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Muhammad V
Emir de Granada (1339<1362-1391>1391) 2ª vez

Genealogía


Su reinado

Muhammad V había sido emir nazarí de Granada desde 1354 hasta 1359. En ese año fue destronado por una conspiración palaciega instigada por Maryam, esposa del anterior emir Yusuf I, para instalar en el trono a su hijo, que pasó a ser Ismail II. Muhammad V había logrado huir con su hijo Yusuf y refugiarse en Guadix (Granada) donde sufrió varios ataques del nuevo emir. Finalmente, el destronado emir pudo trasladarse a Fez, capital del sultanato benimerín o meriní del norte de África, para ponerse bajo la protección de su sultán Abú Salim Ibrahim.

En 1360, el ejecutor del complot, el que sería Muhammad VI, llamado “el Bermejo”, realizó otro complot contra su primo Ismail II al que derrocó, encarceló, mató y sustituyó. Inmediatamente, el nuevo emir se enemistó con Pedro I “el Cruel”, rey de Castilla y León, y firmó un tratado de paz con Pedro IV “el Ceremonioso”, rey de la Corona de Aragón, que incluía una alianza contra Castilla.

En mayo de 1361, Pedro I firmó la paz de Terrer (Zaragoza) con Pedro IV para concentrar sus fuerzas contra el nazarí Muhammad VI y atacarle por tierra y por mar. Además, interesado en debilitar al granadino, amenazó al sultán meriní con romper la paz y apoderarse de las plazas peninsulares que conservaban los benimerines si no dejaba salir de Fez al exiliado Muhammad V para que regresara a al-Andalus.

En agosto, ya estaba Muhammad V en la plaza meriní de Ronda (Málaga), que le había cedido temporalmente el sultán benimerín, y comenzaba a gobernar su comarca. A continuación, con la esperanza de atraer partidarios que le ayudaran a recuperar el trono, Muhammad V se coaligó con Pedro I para realizar varias correrías por el territorio nazarí. En una de ellas derrotaron a las tropas de Muhammad VI y las persiguieron hasta la cercana plaza de Pinos Puente (Granada).

En noviembre, Ronda fue entregada definitivamente a Muhammad V por el que sería nuevo sultán meriní Abú Zayyan Muhammad en reconocimiento por su mediación ante Pedro I para que éste le permitiera, ya que estaba refugiado en Castilla, trasladarse a Fez para ser entronizado.

En enero de 1362, fueron las tropas de Muhammad VI las que vencieron a las de Pedro I en las cercanías de Guadix. En aquella batalla, los nazaríes tomaron más de mil cautivos. Entre ellos estaba el maestre de la Orden de Calatrava Diego García de Padilla, hermano de la difunta amante del rey castellano-leonés María de Padilla, que fue devuelto a Pedro I por el nazarí con la vana esperanza de congraciarse con él.

En febrero, los coaligados se reunieron en Casares (Málaga) para atacar a Iznájar (Córdoba). Pero Muhammad V, disconforme con el pacto de ayuda que había firmado con Pedro I por el que el rey castellano-leonés se quedaría con las plazas que él conquistara, provocó que, en marzo, Muhammad V se retirase a Ronda para continuar la lucha en solitario. Lo mismo hizo Pedro I que en dos campañas realizadas aquel mismo año conquistó, entre otras, las plazas cordobesas de Iznájar y Benamejí; las malagueñas de El Burgo, Ardales, Cañete y Cuevas; y las granadinas de Cesna y Turón. Por su parte, Muhammad V conquistó Málaga y otras plazas de su región.

En abril de aquel año, debido al avance irresistible de Muhammad V y al descontento de los granadinos por las conquistas castellanas, Muhammad VI cogió lo mejor del tesoro real y, junto con sus más próximos partidarios, huyó de Granada para refugiarse en Sevilla creyendo que Pedro I lo ayudaría. Pero el rey castellano-leonés, que lo había recibido amigablemente, no tardó dos días en apresarlo y matarlo personalmente. A continuación envió su cabeza y las de parte de sus seguidores, el resto fue encarcelado y luego ajusticiado, a Muhammad V, que ya había entrado en la Alhambra y recuperado el trono nazarí. Inmediatamente, el repuesto emir pidió a Abú Zayyan Muhammad, nuevo sultán meriní, que permitiera que su hijo Yusuf regresara a Granada, ya que aquél lo tenía retenido en Fez para obligar al nazarí a devolverle Ronda. Finalmente en junio, el sultán meriní, permitió a Yusuf y al visir Ibn al-Jatib regresar a Granada sin haber conseguido recuperar Ronda.

La muerte de Muhammad VI permitió a Muhammad V terminar la guerra y adoptar una política de paz con los reinos vecinos. Así, con Aragón comenzó a establecer buenas relaciones, pero generalmente supeditadas a mantener la paz y la alianza con Castilla que le había ayudado a recuperar el trono, pero que también era una amenaza por su afán expansionista. Con respecto a los benimerines, procuró debilitarlos para impedir su intervención en al-Andalus. Para ello, estableció relaciones con los dirigentes de los bereberes que señoreaban el Magreb central y oriental del norte de África: los zayyaníes de Tremecén, enemigos de los meriníes, y los hafsíes de Túnez.

En abril de 1363, Muhammad V intervino en la guerra que mantenían Pedro I y Pedro IV (Guerra de los dos Pedros) ayudando al castellano-leonés en la conquista de Teruel con seiscientos caballeros.

En junio, Muhammad V encarceló al jefe de los guza (combatientes de la fe), que eran tropas africanas al servicio de los nazaríes y enemigos de los meriníes, y emitió un edicto por el que designaba a su hijo Yusuf, a pesar de sus casi siete años de edad, jefe de aquellas tropas. Lo hizo para acabar con el enorme poder que tenían en el emirato nazarí.

En otoño de 1365, Muhammad V, alarmado por la gran cantidad de tropas francesas y aragonesas que se estaban concentrando para atacar a Castilla y temiendo que pudieran atacar Almería y la costa nazarí, hizo un llamamiento a la comunidad musulmana, tanto interior como exterior, para hacer frente a un posible ataque. La llamada fue muy bien acogida por los africanos que enviaron caudales y soldados.

En abril de 1366, mientras Enrique de Trastámara, hermanastro de Pedro I, se coronaba rey de Castilla en Burgos y el rey legítimo huía a Francia, Muhammad V comenzaba una serie de campañas conquistando Priego (Córdoba) y reconquistando El Burgo e Iznájar. Pero los acontecimientos que siguieron no fueron favorables al emir ya que las tropas del autoproclamado Enrique II continuaron avanzando por tierra, las naves aragonesas apresaban a las nazaríes y en Almería, en agosto, tuvo que hacer frente a una sublevación favorable a un pariente suyo, que fue sofocada y su inductor apresado. Por todo ello, y para mantener la paz en la frontera, Muhammad V se vio forzado a reconocer a Enrique II, rendirle vasallaje y firmar una tregua.

En marzo de 1367, gracias a la tregua con Castilla, Muhammad V pudo firmar una paz con Pedro IV de Aragón y Abú Faris Abd ul-Aziz, nuevo sultán de los benimerines de Fez. Pero el nazarí no llegó a ratificar aquel acuerdo porque, en abril de aquel año, Pedro I, que había regresado a Castilla, derrotó a Enrique II en Nájera (La Rioja) con la ayuda del Príncipe Negro, heredero de Eduardo III de Inglaterra. Este hecho hizo que Muhammad V restableciese su alianza con Pedro I. Lo hizo por amistad y, también, para incrementar el debilitamiento que padecía Castilla a consecuencia de su guerra civil. Situación que aprovechó aquel año para reconquistar Utrera (Sevilla), Jaén y Úbeda (Jaén).

En la primavera de 1368, Muhammad V unió sus tropas a las de Pedro I para cercar Córdoba, que estaba en poder de los partidarios de Enrique II.

En marzo de 1369, Pedro I, ante el incremento de tropas que recibió Enrique II para terminar de doblegar la cercada Toledo, abandonó el cerco de Córdoba para acudir a socorrerla con sus tropas, reforzadas con las de Muhammad V. En el camino, cerca de Montiel (Ciudad Real), tuvo lugar un enfrentamiento armado con su hermanastro Enrique II que se saldó con la derrota y huida de Pedro I al cercano castillo. Desde allí fue llevado con engaño a una celada que le costó la vida a manos de Enrique II.

El asesinato de Pedro I no fue un obstáculo para que Muhammad V continuara su campaña reconquistando las plazas de Cambil (Jaén), Rute (Córdoba), Torre Alháquime y El Gastor (ambas en Cádiz). Pero la conquista más importante fue la de Algeciras (Cádiz) que consiguió en julio con la ayuda del sultán meriní Abú Faris Abd ul-Aziz, que le envió una flota para bloquear su puerto ante un posible auxilio de naves castellanas.

En octubre, para aliviar el asedio que las tropas de Enrique II ejercían sobre Carmona (Sevilla), uno de los pocos reductos de los seguidores del asesinado Pedro I, Muhammad V asoló los alrededores de Sevilla y saqueó las plazas sevillanas de Osuna y Marchena.

En noviembre, Muhammad V, que acababa de firmar un acuerdo contra Castilla con Fernando I de Portugal, firmó otra alianza con el mismo fin con el meriní Abú Faris Abd ul-Aziz y con Pedro IV.

En mayo de 1370, Muhammad V se rindió a la evidencia de que la causa de los seguidores del asesinado Pedro I estaba perdida. En consecuencia firmó una tregua por ocho años con Enrique II. Al acuerdo también se adhirió el sultán meriní.

En ese año, el visir Ibn al-Jatib huyó a Fez porque temía por su vida. Las razones fueron las envidias, sobre todo la de su antiguo protegido Ibn Zamrak, y su política favorable a los benimerines en un tiempo en el que las relaciones de los nazaríes con los africanos eran muy tensas.

En la primera mitad de 1374, Muhammad V conquistó Gibraltar, última plaza que conservaban los benimerines en al-Andalus. Este hecho y el apoyo que el emir nazarí venía realizando desde el año anterior a los príncipes meriníes que se disputaban el trono de Fez hicieron que las relaciones entre los dos reinos fueran muy conflictivas. Pero cuando, en junio, Abú l-Abbas Ahmad, uno de aquellos príncipes, consiguió el poder con el apoyo de Granada, las relaciones con Muhammad V volvieron a ser fluidas.

En 1375, Ibn al-Jatib fue asesinado en una prisión de Fez acusado falsamente de hereje por sus enemigos granadinos y meriníes.

En mayo de 1379, la muerte de Enrique II y la posterior subida de sus sucesores Juan I y Enrique III no afectó a la paz que mantenían Granada y Castilla.

Hacia 1382 o 1383, Muhammad V logró apoderarse de la plaza de Ceuta (en el lado africano del estrecho de Gibraltar) mediante maniobras políticas, pero sólo logró mantenerse en ella hasta 1386.

En enero de 1387, la muerte de Pedro IV y la subida al trono de su hijo Juan I no afectó a la paz que mantenían Granada y la Corona de Aragón.

En enero de 1391, después de un largo reinado que proporcionó al emirato nazarí paz, estabilidad y esplendor, murió Muhammad V. Fue sucedido por su hijo Yusuf II.

 


Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)

Castilla y León:  

Reyes de Castilla y León.

Pedro I "el Cruel" (1350-1369).
Enrique II "el de las Mercedes" (1366/1369-1379).
Juan I (1379-1390).
Enrique III "el Doliente" (1390-1406).

Aragón:

Reyes de la Corona de Aragón.

Pedro IV "el Ceremonioso" (1336-1387).
Juan I "el Cazador" (1387-1395).

Navarra:

Reyes de Navarra.

Carlos II "el Malo" (1349-1387).
Carlos III "el Noble" (1387-1425).

Condado catalán
no integrado en la
Corona de Aragón:

Condes de Pallars-Sobirá.

Hugo Roger I (1350-1366).
Arnaldo Roger III (1366-1369).
Hugo Roger II (1369-1416).

Portugal:

Reyes de Portugal.

Pedro I (1357-1367).
Fernando I (1367-1383).
Beatriz (1383-1385) y Juan I de Castilla (1383-1385). (Regencia de Leonor, madre de Beatriz, hasta 1384).
------- Guerra civil (1383-1385) con Juan de Avis (hermanastro de Fernando I), elegido regente por los portugueses.

(Dinastía de Avís)

Juan I (1385-1433).


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