Genealogía

Su reinado

Desde 569, el rey Liuva I había asociado el reino a su hermano Leovigildo para que reinase en Hispania, reservándose para él la Galia Narbonense. Tras el fallecimiento de Liuva en 572, Leovigildo, reinó en solitario en todo el territorio.

Leovigildo se había casado con la católica Teodosia, hija del gobernador de la Cartaginense, y hermana de San Leandro y San Isidoro de Sevilla. Cuando falleció la primera esposa se casó con Godsuinta, viuda del rey Atanagildo.

Inmediatamente después de la muerte de Liuva, Leovigildo puso al frente de las regiones del sur y norte del reino a sus dos hijos, habidos con Teodosia: Hermenegildo y Recaredo, arrianos por aquel tiempo. No dividió el reino, sólo cedió la gobernación para asegurar así la sucesión.

Reorganizó política y administrativamente el Estado. Su política, ya desde el correinado y sobre todo desde la muerte de Liuva I, se caracterizó por el intento de conseguir la unificación territorial anexionando territorios aún no controlados. Revistió a la realeza de atributos externos que diferenciasen al rey de los demás súbditos.

Leovigildo tuvo que afrontar las constantes amenazas de bizantinos, suevos y francos, todos católicos; y además, el enfrentamiento de la nobleza que se oponía a cualquier reforma política. Se mostró enérgico y cruel ante toda sublevación. Una de ellas fue la de los católicos, que ante la hostilidad del rey arriano, llegaron a pedir la ayuda de pueblos enemigos.

Desde 570 a 572, Leovigildo dirigió campañas contra los bizantinos. Asoló Málaga, conquistó Medina-Sidonia y ocupó Córdoba, con lo que la actual Andalucía occidental quedaba recuperada.

El reino suevo, que ocupaba algo más del territorio de la actual Galicia y el norte de Portugal, había iniciado una política de expansión bajo el reinado de Miro. En 576 Leovigildo se dirigió contra ellos y la campaña fue un éxito. Miro tuvo que pedir la paz, que le fue concedida, seguramente por el interés que tenía Leovigildo de acudir a la región de Orospeda, en el sur de la península, que se había rebelado, acaso con ayuda bizantina. Su conquista, unida a la ocupación de Medina-Sidonia y Córdoba, significó el cerco a los bizantinos por esa zona. El aislamiento de suevos y bizantinos constituyó el primer paso para la desaparición definitiva de ambos dominios. A todos estos sucesos, hay que añadir las campañas contra los pueblos del norte, especialmente los vascones. A contenerlos va dirigido el establecimiento de guarniciones en ciudades como Amaya y Victoriaco (Vitoria), fundada por Leovigildo.

Hermenegildo, hijo de Leovigildo, que gobernaba la región sur, se casó en 579 con Ingunda, princesa católica, hija de Sigeberto I de Austrasia. Apenas llegaron los príncipes a Sevilla, Hermenegildo se convirtió al catolicismo y se bautizó con el nombre de Juan. Este hecho, su alianza con los bizantinos y proclamarse rey, le enfrentó con su padre. Leovigildo, con un fuerte ejército, se apoderó de Mérida y Cáceres, que habían tomado partido por Hermenegildo. Después de lograr, con una fuerte suma, que los bizantinos no hiciesen efectiva su alianza con Hermenegildo, sitió y conquistó Sevilla. Hermenegildo huyó a Córdoba y allí, después de ser conquistada, fue hecho prisionero y desterrado a Valencia. En 585, Hermenegildo murió en Tarragona a manos del conde Sisberto, que estaba encargado de su custodia, tal vez con la anuencia de Leovigildo. La Iglesia católica lo elevó a los altares en el siglo XVI.

En 585, Leovigildo acabó con el reino suevo después de asolar Gallaecia y vencer en Oporto y Braga. El intento de restauración dirigido por Malarico fue sofocado.

La última campaña del reinado de Leovigildo se dio cuando Gontrán de Borgoña y Childeberto II de Austrasia intentaron apoderarse de la Septimania. La campaña fue dirigida por Recaredo, que logró mantener los territorios.

Leovigildo murió en Toledo en 586.

Sucesos contemporáneos

Reyes y gobernantes coetáneos

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