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Yusuf III
Emir de Granada (1376<1408-1417>1417)

Genealogía


Su reinado

Yusuf III nació en Almuñécar (Granada) en 1376. Era hijo del emir nazarí Yusuf II y el mayor de cuatro hermanos y una hermana. A la muerte de su padre, aunque era el heredero oficial, fue desplazado para acceder al trono por su hermanastro Muhammad, que ya se había sublevado en 1392 contra su padre, aunque volvió a su obediencia gracias a la mediación del embajador benimerín (o meriní). Inmediatamente, el nuevo emir Muhammad VII ordenó su confinamiento en el castillo de Salobreña (Granada) para impedir la posibilidad de que intentase hacerse con el trono.

En mayo de 1408, cuando Yusuf cumplía quince años y siete meses de reclusión, murió repentinamente Muhammad VII, seguramente envenenado. Según las fuentes cristianas, el emir, consciente de su agonía, quiso antes de morir asegurar el trono para su descendencia ordenando la ejecución de su hermano. Según esa versión, Yusuf, que se encontraba jugando una partida de ajedrez cuando llegó la orden, solicitó que le permitieran terminarla antes de morir; esta prórroga coincidió con la llegada providencial de mensajeros procedentes de Granada que anunciaron la muerte de Muhammad VII y la designación de Yusuf como nuevo emir. Durante su cautiverio, Yusuf, que era un hombre con una gran formación intelectual, tanto científica como literaria, escribió numerosas composiciones poéticas que evidenciaban su amargura y tristeza.

Inmediatamente, Yusuf III fue llevado a Granada donde con urgencia se le proclamó emir. Adoptó el sobrenombre honorífico de l-Nasir li-Din Allah (el defensor de la religión de Dios) y nombró hayib (gran visir o chambelán) al alcaide Abú l-Surur Mufarrií, un liberto de origen cristiano que había sido el artífice de su liberación y proclamación.

En aquel mismo mes de mayo, el nuevo emir nazarí, consciente de la debilidad militar de su reino, consiguió que la tregua con Castilla que terminaba en noviembre fuese ampliada hasta abril de 1409 y posteriormente prorrogada, primero hasta agosto y luego hasta el primero de abril de 1410. Cinco días después de terminar esta última tregua, tropas nazaríes de Ronda (Málaga) se adelantaron a los preparativos de guerra de los castellanos saqueando, aunque no pudieron tomarla, la villa de Zahara de la Sierra (Cádiz). Al mismo tiempo, el príncipe Abú l-Hasan Ali, hermano de Yusuf III, atacaba Segura de la Sierra e incendiaba Génave (ambas en Jaén) mientras parte de sus tropas hostigaba Caravaca (Murcia).

Por su parte, el veintiséis de abril de ese año, el infante Fernando, tío del rey de Castilla Juan II y uno de los dos regentes por la minoría del rey, inició el asedio de la importante plaza de Antequera (Málaga). Los castellanos rodearon la ciudad con cinco campamentos para asfixiarla e impedir cualquier apoyo del exterior. Para socorrerla, el cuatro de mayo Yusuf III concentró en la cercana villa de Archidona (Málaga) un ejército al mando de sus hermanos Alí y Ahmad, que dos días más tarde fue derrotado en su enfrentamiento con los castellanos. A pesar de ello, las escaramuzas continuaron con resultados favorables en su mayoría a los castellanos, como las de Loja y Montefrío (ambas en Granada) o Ronda y Archidona (igualmente en Málaga), aunque también las hubo nazaríes, como las de Montejícar (Granada) o Setenil (Cádiz). Mientras tanto, los antequeranos defendieron su ciudad hasta que el veinticinco de septiembre los castellanos lograron conquistarla. La victoria fue tan sonada, que al infante Fernando le valió el sobrenombre de “el de Antequera”.

Ante el duro golpe que supuso la caída de Antequera, Yusuf III emprendió una serie de incursiones de castigo sobre los alrededores de Alcalá la Real (Jaén) y también la recuperación del castillo de Jévar, que formaba parte de la defensa de Antequera, aunque casi enseguida fue abandonado después de destruirlo. Todo ello, para poder negociar la petición de una tregua en condiciones más favorables. El infante Fernando la aceptó por aquellas acciones y porque deseaba ocuparse de la reclamación del trono de Aragón, vacante desde mayo por la muerte de su tío el rey Martín I “el Humano” sin descendencia legítima. En noviembre se firmó un acuerdo de paz que terminaría en abril de 1412, que incluía al sultán benimerín de Fez y contemplaba la entrega de trescientos cautivos cristianos: las llamadas “parias de cautivos”.

A finales de aquel año de 1410, la plaza de Gibraltar, que había sido conquistada a los benimerines en 1374 por Muhammad V en su segundo reinado, se sublevó y fue entregada a los africanos. El sultán meriní Abú Said Utmán envió a su hermano al mando de un ejército que, después de desembarcar en la plaza, se apoderó de Marbella (Málaga) y de algunas fortalezas de la serranía de Ronda (Málaga). Ante estas actuaciones, que provocaron la enemistad entre Granada y Fez, Yusuf III envió un ejército que recuperó las plazas malagueñas y puso sitio a Gibraltar. Además, para desestabilizar a Abú Said, Yusuf III liberó al sultán destronado Abd al-Aziz, que se encontraba refugiado desde niño en Granada, lo proclamó sultán y, en enero de 1411, lo envió con un ejército al Magreb (noroeste de África) que consiguió conquistar Tánger.

En 1412, tras alcanzar el trono de la Corona de Aragón, Fernando “el de Antequera”, en su doble condición de regente de Castilla y rey de Aragón, siguió renovando anualmente con Yusuf III el acuerdo de paz hasta 1415, aunque ya no se incluyeron en los tratados las parias monetarias ni las de cautivos.

En agosto de 1414, las tropas meriníes que se habían refugiado en Gibraltar y resistían el asedio, perdieron la esperanza de recibir socorros de Fez y se rindieron tras pactar su inmunidad. Con la recuperación de Gibraltar y la muerte el año anterior del pretendiente Abd al-Aziz, se restablecieron las buenas relaciones entre Granada y Fez.

A primeros de agosto de 1415, una flota portuguesa de doscientas cuatro naves se apoderó de la plaza de Ceuta (en la parte africana del Estrecho). Antes de ello, había hecho una escala de varios días en el puerto de Algeciras (Cádiz). Los nazaríes pensaron que su primer propósito era conquistar Gibraltar. Para evitar el supuesto ataque, que no se dio, Yusuf III acudió para dirigir personalmente la defensa, pero cayó enfermo.

Tras la muerte del rey Fernando I de Aragón en abril de 1416, fue la reina viuda y regente Catalina de Lancaster la que firmó por parte de Castilla con Yusuf III el tratado de paz a partir de 1417 en periodos de dos y tres años. Y en lo que respecta a Aragón, el nuevo rey Alfonso V “el Magnánimo” mantuvo la tregua acordada por su padre hasta 1417. A partir de la cual, ya no se firmaron nuevas treguas, si bien las relaciones entre ambos reinos fueron muy amistosas. Tan buenas fueron que se desarrolló un plan para incitar a los mudéjares aragoneses a que emigraran al reino nazarí presentando a Yusuf III como protector de los musulmanes, y a Granada como refugio y morada segura para ellos.

En noviembre de 1417, Yusuf III murió en Almuñécar (Granada) víctima de la enfermedad que le aquejó durante años. Dejaba a su hijo Muhammad VIII un emirato en paz en el exterior, pero muy inestable en el interior por la permanente conflictividad entre las poderosas familias nazaríes.


Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica)

Castilla y León:  

Rey de Castilla y León.

Juan II (1406-1454).

Aragón:

Reyes de la Corona de Aragón.

Martín I "el Humano" (1396-1410).

------- Interregno (1410-1412) acabado con el Compromiso de Caspe.

Fernando I (1412-1416).
Alfonso V "el Magnánimo" (1416-1458).

Navarra:

Rey de Navarra.

Carlos III "el Noble" (1387-1425).

Condado catalán
no integrado en la
Corona de Aragón:

Condes de Pallars-Sobirá.

Hugo Roger II (1369-1416).
Roger Bernardo (1416-1424).

Portugal:

Rey de Portugal.

Juan I (1385-1433).

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