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Muhammad VI "el Bermejo"
Emir de Granada (1333<1360-1362>1362)

Genealogía


Su reinado

El arráez (miembro de la familia real) Abú Abd Allah Muhammad nació en Granada en 1333. Su abuelo Muhammad fue hermano del emir nazarí Ismail I, por lo que era primo segundo de los emires Muhammad V e Ismail II. Se le conoció como Abú Sayd “el Bermejo” debido al color de su pelo y barba. El emir Yusuf I, su tío segundo, le había concedió en matrimonio a una de sus hijas, habida con su esposa Maryam, para elevar su linaje.

En 1359, Abú Sayd inició su acceso al poder cuando su suegra, la viuda Maryam, que estaba confinada con sus hijos en un palacio por orden de su hijastro el emir Muhammad V, le convenció para que urdiera un complot palaciego que derrocara al emir y entronizara a su hijo Ismail. El origen del conflicto estuvo en que el emir Yusuf I había nombrado heredero a Ismail, hijo mayor de Maryam, a pesar de que ya tenía un primogénito, Muhammad, hijo de otra esposa, que era nueve meses mayor que Ismail. Finalmente, Yusuf I debió recapacitar y nombró heredero a Muhammad relegando a Ismail. No conforme con la decisión, Maryam comenzó a conspirar para que su hijo accediera al trono nazarí.

La conspiración triunfó aquel mismo año cuando los conjurados escalaron las murallas de la Alhambra, redujeron a la guardia real, asesinaron al hayib (primer ministro) Ridwan y entronizaron a Ismail II después de sacarlo del palacio donde estaba recluido. Pero los conspiradores no pudieron impedir que el derrocado Muhammad V lograra salvar su vida y la de su hijo Yusuf al poder huir y refugiarse en Guadix (Granada), y más tarde viajar a Fez, capital del sultanato benimerín o meriní, para instalarse allí bajo la protección del sultán Abú Salim Ibrahim.

Durante los nueve meses y veinte días que duró el reinado del poco enérgico Ismail II, fue Abú Sayd el que detentó el poder efectivo. Pero su ambición le impidió estar satisfecho y decidió suplantarlo por completo por medio de otro complot.

En julio de 1360, Abú Sayd cercó con sus seguidores a Ismail II en uno de sus palacios. El emir pudo refugiarse en una torre y pedir inútilmente ayuda a sus servidores. Finalmente debió rendirse y ofreció a sus enemigos su disposición a volver a su antigua reclusión, pero el usurpador ordenó encerrarlo en una mazmorra. Una vez allí, fue asesinado junto con su hermano Qays. De este modo, Abú Sayd “el Bermejo” se convirtió en el emir Muhammad VI y adoptó los títulos honoríficos de al-Galib bi-Llah (el vencedor por Dios) y al-Mutawakkil Ala-l-Llah (el que confía en Dios). Las crónicas nazaríes, hostiles al nuevo emir, lo descalifican acusándolo de nepotismo, ejercicio tiránico del poder, falta de modales, carecer de oratoria, descuidado en el vestir y tener tics nerviosos.

Inmediatamente después de acceder al trono, Muhammad VI se enemistó con el rey de Castilla y León, Pedro I, dejó de pagar las parias y estableció relaciones amistosas con Pedro IV, rey de la Corona de Aragón. Estas relaciones quedaron plasmadas, en octubre de aquel año, al firmar con Aragón un tratado de paz por seis años, que incluía una alianza contra Castilla.

En agosto, el exiliado Muhammad V se instaló en la plaza meriní de Ronda (Málaga), que le había cedido temporalmente el sultán benimerín, y comenzó a gobernar su comarca. Había salido de Fez porque Pedro I, interesado en debilitar a Muhammad VI, había presionado al sultán meriní Abú Salim Ibrahim para que lo dejara marchar con la amenaza de romper la paz y apoderarse de las plazas peninsulares que conservaban los benimerines. A continuación, Muhammad V, con la esperanza de atraer partidarios que le ayudaran a recuperar el trono, se coaligó con Pedro I para realizar varias correrías por el territorio nazarí. En una de ellas derrotaron a las tropas de Muhammad VI y las persiguieron hasta la cercana plaza de Pinos Puente (Granada).

En noviembre, Ronda fue entregada definitivamente a Muhammad V en reconocimiento por su mediación ante Pedro I para que éste permitiera que el príncipe meriní Abú Zayyan Muhammad, que estaba refugiado en Castilla, se trasladase a Fez para ser entronizado.

A finales de aquel año, Pedro I, que había firmado una paz con Aragón en mayo para poder concentrar todas sus fuerzas contra Muhammad VI, envió naves castellanas, apoyadas con meriníes, a las costas granadinas para atacarlas en apoyo a Muhammad V. Para responder a los ataques, el emir granadino necesito pedir, para incrementar su flota, diez naves de guerra a Pedro IV.

En enero de 1362, fueron las tropas de Muhammad VI las que vencieron a las de Pedro I en las cercanías de Guadix. En aquella batalla, los nazaríes tomaron más de mil cautivos. Entre ellos estaba el maestre de la Orden de Calatrava Diego García de Padilla, hermano de la difunta amante del rey castellano-leonés María de Padilla, que fue devuelto a Pedro I por el nazarí con la vana esperanza de congraciarse con él.

En febrero, los coaligados se reunieron en Casares (Málaga) para atacar a Iznájar (Córdoba). Pero Muhammad V, disconforme con el pacto de ayuda que había firmado con Pedro I por el que el rey castellano-leonés se quedaría con las plazas que él conquistara, provocó que, en marzo, Muhammad V se retirase a Ronda para continuar la lucha en solitario. Lo mismo hizo Pedro I que en dos campañas realizadas aquel mismo año conquistó, entre otras, las plazas cordobesas de Iznájar y Benamejí; las malagueñas de El Burgo, Ardales, Cañete y Cuevas; y las granadinas de Cesna y Turón. Por su parte, Muhammad V conquistó Málaga y otras plazas de su región.

En abril de aquel año, debido al avance irresistible de Muhammad V y al descontento de los granadinos por las conquistas castellanas, Muhammad VI cogió lo mejor del tesoro real y, junto con sus más próximos partidarios, huyó de Granada para refugiarse en Sevilla creyendo que Pedro I lo ayudaría o le admitiría como vasallo. Pero el rey castellano-leonés, que lo había recibido amigablemente, no tardó dos días en apresarlo y matarlo personalmente. A continuación envió su cabeza y las de parte de sus seguidores, el resto fue encarcelado y luego ajusticiado, a Muhammad V, que ya había entrado en la Alhambra y recuperado el trono nazarí.


Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)

Castilla y León:  

Rey de Castilla y León.

Pedro I "el Cruel" (1350-1369).

Aragón:

Rey de la Corona de Aragón.

Pedro IV "el Ceremonioso" (1336-1387).

Navarra:

Rey de Navarra.

Carlos II "el Malo" (1349-1387).

Condado catalán
no integrado en la
Corona de Aragón:

Conde de Pallars-Sobirá.

Hugo Roger I (1350-1366).

Portugal:

Rey de Portugal.

Pedro I (1357-1367).

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