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Nasr
Emir de Granada (1287<1309-1314>1322)

Genealogía


Su reinado

Abú l-Yuyus Nasr nació en 1287 y era hijo del segundo emir nazarí de Granada Muhammad II y hermanastro del tercero Muhammad III. Nasr era un hombre elegante, de carácter dulce y gran aficionado a la astronomía, lo que le facultó para calcular almanaques y construir astrolabios. Accedió al trono gracias a una conspiración contra su hermanastro fraguada en la corte, que contó con su apoyo. El complot estuvo motivado por la grave amenaza que supuso la alianza entre Castilla, Aragón y los benimerines contra el reino nazarí, por la incapacidad física del emir al estar casi ciego y por el descontento ante el excesivo poder del odiado visir Ibn al-Hakim. El mismo día del derrocamiento, en marzo de 1309, Nasr fue proclamado emir del reino nazarí de Granada.

En abril de aquel año, ante la necesidad de romper la alianza que amenazaba su reino, Nasr envió embajadores al emir benimerí (o meriní) Abú al-Rabí para negociar la paz, pero la posesión de la plaza de Ceuta, en poder de los nazaríes desde 1306, a la que no querían renunciar impidió cualquier acuerdo, ya que los benimerines exigían su entrega.

En julio, para intentar conseguir la plaza, los benimerines comenzaron un asedio por tierra mientras la flota aragonesa de Jaime II, siguiendo un pacto suscrito en 1308, lo hacía por mar. Pero no fue el asedio el causante de que los nazaríes perdieran Ceuta, sino que fueron los propios ceutíes los que descontentos del gobierno de los nazaríes entregaron a los benimerines la ciudad.

El último día de aquel mes, con casi treinta días de retraso sobre el plan acordado el año anterior entre Jaime II de Aragón y Fernando IV de Castilla y León, el rey castellano-leonés inició el cerco de Algeciras. Casi inmediatamente envió a una parte de sus tropas a asediar Gibraltar. Juan Núñez de Lara y el arzobispo de Sevilla atacaron por el istmo y por el lado contrario, con ayuda de la flota aragonesa, desembarcó Alonso Pérez de Guzmán “el Bueno”.

A primeros de agosto, Jaime II desembarcó frente a Almería y comenzó el asedio por mar y tierra de la ciudad. En su defensa acudió Nasr, pero tuvo que retirarse al ser derrotado.

A principios de septiembre, los nazaríes rindieron Gibraltar al ser cogidos entre dos fuegos por los castellano-leoneses. Pero a los pocos días, los musulmanes respondieron venciendo a los cristianos en Estepona. En una de las frecuentes correrías que se dieron en aquellos días, Guzmán “el Bueno” cayó mortalmente herido en la serranía de Ronda.

Entre octubre y noviembre, Nasr, ante el peligro de perder Algeciras, Almería y gran parte de su reino, firmó la paz con el emir meriní Abú al-Rabí al que cedió Algeciras y Ronda, y le entregó en matrimonio a su hermana Sams. A cambio, el meriní le envió un ejército y gran cantidad de dinero. Mientras tanto, a Fernando IV se le estaba complicando la marcha de la guerra. Le faltaban víveres y dinero, las lluvias eran constantes y torrenciales, el infante Juan y Juan Manuel, que habían acudido a la campaña sin ningún ánimo, se habían retirado del cerco de Algeciras con un grupo de nobles sin ninguna explicación convincente con la consiguiente retirada de sus mesnadas, y por último había desembarcado un ejército meriní en auxilio de Nasr.

Por todo ello, a finales de enero de 1310, Fernando IV levantó el cerco de Algeciras. Pero aunque no pudo conquistar la plaza, consiguió imponer a Nasr un tratado de paz por el que el nazarí volvía al vasallaje de Castilla, entregaba las plazas de Quesada y Bedmar, se le aumentaban las parias y pagaría una indemnización de cincuenta mil dinares. Pero antes de firmarse definitivamente el tratado, el infante Pedro, hermano de Fernando IV, conquistó en mayo el castillo de Tempul (Jerez). Por su parte, Jaime II, forzado por la retirada de los castellanos y por la derrota que sufrieron sus tropas, cuando intentaban atacar Marchena, por un ejército nazarí mandado por el prestigioso disidente meriní Utman ben Abi l-Ula, refugiado en Granada, firmó también la paz con Nasr, levantó el cerco de Almería y se retiró. Durante el regreso por tierra, las tropas aragonesas sufrieron numerosas bajas causadas por el hostigamiento de los musulmanes.

A finales de noviembre, Nasr tuvo un grave ataque de apoplejía que hizo temer por su vida. Ante ello, una asamblea de notables decidió restaurar a su depuesto hermanastro Muhammad III que estaba desterrado en Almuñécar. Desde allí fue llevado urgentemente a Granada, pero sin que ni siquiera llegara a ser entronizado, fue nuevamente trasladado a Almuñécar porque Nasr se recuperó.

Resuelta la amenaza exterior, Nasr tuvo que afrontar una sublevación en el interior de su reino debida, entre otras razones, al rechazo de una parte del reino por su subida irregular al trono, a la carestía de la vida debida a dos años de sequía y al autoritarismo de su visir Muhammad ben al-Hayy, hombre marrullero e intrigante detestado por los cortesanos y muy propenso a las prácticas cristianas. Los enojados cortesanos y aristócratas aprovecharon que el prestigioso gobernador de Málaga Abú Said Faray había acudido a Granada para prestar el acostumbrado juramento de fidelidad y reconocimiento a Nasr para proponerle que se proclamara emir. Faray era cuñado de Nasr y sobrino del fundador de la dinastía nazarí y había conseguido una gran reputación militar durante el reinado anterior.

En enero de 1312, después de aceptar el ofrecimiento, Abú Said Faray regresó a Málaga y se declaró independiente, pero decidió que el nuevo emir fuera su hijo Ismail, por considerar que tenía más legitimidad al ser nieto materno de Muhammad II. Después de ser proclamado en Málaga, el pretendiente Ismail, apoyado por parte de las tropas africanas guza (combatientes de la fe) cuyo jefe Ozmín odiaba a Nasr, atacó y sometió los castillos próximos y algunas ciudades como Antequera, Marbella, Vélez-Málaga, y Loja. La otra parte de los guza permanecieron fieles a Nasr.

Para evitar la guerra civil y resolver el conflicto de forma pacífica, Nasr envió a Málaga, con garantías de inmunidad, a su visir Muhammad ben al-Hayy, pero los sublevados no respetaron la inmunidad y lo encarcelaron. Como represalia, Nasr retuvo a su hermanastra Fátima, madre de Ismail y esposa de Abú Said Faray, que estaba en Granada.

En marzo, los sublevados arrasaron la Vega de Granada sin que Nasr respondiera al ataque debido a la inferioridad numérica de sus tropas. Ante la gravedad de su situación, el emir nazarí pidió ayuda, como vasallo que era, a Fernando IV. Este, viendo la ocasión de apoderarse de Granada, no dudó en violar el tratado de paz y envió por delante a su hermano el infante Pedro a atacar la frontera nazarí.

En mayo, el usurpador Ismail volvió a atacar la Vega de Granada, pero esta vez Nasr presentó batalla porque tenía un numeroso ejército. A pesar de ello, fue derrotado ampliamente. A principios de agosto, Ismail y Abú Said Faray, a pesar de su victoria, negociaron la paz con Nasr porque la situación de enfrentamiento se prolongaba y ello implicaba un gran coste. La presencia en la zona de las tropas del infante Pedro no parece que sea una de las razones del armisticio, ya que desde junio el infante había comenzado el asedio de Alcaudete, es decir, que no venía en ayuda del emir.

También en agosto, Fernando IV llegó con sus tropas al cerco para reforzar a su hermano. Allí acudieron por separado enviados de Nasr y de Abú Said Faray para negociar la paz, pero fueron los negociadores de Nasr los que consiguieron un acuerdo por el cual tropas castellanas y nazaríes atacarían Málaga. Pero el tratado no se pudo ejecutar porque Fernando IV se sintió enfermo y fue trasladado a Jaén donde murió de tuberculosis a primeros de septiembre, tres días antes de la toma de Alcaudete. El fallecimiento supuso el fin de la campaña castellana contra Granada, pues con el nuevo rey Alfonso XI, un niño de un año de edad, volvieron las luchas por el poder de los magnates castellanos.

En una fecha indeterminada entre mayo de ese año de 1312 y abril de 1313, el nuevo emir meriní Abú Said Utman devolvió Algeciras y Ronda que estaban en territorio dominado por Ismail y Abú Said Faray.

El descontento de la población granadina contra Nasr y su visir no había amainado desde 1311, y en ese clima de malestar se produjo una sublevación de la aristocracia a finales de diciembre de aquel año de 1313 que pedían la destitución de Nasr y la restauración de Muhammad III. La revuelta fracasó, Muhammad III fue asesinado en enero de 1314, seguramente por orden o con el consentimiento de Nasr, y los sublevados huyeron a Málaga. Allí volvieron a pedir a Ismail que tomara el poder, a lo que el usurpador accedió e inició una nueva marcha sobre Granada. En el camino tomó Loja, y cuando llegó a Granada el ejército de Nasr le salió al encuentro y, aunque con mayores dificultades que en anteriores ocasiones, Ismail volvió a vencer y pudo entrar en Granada aclamado por sus habitantes. Después de ser proclamado emir en febrero, Ismail I se instaló en la antigua fortaleza de la Alcazaba situada en el Albaicín y comenzó a negociar la rendición de Nasr, que se encontraba sitiado en la Alhambra y había pedido ayuda al infante Pedro que estaba en Sevilla. Al no llegar el auxilio, Nasr se rindió a cambio de obtener un gobierno independiente en Guadix y dinero. El diecinueve de aquel febrero de 1314, Nasr y sus seguidores partieron hacia Guadix.

Los años que Nasr reinó en Guadix hasta su muerte ocurrida en la misma localidad, en noviembre de 1322, discurrieron entre enfrentamientos bélicos, conspiraciones contra el nuevo emir Ismail I y peticiones de ayuda a los reinos cristianos para recuperar el trono de Granada.


Sucesos contemporáneos

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Reyes y gobernantes coetáneos (sólo en la Península Ibérica y Baleares)

Castilla y León:  

Reyes de Castilla y León.

Fernando IV "el Emplazado" (1295-1312).
Alfonso XI (1312-1350).

Aragón:

Rey de la Corona de Aragón.

Jaime II "el Justo" (1291-1327).

Navarra:

Rey de Navarra.

Luis I "el Obstinado" (1305-1316) y X de Francia (1314-1316).

Condados catalanes
no integrados en la
Corona de Aragón:

Condes de Ampurias.

Ponce V (1277-1313).
Ponce VI "Malgauli" (1313-1322).

Condes de Pallars-Sobirá.

Sibila y Hugo de Mataplana (1297-1329).

Mallorca:

Reyes de Mallorca.

Jaime II (1276-1311).
Sancho I (1311-1324).

Portugal:

Rey de Portugal.

Dionisio I "el Labrador" (1279-1325).

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