Genealogía

Resumen

Al-Mundhir, nació en Córdoba en el año 844 y era hijo del emir omeya Muhammad I. Antes de su entronización en 886, el príncipe al-Mundhir dirigió o participó, dentro y fuera de al-Andalus, en acciones militares donde los ejércitos cordobeses no siempre salieron victoriosos. Así: en 865 derrotó a las topas del asturiano Ordoño I en la batalla de La Morcuera; en 877, venció dos veces al rebelde muladí Ibn Marwan; en 878, en una expedición que realizó contra Astorga y León, fue derrotado por Alfonso III y en los años 882 y 883, intentó doblegar al rey asturiano pero, al no conseguirlo, se vio obligado a firmar tratados de paz. Por último, en 886, al-Mundhir cercó la fortaleza de Bobastro donde estaba encastillado el rebelde muladí Umar ben Hafsun. La noticia de la muerte de su padre le obligó a levantar el cerco para volver a Córdoba y hacerse cargo del trono.

Durante la ceremonia de entronización de al-Mundhir, decenas de personas murieron sobre el puente romano de Córdoba al producirse una avalancha de la multitud.

Una de las primeras actuaciones del nuevo emir fue la aceptación de una oportuna denuncia contra el general favorito de su padre, Hashim ben Abd al-Aziz, que le sirvió para ordenar el encarcelamiento y ejecución de su viejo enemigo. Su corto reinado le impidió dedicarse a otros problemas que no fuera el de sofocar la rebelión del muladí Umar ben Hafsun.

En 888, la rebelión contra los omeyas se extendía por todo el sur de al-Andalus y Umar ben Hafsun, cada vez más poderoso, continuaba añadiendo plazas y territorios a sus dominios. Las tropas que envió el emir para frenar al rebelde sólo pudieron recuperar Iznájar. Por ello, al-Mundhir decidió ponerse al mando de un potente ejército. El primer éxito lo logró rindiendo Archidona con un asedio. El siguiente bastión rebelde en caer fue Priego. A continuación se dirigió a Bobastro para sitiarla nuevamente. Cuando el cerco era más asfixiante, Hafsun propuso rendirse a cambio de ser honrado y agasajado en Córdoba. El emir aceptó y accedió a que cincuenta mulos fueran llevados a la fortaleza para portar los enseres de los rendidos. Hafsun faltó a su palabra y se quedó con los animales que servirían de alimento a los sitiados. El asedio continuó, y durante el mismo, la enfermedad que padecía el emir se agravó. Eran los últimos días de junio y habían pasado dos meses desde que se inició el asedio. Abd Allah, hermano del emir, llegó al campamento donde asistió a los últimos momentos de la vida de al-Mundhir. Él mismo dio la noticia a los sorprendidos generales y, en el mismo campamento, se hizo proclamar emir. Ante el desánimo de las tropas, ordenó el levantamiento del asedio para llevar el cadáver a Córdoba.

(Los relatos de la muerte de al-Mundhir y la forma en que Abd Allah subió al trono, proceden de los cronistas que vivieron bajo el reinado del nieto de Abd Allah, Abd al-Rahman III, por lo que se supone que no quisieron irritar al califa. Pero los historiadores Ibn al-Qutiyya e Ibn Hazm no dudaron en acusar a Abd Allah de haber instigado la muerte de su hermano para apropiarse del trono).

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