerco e iniciar el regreso a la Alhambra, pero en el trayecto recibió la noticia de la sublevación de Guadix y Granada en favor del rebelde. Por tal motivo se dirigió a Málaga donde se enteró de la derrota de su ejército frente a Yusuf. Rápidamente la sublevación se extendió por varias ciudades como: Vélez-Málaga, Ronda (Málaga), Coín y Málaga. Muhammad IX tuvo que huir y refugiarse en Álora y Casarabonela (ambas en Málaga) donde renunció al trono y abdicó en su sobrino entre julio y agosto. Con ello consiguió detener la guerra civil y que Yusuf V le permitiera instalarse en la misma Alhambra.

Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)

Castilla y León:  

Rey de Castilla y León.

Juan II (1406-1454).

Aragón:

Rey de la Corona de Aragón.

Alfonso V "el Magnánimo" (1416-1458).

Navarra:

Reyes de Navarra.

Blanca (1425-1441) y Juan II de Aragón (1425-1479).

Condado catalán
no integrado en la
Corona de Aragón:

Conde de Pallars-Sobirá.

Arnaldo Roger IV (1424-1451).

Portugal:

Reyes de Portugal.

Juan I (1385-1433).
Eduardo I (1433-1438).
Alfonso V (1438-1477).

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