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en al-Andalus

Abd al-Rahman III al-Nasir
8º Emir independiente de al-Andalus (891<912-929>)
1er Califa de al-Andalus (929-961>961)

Genealogía

 

Resumen

Abd al-Rahman nació en Córdoba en 891. Pocas semanas antes, su padre Muhammad, hijo del emir Abd Allah, había sido asesinado por su hermanastro al-Mutarrif con el consentimiento del emir.

Fue un hombre inteligente, tenaz, ambicioso, poco devoto y tolerante con sus vasallos cristianos y judíos. Su aspecto físico, debido a los orígenes vascones de su madre y abuela, no era típicamente árabe, ya que tenía los ojos azules y el cabello de un rubio casi rojizo. Durante su adolescencia se había dedicado al estudio, sin casi ningún contacto con los asuntos políticos y militares. Cuando en octubre de 912 fue proclamado emir, ninguno de sus familiares que podrían aspirar a la sucesión se opuso. Inmediatamente expresó su disposición a acabar con la guerra civil que se extendía por todo el emirato, restaurar el orden, afianzar su autoridad y reconquistar los territorios rebeldes.

Su primer triunfo fue a finales de 912, cuando sus tropas derrotaron a los bereberes de Caracuel (cerca de la actual Almodóvar del Campo), que estaban auxiliados por al-Fath ben Zennun, señor de Uclés e hijo del que fuera señor de Toledo en 888.

Unas semanas más tarde, ya en 913, recuperó Écija. En la primavera, Abd al-Rahman III realizó una exitosa campaña en el este del emirato. Su propósito fue atacar las zonas rebeldes limítrofes con la parte oriental de los dominios del rebelde muladí Umar ben Hafsun. Primero rindió la fortaleza de Monteleón, luego fue contra el feudo de Ibn Shaliya, en los montes de Somontín, que depuso las armas. Lo mismo hicieron el señor árabe de Mentesa y los demás rebeldes que ocupaban los altos del valle del río Guadalén. El emir aceptó sus promesas de fidelidad, pero envió a Córdoba a sus mujeres e hijos en calidad de rehenes. A continuación entró en el territorio de Elvira (actual provincia de Granada) y, sin problemas, llegó hasta Baza sometiendo sin esfuerzo a los señores de muchos pequeños castillos de la zona. Después de apoderarse de Fiñana (en la actual provincia de Almería), donde apresó a muchos hombres de Ibn Hafsun, atravesó Sierra Nevada y puso sitio a Juviles hasta rendirla. Finalmente, bajó a la costa, tomó el puerto de Salobreña y regresó a Córdoba.

En el verano de aquel año, Muhammad ben Ibrahim ben Hachchach, señor rebelde de Carmona, para hacerse con los dominios de su hermano Abd al-Rahman, señor rebelde de Sevilla, mandó envenenarle. El crimen fue inútil, ya que los sevillanos pusieron como nuevo señor a su primo Ahmad ben Maslama, que comenzó a hostigarlo. Viéndose abandonado, Muhammad se sometió al emir. Ante la nueva situación, Abd al-Rahman III decidió asediar Sevilla con un ejército al mando del mismo Muhammad con el asesoramiento de un general omeya. Las tropas cordobesas conquistaron el Aljarafe y el territorio de Itálica poniendo en grave situación a Ibn Maslama, que tuvo que pedir ayuda a Ibn Hafsun. El rebelde muladí fue a Sevilla, se unió a su aliado y en el enfrentamiento con los cordobeses fueron derrotados. Humillado, Ibn Hafsun volvió a Bobastro. En diciembre, el acosado Ibn Maslama tuvo que entregar Sevilla a Abd al-Rahman III, que puso un gobernador en la ciudad. Muhammad, en protesta por no haber sido designado, se encastilló en Carmona.

En aquel verano, Ordoño, hermano de García I de León, que gobernaba Galicia, asaltó y tomó Évora en la Marca Inferior. Después de saquear la ciudad y matar a su gobernador regresó a Galicia.

En la Marca Superior, Muhammad al-Tawil, señor de Huesca, murió guerreando en la actual Cataluña. Le sucedió su hijo Abd al-Malik, que fue asesinado por su hermano menor cinco años más tarde para ocupar su puesto.

En abril de 914, Muhammad ben Ibrahim reconsideró su postura y se sometió al emir. Este lo colmó de honores, le nombró visir y lo invitó a participar en su próxima campaña. Efectivamente, llegado mayo, Abd al-Rahman III inició una nueva incursión contra los territorios de Ibn Hafsun. Al frente de sus tropas, siguió el camino de la Serranía de Ronda y Málaga. Después de tomar y rendir varias plazas, continuó hacia Algeciras. Cerca de aquella plaza, destruyó una flota de barcos mercantes, enviada por el califa fatimí Ubayd Allah, que desembarcaba aprovisionamientos para Ibn Hafsun. Luego se dirigió a Carmona donde se había rebelado su gobernador. El emir mandó asediar la plaza y regresó a Córdoba. Más tarde supo que Muhammad ben Ibrahim era el instigador de la rebelión.

Ordoño II, ya rey de León, no cejó en sus ataques a la Marca Inferior. Esta vez fue la guarnición y población musulmana del castillo de Alange, cerca de Mérida, los que sufrieron la misma suerte que las de Évora.

En 915 continuó la sequía que había comenzado el año anterior. La imposibilidad de abastecer a las tropas, impidió que el emir pudiera enviar ejércitos contra el cada vez más acosado y débil Ibn Hafsun, o contra Ordoño II. Además, Abd al-Rahman tuvo que hacer frente a los desórdenes que se produjeron por la hambruna.

En aquel año murió Muhammad ben Ibrahim, seguramente envenenado, quedando extinguida la familia de los Banu Hachchach de Sevilla. También fue asesinado Abd Allah, líder de los Banu Qasi en la Marca Superior. Lo sucedió su hermano Mutarif, que murió a manos de su sobrino Muhammad. Este fue confirmado gobernador de Tudela por el emir.

En 916, el general omeya Ahmad ben Muhammad ben Abi Abda realizó una exitosa campaña en tierras leonesas. Volvió al año siguiente para asediar la plaza de San Esteban de Gormaz. Así lo hizo durante unos días, hasta que acudieron las tropas de Ordoño II y Sancho Garcés de Pamplona. En el enfrentamiento murió el general y las tropas cordobesas sufrieron una gran derrota.

En Bobastro murió ese año Umar ben Hafsun, el rebelde muladí que se había enfrentado con éxito a los tres emires anteriores a Abd al-Rahman III. Pero la rebelión no terminó. El mayor de sus hijos, Chafar, continuó la insurrección desde Bobastro.

También en aquel año, Carmona, que había resistido el asedio de las tropas cordobesas, fue asaltada y conquistada.

En 918, las tropas de Ordoño II, de Sancho Garcés y las de los condes de Castilla y Pallars entraron en el feudo de los Banu Qasi y tomaron Nájera, Arnedo, Calahorra y Alhama. Abd al-Rahman III replicó enviando un ejército que infringió una grave derrota a los aliados cristianos en Mitonia.

En 919, Ordoño II, que continuaba hostigando los territorios musulmanes, fue derrotado y puesto en fuga por un ejército cordobés.

En al-Andalus, la plaza rebelde de Belda, seguramente la actual Antequera, fue sitiada por el Abd al-Rahman III. La parte muladí de la guarnición se rindió y con ello salvó la vida, pero la parte mozárabe continuó con la defensa siendo masacrada en el asalto final. A continuación, el emir realizó pequeñas escaramuzas por la zona de Bobastro y regresó a Córdoba. Ante la debilidad de su posición, Chafar pidió una tregua que Abd al-Rahman III aceptó a cambio de rehenes.

En 920, Abd al-Rahman III se puso al frente de una aceifa contra los reinos cristianos. Un mes después de salir de Córdoba, entró en territorio leones donde saqueó e incendió Osma. Luego se dirigió contra San Esteban de Gormaz que había sido abandonada por su guarnición. Una vez demolidas sus defensas, continuó avanzando y recuperó varias plazas sin encontrar oposición. A continuación, fue contra el reino de Pamplona. Por orden del emir, Muhammad ben Abd Allah, de los Banu Qasi, tomó la fortaleza de Cárcar mientras que él tomaba Calahorra abandonada por Sancho Garcés, que se había refugiado en Arnedo. Cuando este último tuvo noticias de que el emir se dirigía a Pamplona, salió hacia su capital para defenderla con la ayuda de Ordoño II que acudía en su auxilio. En Valdejunquera se enfrentaron los dos ejércitos con el resultado de una gran derrota de las tropas cristianas. Los supervivientes se refugiaron en el castillo de Muez. Tres días más tarde, Abd al-Rahman III tomó por asalto el castillo y todos sus ocupantes fueron pasados por las armas. Antes de volver a Córdoba, durante tres semanas, el emir estuvo saqueando el sur del reino sin atacar Pamplona.

En aquel año, Chafar fue asesinado en Bobastro y su hermano Sulayman lo sustituyó en el mando de la rebelión.

En 922, Abd al-Rahman III decidió coordinar la resistencia que oponían las tribus bereberes del norte de África al califato fatimí. Envió agentes para atraerse a las tribus zanata, y dentro de estas al grupo más importante, los magrawa con su jefe Muhammad ben Jazar, que estaban unidos desde muy antiguo por lazos de clientela a los omeyas.

En 923, Muhammad ben Abd Allah fue derrotado y muerto en un enfrentamiento con Sancho Garcés y Ordoño II. Seguramente creyó que tenía tropas suficientes para la batalla sin necesidad de la ayuda del ejército cordobés.

En la primavera de 924, Abd al-Rahman III, que ya tenía conocimiento de la muerte de Ordoño II, marchó contra el reino de Pamplona. Primero se dirigió hacia los territorios de Tudmir (Murcia) y Valencia donde sometió a los últimos rebeldes. Luego entró en territorio pamplonés demoliendo e incendiando los castillos y plazas que abandonaban sus guarniciones cuando veían aparecer las tropas cordobesas. Sancho Garcés, junto con tropas leonesas, lo esperó en el valle del río Irati y fue derrotado. Con el camino expedito, el emir llegó a Pamplona, que había sido evacuada. La ciudad fue saqueada y quemada, no librándose ni la catedral. Este duro castigo hizo que durante siete años, ni León ni Pamplona intentaran atacar al poderoso emir.

En ese mismo año, murió el gobernador de Zaragoza en la Marca Superior, el tuyibí al-Anqar, que desde un principio fue leal al emir. Con su hijo y sucesor Hashim, comenzó a denominarse a los tuchibíes de Zaragoza, los Banu Hashim.

En 927, en una escaramuza cerca de Bobastro, Sulayman, que durante varios años había perdido plazas y territorios por los ataques de Abd Rahman III, fue apresado y decapitado.

También en ese año, aprovechando la victoria en el norte de África de los bereberes zanata sobre las tropas fatimíes, Abd al-Rahman III envió una flota que tomó Melilla.

En 928, Hafs, cuarto hijo de Ibn Hafsun, que había tomado el relevo de su hermano con poca fe en sus posibilidades de éxito, rindió Bobastro después de seis meses de sitio. Este suceso, aunque esperado, tuvo una gran repercusión tanto en el emirato como en los reinos cristianos o en el norte de África y aumentó el prestigio de Abd al-Rahman III, que ya había conseguido la pacificación del emirato en los años anteriores con excepción de las Marcas Inferior y Media.

En 929, Abd al-Rahman III tomó la decisión de restaurar en su persona la dignidad califal de la antigua dinastía omeya de Oriente. Alegando que el califato abbasí era usurpador y el fatimí hereje, se autoproclamó califa y príncipe de los creyentes. Añadió a su nombre el título honorífico de al-Nasir li-din Allah (el que combate victoriosamente por la religión de Allah).

El nuevo califa comenzó aquel mismo año una ofensiva contra la Marca Inferior. Al mando de su ejército, saqueó los arrabales de Badajoz e inició el asedio de la ciudad que estaba bajo el señorío del descendiente de los Banu Marwan, Abd al-Rahman ben Abd Allah. A continuación, dejó una parte de sus tropas en el asedio y se dirigió al sur del actual Portugal donde rindió fácilmente la plaza de Beja y al pequeño principado situado en Santa María del Algarve y Silves. En 930, el señor de Badajoz rindió la ciudad.

Aquel mismo año, Abd al-Rahman III intentó obtener de manera pacífica la sumisión de la ciudad de Toledo, en la Marca Media. Esta ciudad, que casi siempre había estado en rebeldía, respondió con evasivas a las propuestas de volver a la obediencia que les hizo el califa a través de sus emisarios. Debido a lo cual, Abd al-Rahman III acudió con su ejército e inició un cerco a la ciudad. El rey de León, Ramiro II, a petición de los toledanos, intentó levantar el asedio pero no lo consiguió. Sólo pudo apoderarse temporalmente de la plaza de Magerit (Madrid).

En 931, Abd al-Rahman, que tenía de su parte a los bereberes zanata del norte del actual Marruecos, tomó fácilmente Ceuta con el desembarco de un contingente de tropas. Además, Musa ben Abi-l-Afiya, que ostentaba la autoridad fatimí en el Magreb occidental, repudió públicamente a su califa y reconoció públicamente la autoridad del califa de Córdoba. Esta acción le posibilitó formar una especie de protectorado omeya en gran parte del Magreb, que le sirvió para contener a los fatimíes.

En agosto de 932, después de dos años de sitio, Toledo se rindió al califa, que entró triunfante en la ciudad.

En 933 el conde de Castilla, Fernán González, pidió la ayuda de Ramiro II ante la inminente llegada de un ejército del califa que avanza contra Osma y San Esteban. Juntos consiguieron infringir una grave derrota a los musulmanes ante las murallas de Osma. Al año siguiente el califa volvió a atacar, pero esta vez Ramiro II, que no estaba preparado, rehusó la batalla y se encerró en la fortaleza de Osma. Abd al-Rahman III, dejando parte de su ejército para hostigarlo, se dirigió contra Pamplona, pero la reina Toda, que gobernaba en nombre de su hijo García Sánchez I, se sometió al califa y consiguió que no entrara en la ciudad. Abd al-Rahman III continuó su campaña arrasando las tierras de Álava y la terminó destruyendo Burgos.

Durante unos años las fronteras del reino leonés se mantuvieron tranquilas. La guerra se había trasladado al valle del Ebro, donde la familia gobernante de los Banu Qasi había sido sustituida por la de los Tuyibíes. Ante el poderío de Pamplona y León, Abu Yahya, jefe de esta familia, se había puesto bajo la protección del rey leonés. En 936 Abu Yahya rompió con el califa y con la ayuda de Ramiro derrotó a los que no estaban de acuerdo con su política. Al año siguiente, para sofocar la rebelión y recuperar Zaragoza, Abd al-Rahman III se puso al frente de sus tropas y se dirigió a la Marca Superior. La primera plaza que tomó fue Calatayud, que estaba defendida por tuyibíes y alaveses de Ramiro II. Luego se apoderó de unos treinta castillos. Finalmente puso sitio a la capital que capituló. Seguramente por intereses políticos, perdonó al rebelde tuyibí.

En 939, Abd al-Rahman III, para acabar para siempre con los reinos cristianos, se puso al frente de un potente ejército y se dirigió contra el reino de León. A finales de julio llegó delante de Simancas, donde le esperaba Ramiro II con sus tropas, auxiliadas con las castellanas de Fernán González y las pamplonesas de la reina Toda. El enfrentamiento duró varios días y las fuerzas califales sufrieron una gran derrota. El propio califa tuvo que huir dejando atrás todos sus tesoros. Diez días más tarde, cuando el resto del ejército musulmán estaba a punto de entrar en sus tierras, fue aniquilado por leoneses, castellanos y pamploneses, con su rey García Sánchez I a la cabeza. A partir de esta derrota, el califa decidió no dirigir personalmente las campañas y confiar el mando a alguno de sus generales.

En los años siguientes, Ramiro II tuvo que hacer frente a problemas internos que amenazaban su permanencia en el trono, casi todos ellos producidos por la hostilidad del conde de Castilla Fernán González. Dichos problemas solamente le permitieron dar una respuesta defensiva a los ataques anuales de los ejércitos musulmanes que se dirigieron con éxito contra la zona occidental del reino leonés. Los realizados en 944 y 947, penetraron profundamente en Galicia. En 950, Ramiro II consiguió su última victoria sobre un ejército omeya cerca de Talavera, en el valle del Tajo.

La turbulenta subida de Ordoño III al trono leones en 951 y los posteriores conflictos, fueron aprovechados por Abd al-Rahman III para lanzar constantes ataques anuales en toda la frontera. El mayor triunfo lo tuvo en 955 cuando atacó un fuerte castellano produciendo miles de bajas cristianas. La casi única respuesta del leonés fue el saqueo de Lisboa y la gran victoria del conde de Castilla en San Esteban de Gormaz. A pesar de ello, Ordoño III tuvo que solicitar la paz. El califa aceptó y envió negociadores para ajustarla. Entre ellos estaba un célebre médico y diplomático judío llamado Hasday. Entre las condiciones que acordaron estaban la entrega de varias fortalezas de la frontera y el pago de tributos. Con ello, Abd al-Rahman III reiniciaba la costumbre de exigir parias, que había sido abandonada por los anteriores emires.

En 951, el califa cordobés aprovechó que tenía tropas en el norte de África que había mandado el año anterior para reprimir algunas conjuras entre idrisíes, se apoderó de Tánger.

En 955, un barco cordobés atacó a otro siciliano, que se dirigía a al-Mahdiyya, le arrebató la carga y los documentos que portaba un mensajero del gobernador musulmán de Sicilia para el califa fatimí. En respuesta, una flota fatimí entró en el puerto de Almería, quemó los barcos anclados y un contingente de desembarco saqueó, mató y se llevó un gran botín. Abd al-Rahman III respondió enviando al general Galib con una escuadra para hostigar a los fatimíes, pero no tuvo éxito. Lo consiguió en 957, cuando su escuadra atacó con éxito la ciudad de Marsa al-Jaraz y los alrededores de Susa y Tabarqa.

En ese mismo año, Abd al-Rahman III envió a tierras leonesas una expedición de castigo contra el nuevo rey de León, Sancho I “el Craso”, llamado así por su deforme gordura, por negarse a cumplir lo pactado con Ordoño III. La grave derrota, una serie de fracasos y las maquinaciones del conde Fernán González forzaron, en 958, el destronamiento de Sancho I y su posterior marcha a Pamplona donde fue acogido por su abuela, la regente Toda. Esta consideró ofensiva la acción del conde castellano y pidió ayuda al califa para reponer a Sancho en el trono de León, aunque el nuevo rey, Ordoño IV, también era su nieto. Abd al-Rahman III aceptó y envió a Hasday para examinar a Sancho y negociar las condiciones. Una de las cuales era la entrega de diez fortalezas si Sancho I volvía a reinar. Además, consiguió que Toda, su hijo García y Sancho viajaran a Córdoba donde rindieron homenaje al califa, después de haber sido recibidos con gran pompa. A continuación, Sancho recibió el tratamiento de Hasday que eliminó su gordura.

Durante los años 958 y 959, el califa fatimí se apoderó del Magreb occidental. Al califa cordobés sólo le quedaron las plazas de Ceuta y Tánger.

En 959, como fruto de las negociaciones, Sancho I acompañó al ejército cordobés que marchaba contra el reino de Ordoño IV, mientras que las tropas pamplonesas cumplían su parte atacando al condado de Castilla para retener a Fernán González. Al año siguiente, Ordoño IV huyó a Asturias y Sancho I recuperó el trono. El conde Fernán González fue hecho prisionero por los pamploneses.

En octubre de 961, la vejez y la enfermedad acabaron con la vida del califa Abd al-Rahman III.

Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos

León:

Reyes de León. (El reino de Asturias había cambiado su nombre por el de León)

García I (910-914).
Ordoño II (914-924).
Fruela II (924-925).
Alfonso IV "el Monje" (926-931).
Ramiro II ( 931-951).
Ordoño III (951-956).
Sancho I "el Craso" (956-958). 1ª vez.
Ordoño IV (958-960).
Sancho I "el Craso" (960-966). 2ª vez.

Castilla:

Conde de Castilla. (Independiente de hecho del reino de León).

Fernán González (h.929-970).

Navarra:

Reyes de Pamplona.

Sancho I Garcés (905-925).
García Sánchez I (925-970).

Aragón:

Condes de Aragón.

Galindo Aznar II (893-922).
Andregoto Galíndez (922-943). (Desde 934, reina consorte de Pamplona).

------- 934.- Unión con Pamplona.

Conde de Ribagorza y Pallars.

Ramón I (872-920).

------- (Desde 920).- Separación de Ribagorza y Pallars.

Condes de Ribagorza.

Bernardo Unifredo I y Miró (920-h.947).
Ramón II (h.947-970).

Cataluña: Marca Hispánica. (Dominio carolingio). Marca de Gotia.

Conde de Ampurias.

Suniario II (862-915).

------- 915.- Independiente.

Conde de Barcelona.

Suniario I (911-947).

------- 947.- Independiente.

Conde de Ribagorza y Pallars.

Ramón I (872-920).

------- (Desde 920).- Separación de Ribagorza y Pallars.

Condes de Pallars.

Isarno y Lope (920-948).
Ramón II y Borrell I (948-996).

Condes de Cerdaña.

Miró (897-927).
Sunifredo II (927-965).

Condes de Besalú.

Radulfo (897-h.919).

------- Desde h.919 a 927. Perteneciente a Cerdaña.

Wifredo II (927-957/62).

Conde de Urgel.

Sunifredo II (897-948).

------- (Desde 948 a 992).- Unido a Barcelona.

Condes de Ampurias.

Gausberto (915-931).
Gausfredo I (931-991).

Condes de Barcelona.

Borrell II (947-992) y Miró (947-966).

Francia:

Reyes de Francia. (Carolingios).

Carlos III "el Simple" (898-923).
Raul I = Rodolfo I (923-936).
Luis IV "de Ultramar" (936-954).
Lotario II (954-986).

------- Desde 962 se desvincula del Imperio.

Emperador carolingio.

------- 905-915.- Sin Emperador.

Berengario I (915-924).

------- 924-962.- Sin Emperador.

Alemania:

Reyes de Germania. (Dinastía de Sajonia).

Conrado I de Franconia (911-918).
Enrique I "el Pajarero" (918-936).
Otón I "el Grande" (936-973).

Italia:

Reyes de Italia. (Norte).

Berengario I (905-924).
Rodolfo II de Borgoña (922-924). (En contra de Berenguer I). (Desde 924 a 926, rey de Italia sin oposición y desde 926 a 933 con oposición de Hugo I).
Hugo I de Arlés (926-933). (Con la oposición de Rodolfo II). (Desde 933 a 947 sin oposición y con Lotario como asociado).
Lotario II de Arlés (947-950).
Berengario II (950-963) con Adalberto (950-963).

------- (Desde 951, vasallos de Otón I de Sajonia).

Dux de la República de Venecia.

Pietro Tribuno (888-912).
Orso II Participazio (912-932).
Pietro II Candiano (932-939).
Pietro Partcipazio (939-942).
Pietro III Candiano (942-959).
Pietro IV Candiano (959-976).

Estados Pontifícios. (Papas).

Anastasio III (911-913).
Landon (913-914).
Juan X (914-928).
León VI (928).
Esteban VII (928-931).
Juan XI (931-935).
León VII (936-939).
Esteban VIII (939-942).
Marino II = Martín III (942-946).
Agapito II (946-955).
Juan XII (955-964).

Príncipes de Capua y Benevento. (Lombardos).

(Cronología incierta en los textos)

Landulfo I de Benevento y III de Capua (910-943). (Corregente Atenulfo II (911-940)).
Landulfo "el Rojo" II de Benevento y I y IV de Capua (943-961).

------- 961.- Separación de los dos principados.

Príncipe de Benevento. (Lombardos).

------- 961.- Separación del principado de Capua.

Landulfo III (961-968).

Príncipe de Capua. (Lombardos).

------- 961.- Separación del principado de Benevento.

Pandulfo I "Testadiferro" (961-968). (Corregente Landulfo V (961-968).

Príncipes de Salerno. (Lombardos).

Guaimario II (900-946).
Gisulfo I (946-978).

Emires de Sicilia.

Hassan I (948-954).
Ahmad I (954-969).

Britania: Escocia:

Reyes de Alba.

Constantine II (900-943).
Malcolm I (943-954).
Indulf (954-962).

Inglaterra:

Reyes de York. (Vikingos).

Ragnall I Ivarrson (910-920).
Sigtrygg Caech (920-927).

------- Reyes vikingos bajo el dominio de Wessex.

Guthfrith II Ivarrson (927-934).
Olaf I Guthfrithsson (934-939).

------- Reyes de York. (Vikingos).

Olaf I Guthfrithsson (939-941).
Olaf II (941-943). 1ª vez.
Ragnall II Guthfrithsson (943-944).

------- 944-947.- Bajo el dominio de Wessex.

------- Reyes de York. (Vikingos).

Erik Bloodaxe (947-948). 1ª vez.
Olaf II (949-952). 2ª vez.
Erik Bloodaxe (952-954). 2ª vez.

------- 954.- Unión con Inglaterra.

Reyes de Inglaterra.

Eadward I "el Mayor" (899-924).
Aethelstan (925-939).
Eadmund I "el Magnífico" (939-946).
Aedred (946-955).
Eadwy (955-959).
Eadgar (959-975).

Reyes de East Anglia.

Guthrum II (902-918).

------- 918.- Bajo el dominio de Wessex.

Gales:

Reyes de Gwynedd.

Anarawud ap Rhodri (878-916).
Idwal Foel (916-942).
Hywel Dda (942-950).
Ieuaf ab Idwal (950-968) junto a Iago ab Idwal (950-979).

Reyes de Morgannwg. (Glywysing).

Arthfael ap Hywel (886-916).
Cadwgan ap Owain (916-930).

Príncipe de Morgannwg. (Glywysing).

Morgan "el Viejo" (930-974).

Reyes de Powys.

Llywelyn ap Merfyn (900-942).
Hywel Dda (942-950).
Owain ap Hywel (950-986).

Reyes de Deheubarth.

Hywel Dda (909-950).
Rhodri ap Hywel (950-953) junto con Edwin ap Hywel (950-954) y Owain ap Hywel (950-987), rey de Powys.

Imperio bizantino. (Bizancio):

Emperadores.

León VI (886-912).
Alejandro (912-913).
Constantino VII Porfirogeneta (913-920).
Romano I Lecapeno (920-944).
Constantino VII Porfirogeneta (945-959) 2ª vez.
Romano II (959-963).

Imperios árabes:  Califato abbasí:

Califas abbasíes. (Bagdad).

Al-Muqtadir (908-932).
Al-Qahir (932-934).
Al-Radi (934-940).
Al-Muttaqi (940-944).
Al-Mustakfi (944-946).
Al-Muti (946-974).

Califato fatimí:

Califas fatimíes. (Qayrawan, en 912 al-Mahdiyya y en 948 al-Mansuriya) (En la actual Túnez).

Ubayd Allah o Abdullah al-Mahdi Billah (909-934). (Fundador de la dinastía).
Muhammad al-Qaim Bi-Amrillah (934-946).
Ismail al-Mansur Bi-Nasrillah (946-952).
Maad al-Muizz Li-Dinillah (952-975). (Egipto es conquistado durante su reinado)

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