Ir a Inicio
Ir a Reyes de Granada
Ir a Rey anterior de Granada
Ir a Rey posterior de Granada

Muhammad VII
Emir de Granada (1377/1378<1392-1408>1408)

Genealogía


Su reinado

Abú Abd Allah Muhammad ben Yusuf nació en Granada entre 1377 y 1378, un año o dos después de su hermanastro Yusuf, primogénito de su padre el emir Yusuf II.

En 1392, instigado por altos dignatarios de la corte nazarí, y siendo todavía un adolescente de trece o catorce años, se sublevó contra su padre para destronarlo porque era la única manera de llagar al trono, al no ser el primogénito. Le acusó de ser más cristiano que musulmán, con lo que consiguió amotinar a gran número de granadinos. La mediación del embajador del sultán benimerín (o meriní) de Fez, Abú l-Abbás Ahmad, hizo que el conflicto no se convirtiera en una guerra civil y acabara pacíficamente al convencerlo de que desistiera de su intentona y volviera a la obediencia de su padre.

En octubre de aquel año, Yusuf II murió repentinamente. La inmediatez de la proclamación como nuevo emir de Muhammad, desplazando al legítimo heredero, su hermano mayor Yusuf, avala la posibilidad de que estuviese implicado en un posible envenenamiento de su padre, como afirmaron las fuentes cristianas. Muhammad VII adoptó el sobrenombre honorífico de al-Mustain bi-Allah (el que implora la ayuda de Dios), y recluyó en el castillo de Salobreña (Granada) al legítimo heredero para tenerlo controlado y evitar el peligro de una posible sublevación.

En diciembre, Muhammad VII, manteniendo la tregua con Castilla pero con una actitud más beligerante para demostrar su capacidad como emir en la guerra frente al enemigo, aprovechó la minoría de su rey Enrique III “el Doliente” para, con el pretexto de las incursiones de almogávares cristianos en su territorio, atacar con un poderoso contingente de tropas la comarca de Lorca e incendiar Caravaca (ambas en Murcia), obligando a la población de ésta última a refugiarse en el castillo. A su regreso, con abundante botín, la expedición nazarí fue sorprendida y derrotada por las tropas cristianas en el puerto de Nogalte. A pesar de este incidente, la tregua se mantuvo.

En abril de 1394, después de que la tregua con Castilla fuera violada anteriormente en diferentes ocasiones por ambos bandos con enfrentamientos de escaso alcance, se puso en grave peligro de rompimiento cuando Martín Yáñez de la Barbuda, maestre de la Orden de Alcántara, influenciado por un ermitaño visionario que le profetizaba grandes victorias, informó al rey que preparaba una expedición contra los musulmanes. El rey, el maestre de la Orden de Santiago y otros jefes de la frontera intentaron detener el disparatado ataque, pero no lo consiguieron. Ante ello, el Consejo de Castilla ordenó al duque de Benavente y a los condes de Noreña y Trastámara que se unieran al rey con las tropas que pudieran reunir. Esta orden les permitió reunir un potente ejército que ya no sería necesario, porque el maestre de Alcántara acababa de ser derrotado y muerto por los nazaríes en la Vega de Granada. El grave incidente diplomático provocado obligó a Enrique III a disculparse con Muhammad VII y explicarle que la acción se realizó contra sus órdenes; aunque la tensión fue muy elevada, finalmente el emir dio por buenas las disculpas y se mantuvo la paz.

En mayo de 1397, otro hecho pudo romper la tregua cuando Muhammad VII mandó ejecutar a dos monjes franciscanos que habían entrado en la ciudad de Granada para predicar. El cadí de la ciudad los había detenido y tratado de disuadirlos, porque, aunque el cristianismo estaba permitido practicarlo en privado, su prédica y proselitismo estaba completamente prohibida y se castigaba con la pena de muerte. Tras repetidas advertencias y amenazas, los frailes no cedieron en su actitud y fueron ejecutados. Frailes de su orden describieron el suceso en sus escritos como un martirio voluntario. Posteriormente, en el siglo XVIII, la Iglesia los beatificó.

A partir de 1404, cuando Enrique III se había consolidado en el trono de Castilla y ya no necesitaba la paz, comenzó a prepararse para volver a guerrear contra los musulmanes. Para realizar un ataque conjunto contra el reino nazarí intentó involucrar a Aragón y Navarra, pero no lo consiguió.

En mayo de 1405, Muhammad VII, consciente de la inminente ruptura de hostilidades por parte de Castilla, logró firmar con el rey Martín I “el Humano” de la Corona de Aragón un acuerdo de paz que el rey castellano-leonés trató de evitar. Además, tomó la iniciativa apoderándose del castillo de Ayamonte, en las cercanías de Olvera (Cádiz), y de otros lugares de la frontera, pero fue derrotado con grandes pérdidas en Vera (Almería) y Lorca (Murcia). A pesar de las protestas de Enrique III, los enfrentamientos esporádicos continuaron.

En marzo, abril y mayo de 1406, Muhammad VII efectuó incursiones en las tierras gaditanas de Vejer y Medina Sidonia, en las sevillanas de Estepa y Écija, y en las de Bedmar (Jaén).

En octubre, a pesar de que en ese mismo mes se había firmado una tregua por dos años, las tropas nazaríes entraron en Quesada y atacaron Baeza (ambas en Jaén). El adelantado de León, Pedro Manrique, acudió con sus tropas y se enfrentó con los musulmanes en una batalla donde fue derrotado y perdieron la vida muchos castellanos ilustres. Enrique III, al considerar que el ataque nazarí rompía la tregua, convocó a las Cortes para recaudar fondos que sufragaran los gastos de una guerra general contra Granada.

En diciembre la muerte de Enrique III no alteraron los planes de guerra, ya que su hermano Fernando y su viuda la reina Catalina de Lancaster, que actuaban como regentes de su hijo Juan II, de veintidós meses de edad, continuaron con los preparativos para organizar un poderoso ejército.

El año 1407 los asaltos y ataques de uno y otro bando fueron continuos: en febrero, los castellanos saquearon Vera y Zurgena (ambas en Almería); en abril tomaron Huércal Overa (Almería), aunque la perdieron después; en junio conquistaron Pruna (Sevilla) y consiguieron que los nazaríes levantaran el cerco de Lucena (Córdoba); en agosto, para controlar el paso del Estrecho, vencieron a una flota mucho mayor de naves de Túnez y Tremecén que estaban en Gibraltar; y en octubre tomaron Zahara de la Sierra (Cádiz) y pusieron cerco a Setenil (Cádiz), pero no la pudieron tomar, aunque sí lo hicieron con plazas más pequeñas como las malagueñas Cañete la Real y Cuevas del Becerro, y la gaditana Torre Alháquime. Por su parte, el emir Muhammad VII, para distraer el asedio organizó en agosto, entre otras acciones, una expedición que sitió y saqueó el arrabal de Baeza, y tomó y destruyó Bedmar; y en octubre puso cerco a Jaén. Con la llegada del invierno, el regente Fernando dio por terminada la campaña.

En febrero de 1408, Muhammad VII asedió sin éxito durante varios días la villa de Alcaudete (Jaén), durante los cuales se desarrollaron varias escaramuzas con los castellanos. Estos respondieron en marzo asolando los alrededores de Ronda (Málaga).

En abril, Muhammad VII solicitó una tregua de ocho meses que fue concedida por los castellanos. Pero el emir nazarí no pudo disfrutarla porque murió al mes siguiente, seguramente envenenado. Durante su reinado acuñó monedas de oro y plata, y se construyó la Torre de las Infantas en la Alhambra. Dejó varios hijos, que su hermano Yusuf, que le sucedió al ser entronizado dos días después del fallecimiento, acogió y trató correctamente.


Sucesos contemporáneos

Ir a los sucesos


Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)

Castilla y León:  

Reyes de Castilla y León.

Enrique III "el Doliente" (1390-1406).
Juan II (1406-1454).

Aragón:

Reyes de la Corona de Aragón.

Juan I "el Cazador" (1387-1396).
Martín I "el Humano" (1396-1410).

Navarra:

Rey de Navarra.

Carlos III "el Noble" (1387-1425).

Condado catalán
no integrado en la
Corona de Aragón:

Conde de Pallars-Sobirá.

Hugo Roger II (1369-1416).

Portugal:

Rey de Portugal.

Juan I (1385-1433).

Arriba