Genealogía

Su reinado

García Íñiguez accedió al trono de Pamplona cuando murió su padre el rey Íñigo Íñiguez “Arista”. Por ello, se convirtió en el segundo representante de la dinastía “Íñiga” del reino de Pamplona.

Seguramente participó en las campañas de su padre antes de ser entronizado. Se sabe que en 842 capitaneó las tropas pamplonesas, que unidas con las de su cuñado Musa ben Musa, jefe muladí de las Banu Qasi del valle del Ebro, derrotaron a un ejército cordobés, cuyo general fue hecho prisionero.

En 851, la muerte del rey Íñigo “Arista” marcó el inicio del debilitamiento de las relaciones entre los Banu Qasi y sus parientes pamploneses. Como consecuencia de ello, Musa ben Musa tuvo que hacer frente en solitario a una invasión de gascones y asturianos que amenazaba sus territorios. En el enfrentamiento, el muladí fue derrotado y herido. Al año siguiente, repuesto de sus heridas, Musa ben Musa volvió a enfrentarse a los invasores y los derrotó en la batalla de Albelda (La Rioja).

En 854, Ordoño I de Asturias y García Íñiguez prestaron apoyo con un ejército a la rebelión que protagonizaron los muladíes de Toledo contra la autoridad del emir. Muhammad I respondió poniéndose al frente de sus tropas, a las que se unieron las de Musa ben Musa. En las cercanías del río Guazalete, afluente del Tajo, se produjo el enfrentamiento que dio como resultado la derrota de los rebeldes y la huida del campo de batalla de Gatón, conde del Bierzo y hermano de Ordoño I, y de García Íñiguez.

En 858, los vikingos penetraron en el territorio de Pamplona y se llevaron prisionero a García Íñiguez. El rey fue puesto en libertad cuando se pagó un rescate de setenta mil monedas de oro. No se sabe el tiempo que duró el secuestro, ni quién fue el mandatario que gobernó Pamplona en ausencia del rey.

(Los historiadores no se ponen de acuerdo en el itinerario que siguieron los vikingos para llegar a Pamplona. Unos afirman que remontaron el río Ebro desde el Mediterráneo, pero parece casi imposible que pudieran pasar junto a las numerosas plazas fortificadas que jalonaban el río sin que haya constancia escrita de su paso. Otros opinan que es probable que llegaran a Pamplona utilizando la ruta del río Bidasoa. Y otros piensan que entraron por el Mediterráneo y salieron por el Cantábrico. Lo que parece incuestionable es que de una u otra forma utilizaron el Bidasoa, y lo confirma que en agosto de 2008, se encontraron los restos de un barco vikingo en el río Bidasoa cuando se construía la autovía de Irún.)

En 859 se produjo un cambio radical en la política de alianzas del reino de Pamplona. Las relaciones con la familia de los Banu Qasi se rompieron debido, probablemente, a la intransigencia religiosa de García Íñiguez y por no haber contribuido al pago de parte del rescate que los vikingos habían pedido por la liberación del rey pamplonés. El nuevo aliado fue el rey asturiano Ordoño I, que entró en la órbita pamplonesa, seguramente, por el apoyo de la familia Jimena, parientes de la “Íñiga”. Un miembro de la familia Jimena debió tomar el poder cuando García Íñiguez fue hecho prisionero por los vikingos. En un principio las dos familias debieron colaborar lealmente, pero con la ausencia del rey, la familia Jimena, con una serie de alianzas matrimoniales, fue tejiendo una red que la llevó años más tarde a ocupar el trono de Pamplona.

Aquel año, probablemente gracias a la alianza con los pamploneses, Ordoño I marchó contra Musa ben Musa y se encontraron en la ladera de monte Laturce, muy cerca de Clavijo. Los musulmanes fueron derrotados y forzados a retirarse, quedando Musa gravemente herido. Esta batalla es llamada tanto segunda batalla de Albelda, como del monte Laturce o de Clavijo.

En 860, Muhammad I capitaneó una aceifa contra el reino de Pamplona. Aunque sin atacar la capital, la campaña fue victoriosa con la añadidura de la captura de Fortún Garcés, heredero de la corona, y de su hija Onneca. Ambos fueron llevados a Córdoba donde permanecieron veinte años.

En 870, Amrús ben Umar, nieto del antiguo gobernador de la Marca Superior Amrús ben Yusuf, se apoderó mediante traición de Huesca. García Íñiguez acudió con los cerretanos (aragoneses) para apoyar su acción.

En 880, Fortún, hijo y heredero de García Íñiguez, y su hija Onneca regresaron a Pamplona después de veinte años de permanencia en Córdoba. Durante esos años, Onneca había sido desposada por Abd Allah, hijo del emir Muhammad I y futuro emir de al-Andalus, y había tenido un hijo, Muhammad, que sería el padre del futuro Abd al-Rahman III, califa de Córdoba.

Cuando Fortún regresó, la situación política en Pamplona era la siguiente: Sancho, su hermano menor, realizaba las funciones de regente por la avanzada edad de García Íñiguez, y la familia Jimena continuaba ampliando su influencia con su política de enlaces matrimoniales.

En 882, aprovechando las disputas entre miembros de los Banu Qasi, los pamploneses les arrebataron varios castillos. No se sabe si la acción fue ideada por García Íñiguez, por su hijo Fortún, por su hijo menor Sancho, o por Aznar Sánchez, hijo de Sancho y casado con su prima Onneca. Los Banu Qasi respondieron atacando victoriosamente a los pamploneses. En la retirada del campo de batalla, García Íñiguez fue cercado por los musulmanes y muerto cerca de un lugar llamado Larumbe.

Sucesos contemporáneos

Reyes y gobernantes coetáneos

Arriba