Genealogía

Su reinado

Cuando murió envenenado Sancho I “el Craso”, su hijo Ramiro, con sólo cinco años de edad ocupó el trono de León. Se sostuvo en él gracias a su tía, la monja Elvira, y al apoyo de la corte de Pamplona. Desplazando a la madre del rey, Teresa Ansúrez, Elvira regentó el reino procurando la paz interna y externa a cualquier precio. La debilidad del reino era palpable: Castilla era cada vez más independiente; el conde gallego Gonzalo Núñez, asesino del anterior rey, continuaba en sus dominios sin ningún problema, y las poderosas familias oscilaban entre el apoyo a su rey o a Castilla.

Hacia 968, las costas de Galicia sufrieron los saqueos y asesinatos de los vikingos. Debido a su juventud o porque su autoridad sobre la zona occidental del reino era casi nula, Ramiro se mostró pasivo ante estos hechos.

En el sur, la paz con el califato cordobés se mantenía desde el reinado anterior. Más que paz, era un vasallaje, ya que el califa había sido, y era, el árbitro de la política de los reinos cristianos, pues todos acudían a él, o le enviaban embajadores para rendirle pleitesía, obediencia y pedirle protección contra el enemigo de turno.

En el verano de 974, la paz se rompió cuando el conde de Castilla García Fernández atacó la fortaleza de Deza, al nordeste de Medinaceli. Ante la segura reacción del califa, el conde logró formar, en 975, un ejército con hombres de los reinos de León, de Pamplona y de los condados de Saldaña y Monzón para atacar la fortaleza de Gormaz. El general Galib, jefe de la frontera y gobernador de Medinaceli, que había regresado, después de haber guerreado en el norte de África, partió con su ejército para romper el asedio. Primero tomó Barahona, luego Berlanga y cuando llegó a Gormaz, además de levantar el sitio, infringió una gran derrota a los cristianos. Galib persiguió al conde de Castilla al que volvió a derrotar en Langa; y el gobernador de Zaragoza hizo lo mismo, cerca de Tudela, con el rey de Viguera (hermano de Sancho II Garcés de Pamplona que había heredado aquel territorio, cerca de Logroño, pero bajo la autoridad de Pamplona).

El fracaso desprestigió a Ramiro y provocó la caída de la regente Elvia, que desapareció de la corte, y la vuelta de Teresa Ansúrez. Estos sucesos ocurrieron cuando Ramiro llegó a la mayoría de edad.

Por aquella época un personaje se estaba encumbrando en el califato. Se llamaba Abu Amir Muhammad ben Abi Amir al-Maafirí, que sería llamado al-Mansur (Almanzor). Su primer hecho de armas fue una victoria en la frontera del Duero en 977.

En 978 el conde García, con la ayuda de Sancho II de Pamplona, tomó Gormaz y penetró en Atienza. Fue la última victoria cristiana en varias décadas y Almanzor será el que las impida.

En 981, Almanzor tomó el poder, relegando al aislamiento al pequeño califa Hisham II, y comenzó su escalada de éxitos: derrotó a Galib, que se había opuesto al trato que daba al califa; saqueó Zamora para castigar a Ramiro y, a pesar de la ayuda del conde de Castilla y del rey de Pamplona, lo derrotó en Rueda y siguió hasta León, que no conquistó porque una tormenta de agua y nieve se lo impidió.

Los magnates gallegos aprovecharon el mal momento de Ramiro para nombrar rey, en octubre de 982, a Vermudo, hijo bastardo de Ordoño III. Inmediatamente Ramiro marchó contra su oponente y se enfrentaron en Portilla de Arenas, en la actual provincia de Lugo. La batalla no tuvo vencedor y Ramiro regresó a León. Vermudo, que había organizado su corte en Galicia, logró atraerse en 985 al conde de Castilla y a otros magnates leoneses, logrando que Ramiro fuera expulsado del trono. Este intentó pedir ayuda a Almanzor, a cambio de pagar tributos, pero murió a mediados de ese año.

Sucesos contemporáneos

Reyes y gobernantes coetáneos

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